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17/01/2004
El proyecto ya está en el CONICET

Un venadense habría descubierto una terapia contra el cáncer


r_pineyro0117 (30k image) (LA GUIA V.T.) El Dr. Roberto Piñeyro es un profesional de nuestra ciudad que envió al CONICET el resultado de un estudio desarrollado a lo largo de dos años y medio, el que aportaría una luz para un flagelo mundial: el cáncer.


Sobre este proyecto de desarrollo de una nueva terapia anticáncer, explicó que acaba de presentar en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) un trabajo orientado al desarrollo de una nueva terapia anticáncer.


Según explicó, el proyecto “está sustentado en la transferencia antigénica entre dos individuos de la misma especie no compatibles entre sí, a diferencia de lo que sucede en los transplantes de órganos donde se busca la histocompatibilidad para asegurar que no exista rechazo”, subrayó adentrándose en la explicación de su proyecto.


Más adelante, el Dr. Piñeyro explicó pacientemente que el cáncer se desarrolla por etapas: “Se inicia como una enfermedad localizada en un órgano determinado, donde una o varias células comienzan a multiplicarse en forma acelerada.”


Luego de un período de duración variable que depende del tipo y de las características del tumor, las células cancerosas se "desprenden" del sitio inicial y a través de los vasos linfáticos “llegan a los ganglios regionales, los cuales aumentan de tamaño y consistencia”. A esta etapa se la denomina "etapa ganglionar" y constituye un eslabón más en la "ruta del cáncer" que habla de una “mayor gravedad y de un pronóstico menos favorable en la evolución y posibilidades de curación de la enfermedad”.


A partir de esta etapa las células cancerosas pueden "emigrar" hacia otros órganos, donde desarrollan "tumores secundarios" formando colonias independientes del tumor original.


Son las llamadas "metástasis" constituidas por “grupos de células que habiendo 'viajado' por el cuerpo, se alojan en sitios distintos al lugar donde primariamente comenzó el tumor”.


En un principio la cirugía fue la única alternativa de la cual se disponía para el tratamiento del cáncer. Luego la quimioterapia y la radioterapia aparecieron como nuevas opciones terapéuticas.


Últimamente, “los avances en el campo de la biología molecular e inmunooncología han permitido desarrollar nuevas técnicas mucho menos agresivas en la lucha contra esta enfermedad”.
Según nos explicó el Dr. Piñeyro, “cuando aparece en el organismo una célula cancerosa, se desarrollan una serie de respuestas en cadena con el fin de destruirla. Estas respuestas son elaboradas por el sistema inmunológico que todo ser humano posee”.


Si por algún motivo este sistema de defensas se "deprime", como ocurre en determinadas circunstancias, “su función específica de vigilancia permanente se deteriora, permitiendo el desarrollo de tumores malignos”.


Este delicado sistema puede ser afectado por diferentes agentes que interfieren en su función específica, lo cual se traduce en trastornos inmunoreguladores e incremento en la susceptibilidad frente a manifestaciones degenerativas celulares y tisulares.

La investigación, según explicó el Dr. Piñeyro, estuvo dirigida hacia los "errores" que se producen en un sector de este mecanismo “que es el encargado de procesar y 'presentar' las células malignas al sistema de defensas cuya alteración no le permite distinguir las células sanas de las enfermas”.


El proyecto de Piñeyro es “un procedimiento tendiente a restaurar el equilibrio perdido en cuanto a enfermedad y respuestas orgánicas y solo será administrable en el organismo para el cual fue desarrollado”.


El tratamiento propuesto (en teoría) -y sin desmerecer las bondades de los recursos actuales- “debe ser objetivado como una nueva terapia anticáncer, no pudiendo utilizarse como complemento de los métodos curativos tradicionales”.


“Como la inmunodepresión es una constante en la génesis y desarrollo evolutivo de la enfermedad, es imperativo el fortalecimiento del sistema de defensas, a fin de asegurar que la transferencia antigénica tendrá una respuesta adecuada.”


“Los métodos actuales”, enfatizó Piñeyro, “son particularmente agresivos para el organismo del paciente, porque no solo destruyen las células tumorales, sino también gran parte de las células normales, a la par que causan depresión inmunológica.”


“Por lo tanto es menester lograr una terapia anticáncer que sepa distinguir a las células sanas de las enfermas, destruyendo solo estas últimas. Al igual que en otras enfermedades, las terapias antitumorales requieren de una respuesta inmune eficiente, lo que a su vez depende de la integridad del sistema inmunológico.”


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