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06/05/2004
En la Cámara de Diputados

Se debate el modelo de soja


cosecha_trigo0705 (9k image)Unos piensan que es una bendición para la reactivación y la recaudación fiscal, otros que es una causa de desempleo y destrucción de los suelos.


Entre ambos extremos, los diputados comenzaron a debatir el modelo de la soja, engranaje distintivo del circuito de divisas que se puso en marcha tras el derrumbe de la convertibilidad.


Biólogos, geólogos, ingenieros, economistas, sociólogos, docentes, empresarios y especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) fueron convocados por los diputados para exponer en el foro «Riesgos y oportunidades en el fenómeno de la economía de la soja en Argentina».


Hubo tres exposiciones disparadoras: las protagonizadas por el empresario Gustavo Grobocopatel, quien ofició de defensor del modelo económico generado a partir del aumento de siembra de soja, el economista rural Walter Pengue y la Bióloga Elizabeth Astrada, quienes en cambio pusieron el acento en sus efectos negativos en el suelo y en las comunidades agrarias.

El foro sirvió para abrir un debate que, hasta entonces, había tenido al Congreso ausente. Las diputadas convocantes, Marta Maffei y Susana García del ARI, aseguraron que las exposiciones dejaron en claro la necesidad de «controlar los impactos que la extensión de cultivos de soja tiene sobre los recursos naturales y especialmente sobre las comunidades aborígenes y campesinas que fueron desplazadas por la expansión de nuevos sistemas agrarios».


García adelantó que presentará un proyecto de ley que obligue a quienes arriendan tierras para la plantación de soja a rotar los cultivos. La propuesta busca evitar que los arrendatarios dejen a su paso suelos erosionados por el uso abusivo de agroquímicos y por la explotación de un solo cultivo.


Otros legisladores, en cambio, exhiben propuestas completamente opuestas a quienes reclaman regular el crecimiento avasallante de las plantaciones de soja. «El Estado no puede, de ninguna manera, intervenir en forma imperativa en las decisiones de los productores», rechazó María del Carmen Alarcón, titular de la comisión de Agricultura y representante por el PJ de Santa Fe.


Alarcón defiende una postura liberal frente al mercado agrícola, donde «es la rentabilidad económica la que decide la rotación de los cultivos». A diferencia de las propuestas reguladoras del ARI, la diputada justicialista encabeza en el Congreso los reclamos por la eliminación de las retenciones a las exportaciones agrícolas.


«Hay que compensar las retenciones con descuentos al impuesto a las ganancias, porque la diversificación de cultivos se va a dar cuando comencemos a mover el bolsillo del productor», afirmó Alarcón. Desde la última mitad de la década del noventa, los cultivos de soja crecieron sin pausa pero el verdadero estallido ocurrió tras la devaluación del peso.


El cultivo ya ocupa la mitad de la superficie sembrada en el país y su destino abrumador es la exportación. Pero el Estado está lejos de ser un actor indiferente del fenómeno. De hecho, la soja implica cerca de 2.000 millones de dólares en ingresos para el fisco.


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