Sorprendieron a la víctima cuando ingresaba a su casa

El ilícito fue planificado. Sorprendieron a la víctima cuando ingresaba a su casa. Para que entregará el dinero colocaron el arma de fuego en la sien del hijo de 14 años.

El viernes a las dos de la madrugada una mujer y su hijo adolescente fueron asaltados cuando ingresaban al domicilio del barrio Barracas. Los malvivientes dispararon el arma de fuego y golpearon a la víctima para que entregara el dinero y las llaves de los dos comercios de su propiedad.

La protagonista de esta historia es Viviana Luis que regresaba a su domicilio de calle 24 entre 45 y 46, acompañada por su hijo de 14 años.

Al llegar a destino y prepararse para abrir la puerta de ingreso a la casa, imprevistamente dos delincuentes encapuchados se arrojaron desde el techo sorprendiendo a las víctimas.

Los asaltantes portando sendas armas de fuego, pidieron el dinero que llevaba la comerciante y que era producto de la recaudación de la jornada de la fiambrería ubicada en la esquina de 16 y 50 y un maxikiosco de calle 16 entre 49 y 50.

La víctima aunque asustada se resistió y comenzó a forcejear con los agresores.
Uno de los cacos en represalia colocó el arma de fuego en la sien del menor y señaló que dispararía. La mujer presa de una crisis nerviosa comenzó a gritar y fue arrastrada varios metros tratando de que entregara las llaves y el monedero.

Los gritos alertaron a los vecinos que salieron a la calle. Los asaltantes antes de retirarse con el botín ( dinero y llaves del comercio) dispararon el arma de fuego ( presuntamente un revólver) sin que el proyectil ( habría sido destinado contra la mujer) diera en el blanco.

Rehenes

La familia de Viviana Luis integrada por el esposo Juan Carlos Montagna y tres hijos fueron tomados de rehenes hace un año en la casa donde se domicilian.
Uno de los asaltantes fue reconocido y fue detenido. La policía investigó el caso y hubo otras dos personas sospechadas de cometer el ilícito.

Los asaltantes habrían escuchado la conversación sobre un movimiento de dinero que se realizaría y que iba estar depositado momentáneamente en la casa.
A partir de ese momento Montagna habría recibido varias amenazas de muerte en forma telefónica. El hecho quedó en la nebulosa y nunca fue aclarado a pesar de los indicios que la investigación aportó.
El hombre presa de un profunda depresión finalmente terminó suicidándose a fines de diciembre de 2003. ( ver nota aparte).

Más asaltos

Una persona que pidió adquirir una biquini intentó asaltar el comercio de Norma Mengoni, ubicado en calle 49 y 19.
El asaltante ingresó al comercio y pidió ver una biquini, la hizo envolver en papel de regalo y al finalizar la operación sacó un revólver de entre sus ropas pidiendo el dinero de la recaudación del día y amenazando a la propietaria con disparar el arma.

Mengoni le contestó al ladrón : “ con esa cara de bueno no me vas a disparar y no tengo el dinero”. El asaltante turbado y sin comprender la firme oposición de la víctima huyó sin llevarse ningún objeto.
El delincuente sería el mismo que asaltó la Telefónica ubicada en calle 50 y 15 y la heladería Seitu.