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12/08/2007
El ex titular del Occovi es un santafesino nacido en Wheelwright

Uberti, el hombre de la valija, divide al pueblo en que nació


Carlos Walter Barbarich / La Capital. Renunció a su cargo por el affaire de los 800 mil dólares. Conmoción en su localidad....


El pequeño pueblo de Wheelwright, a 150 kilómetros al sur de Rosario, saltó a la fama nacional tras el mentado caso de la valija con 800 mil dólares encontrado en el avión que trasladaba al ex titular de Occovi Claudio Uberti. El hombre era uno de sus hijos dilectos, y declarado ciudadano ilustre en el año 2005. Nadie está ajeno al escándalo en esta localidad y el tema es abordado en cada esquina, en cada rincón de esta coqueta localidad del departamento General López.


   Claudio Uberti creció en Wheelwright y realizó sus estudios secundarios en Colón (Buenos Aires). Tenía algo más de 20 años cuando emprendió la retirada de la zona para radicarse en Río Gallegos. Allí conoció su ex jefe Julio De Vido y entablaron una amistad que se prolongó en el tiempo. Pese a sus visitas esporádicas a la localidad, Uberti es conocido por sus coterráneos. Más aún luego de que fuera designado titular del ente de control de concesiones viales.


   La sociedad, tras el escándalo, se muestra dividida en las opiniones. Están quienes “bancan” a Uberti bajo el argumento de que gracias a su puesto de privilegio en el Occovi “se lograron grandes obras para el pueblo”, y los que lo fustigan duramente. Incluso circulan mails anónimos denostándolo. Las primeras obras que salen a la luz, y atribuidas a él, son la rotonda de ingreso a la localidad por ruta 8 y la pavimentación del acceso. Ambas son por varios millones de pesos y (aseguran) “de no haber estado Pachi (como se lo conoce a Uberti en el pueblo) no se podrían haber conseguido”.


   Pero también están sus detractores, que fustigan duramente al ex hombre fuerte del pueblo. De hecho Uberti no se olvidó del juego político chiquito y bancó a muerte a un amigo que en estas elecciones pretende destronar al radicalismo enquistado desde hace varios años en el poder comunal. Se trata del médico José Tomey, quien desde chico forjó una amistad con Pachi, la que mantuvo a pesar de la distancia. Hoy es el candidato del Frente para la Victoria y muchos creen que su chance está atada a la de su amigo. Tomey admitió que “si cometió un delito como funcionario público tiene que pagarlo por más amigo que sea”.


   “Siento pena por el amigo, por su familia y por lo que está pasando pero si tiene que pagar que lo haga”, dice Tomey, quien busca un poco de oxigeno en la caliente campaña local. Es que el oficialismo en el gobierno comunal (con el radical Roberto Gianetti a la cabeza) aprovecha las últimas semanas de campaña para vincular a Tomey con Uberti. Hoy por hoy en Wheelwright hasta el aire que se respira tiene connotaciones políticas.    


   En el pueblo todos conocen a los padres de Pachi. Es que los octogenarios supieron cosechar el cariño generalizado merced a sus dotes de buena gente. El papá, Eugenio, es un hombre de alrededor de 80 años y hasta hace poco seguía despuntando su viejo oficio de albañil. Viven de modo sencillo y austero y según algunos vecinos “la situación los afectó mucho desde el punto de vista emocional. Acá en el pueblo lo quieren todos los vecinos porque son muy buena gente y muy humildes”.


   Muchos en este pueblo y en la zona recuerdan a Pachi como un hombre poco propenso al trabajo y de “andar en cosas raras”, según relataron varios vecinos. A tal punto que su radicación en el sur no obedeció precisamente a cuestiones de “futuro personal”. Están quienes dicen que se tuvo que ir “escapado” y hasta incluso que, previo a su radicación definitiva en Santa Cruz, pasó una temporada escondido en un campo ubicado en las afueras de Venado Tuerto.



Escapar al sur. Al parecer había una fuerte causa judicial que tenía a maltraer, a finales de los años 70, al ahora caído en desgracia Pachi Uberti. Sin embargo, el hombre pudo lavar su imagen a fuerza de conseguir cosas para su pueblo a partir de su puesto en el gobierno kirchnerista.


   La rotonda de acceso, la pavimentación de la entrada al pueblo y las ayudas personalizadas cambiaron el concepto que ahora la gente vuelve a tener de Uberti, a partir del affaire de la valija.


   Dos años atrás, para más detalles, fue declarado ciudadano ilustre por el entonces mandatario comunal radical, Juan Bilicih. Aplausos por doquier, besos, lágrimas y un salón atestado de personas fueron testigos de semejante distinción, con la que el actual candidato a presidente comunal de su entorno, José Tomey, no estaba de acuerdo.


   Paradojas del destino de un hombre que fue profeta en su tierra pero al que ahora sus vecinos de pago chico miran de reojo.


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