Arsénico en agua

NOTAS DEL ANUARIO El tema de más inquietud fue el arsénico en el agua corriente y el peligro de una posible contaminación bacteriológica de la misma. En 20 ciudades bonaerenses existe el doble de concentración de lo establecido.

Las características sanitarias del agua que se distribuye a los hogares bonaerenses fueron establecidas a través de la ley provincial 11820, que se sancionó en l997.

En ese momento se redujo la concentración máxima de arsénico permitida en el agua de 0.10 partes por millón a 0.05. En Colón, el AMIC a través del concejal Gerardo Soria, denunció en el Concejo Deliberante que se habían realizado análisis de agua corriente en varios domicilios y que la concentración del arsénico estaba excedida para el consumo humano.

En una vivienda las mediciones efectuadas dieron 0.13 parte por millón.

El fenómeno no es aislado. Un estudio realizado por la provincia de Buenos Aires, reveló que en localidades cercanas sufrían la misma problemática. En este sentido Ferré tiene 0.09; Arribeños 0.08; Salto, 0.010 y Gahan,0.011. En la provincia de Santa Fe, los niveles de arsénico están excedidos en Venado Tuerto, Labordeboy, Hughes -entre otras-
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En nuestra ciudad existen 9 bombas de agua que llevan el vital liquido al gran tanque de 42 y 23. Cada uno de estos pozos tendría distintas concentraciones de arsénico. En la región no existe un estudio serio para brindar soluciones a esta problemática. Cabe destacar que el arsénico es una sustancia can-cerigena y que en nuestra ciudad el 25 por ciento del total de los fallecimientos son causados por distintas formas de cáncer.

Un dato que no es menor es que la población bonaerense tiene el más alto índice de cáncer de colon.
El segundo tema denunciado por Colón Doce es una posible contaminación bacteriológica del agua. El argumento expuesto es el siguiente: el agua de Colón es «muy dura» (con altas concentración de sales).

En tanto para evitar una posible contaminación en el tanque de 42 y 23, se agrega cloro que actua como «protector». La problemática estaría dada que las sales captan el cloro, no dejando que este quede libre en el agua en concentraciones debidas y cumpla su función de «proteger» contra una posible contaminación.

Existirían dos soluciones. La primera es instalar un procedimiento para quitar las sales del agua. La segunda es colocar clorinadores en distintos puntos de la red de agua corriente para que se mantenga los niveles de cloro en los distintos barrios de la ciudad.