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11/09/2003
Rojas conmocionada

Molinos Cabodi. Evitan robo de $ 357.000


Un grupo comando fue sorprendido por la seguridad exterior de la empresa, hubo un tiroteo y dos de los seis malvivientes resultaron heridos, uno gravísimo - Son de Morón y Monte Grande —


Habían reducido al personal, usaban sus ropas y abrieron a soplete una caja fuerte - Los cuatro que huyeron consiguieron llevarse 7.000 dólares en efectivo pero abandonaron un bolso con cheques y 6.000 patacones - Secuestraron armas, sopletes, ropas, sogas y una escalera


Como colorario de un episodio sangriento de ribetes cinematográficos que se vivió el viernes de madrugada en Rojas, se logró evitar la sustracción de unos 357.000 pesos en cheques y patacones, de la firma Molinos Cabodi Hnos. S.A.


Uno de los dos malvivientes heridos en un enfrentamiento armado con gente de la empresa molinera, recibió un balazo en la médula y está cuadripléjico; otro resultó con heridas leves y los cuatro restantes que consiguieron huir, se llevaron 7.000 dólares estadounidenses.


El herido grave fue llevado al hospital regional San José de Pergamino, y se lo regreso al nosocomio de Rojas, sin que aparentemente se hubiera practicado la intervención quirúrgica que en un principio se pensó, para extraerle el plomo alojado en la médula.


El suceso


Colón Doce hace dos ediciones señaló que debíamos estar atentos a los delincuentes que llegarían del conurbano bonaerense y que vendrían por bancos, Mutuales y grandes comercios. El primer episodio de estas características sucedió en Rojas. No ha quedado muy claro cómo empezó a estructurarse este episodio que quedará en los anales de la crónica policial rojense. Todo parece indicar que tal vez hasta tres de los integrantes de un grupo comando de probablemente seis integrantes, consiguieron intro-ducirse temprano a algún sector de la planta molinera y permanecer ocultos hasta que se retiraron el turno de personal del molino y los jerárquicos y administrativos.


Fue a partir de allí —aproximadamente a las 19 o 19.30 del jueves— que los malvivientes redujeron a cuatro obreros molineros que habían quedado en la guardia que controla el funcionamiento del molino durante la noche, y al único empleado de vigilancia, que desempeña sus funciones sin portar armas.
A los molineros les sacaron las ropas y los encerraron en un baño. Se pusieron los uniformes de fajina de los trabajadores y así abordaron al encargado de la vigilancia, a quien a punta de pistola lo llevaron de un lado a otro hasta que se consiguió tener franqueado el paso a los otros tres sujetos, que se habrían movilizado en un automóvil y una camioneta.


Con la situación absolutamente controlada, descargaron un tubo de oxígeno, una garrafa, un manómetro, soplete, una gruesa soga y una escalera metálica de dos tramos.


Primera alarma


Rompieron un vidrio para ingresar al sector de la administración en busca del dinero. En ese momento sonó la alarma en los lugares de la «seguridad externa» que forman parte del dispositivo de seguridad que tiene montado la empresa, aunque por la hora que era, la persona que la escuchó fuera del molino, no le dio importancia suponiendo que pudo tratarse de un accionamiento accidental del personal del molino aún en el interior de la casa.


Una vez que lograron acceder a las dependencias administrativas se abocaron a «sopletear» la caja fuerte, tarea que al parecer le demandó algunas horas y que completaron exitosamente, ya que lograron abrir un rectángulo por el cual extrajeron la gran cantidad de billetes y valores que se encontraba en su interior.


Pero justamente el dispositivo de seguridad funcionó también cuando «tocaron» cierta parte de la caja fuerte y la alarma volvió a sonar a eso de la 1.30 de la madrugada en el sector de «seguridad externa», del cual entonces sí, sin dudar, se puso en práctica el mecanismo preestablecido.


Fue entonces que personas vinculadas a la empresa molinera, armadas, se encaminaron decididamente hacia el establecimiento, concretamente hacia el acceso a la administración y salida de camiones que se encuentra sobre la calle Hipólito Yrigoyen entre Fernando de Rojas y Cristóbal Colón.


Dos delincuentes heridos


El primero en llegar se encontró con dos sujetos vestidos de «molineros» a los que no consiguió identificar y que se movían en actitud sospechosa. Se originó entonces un intercambio de disparos y en el ínterin se pliega otra persona del molino involucrado en la «seguridad externa». A consecuencia del tiroteo dos malvivientes cayeron alcanzados por las balas de la gente de la empresa.


Instantes después llega el primer móvil policial, que había sido avisado de la situación, y poco después se suma más personal policial.


Cuando los policías llegan la situación era que había un malviviente herido tendido en el piso, a pocos metros de la salida de camiones de calla Yrigoyen, y otro también caído, unos cuantos metros más adentro; la gente del molinos se parapetaba ante la presunción de que pudieran estar todavía los cómplices, ya que habían recibido la información de que el grupo era numeroso.


Con las precauciones del caso se fue avanzando hasta terminar de reducir a los heridos y seguir franqueando los demás ámbitos del molino, hasta que se llegó a la conclusión de que los cómplices habían huido.


Esta deducción se debió a que en las cercanías se encontró un bolso que contenía unos 350.800 pesos en cheques y unos 6.800 pesos en patacones, y en el interior, junto a la caja fuerte violentada, los elementos arriba descriptos, evidentemente abandonados por los malvivientes al emprender la fuga.


También se encontraron pantalones, remeras y pulóveres, por lo que se deduce que algunos de los sujetos huyeron con la ropa de los molineros puesta. Asimismo, junto a los malvivientes heridos se encontraron un revólver 38 Tauris y otro 32 Doberman, ambos con la numeración limada y conteniendo cinco balas y una cápsula servida cada uno, lo cual supone que cada uno ejecutó un disparo.


Cuadripléjico


Los sujetos fueron identificados como Carlos De León, de 35 años, domiciliado en Morón, quien recibió una herida de bala en el antebrazo izquierdo y otra de un plomo que le rozó el cuero cabelludo; y Cristian Sotelo, de 24, con domicilio en Monte Grande, quien resultó con un balazo en un glúteo, otro en un antebrazo y el restante se le alojó en la médula lumbar, razón por la cual quedó cuadripléjico.


Ambos fueron conducidos al hospital Saturnino E. Unzué, donde quedaron internados con fuerte custodia policial. De León fue alojado en el área de internación mientras que a Sotelo se lo puso en la unidad de terapia intensiva, desde donde aproximadamente a las 10 se lo trasladó al hospital San José de Pergamino, con el propósito de extraerle la bala de la médula, cometido éste que los médicos habrían decidido finalmente no llevar a cabo por lo infructuoso que sería la intervención; al parecer el neurólogo que evaluó a Sotelo determinó que la bala provocó un seccionamiento total de la médula, por lo que desistió de proceder a tratamiento alguno; en virtud de ello en las últimas horas de ayer estaban trasladando a Sotelo nuevamente a Rojas, con un pronóstico muy delicado ya que su situación puede derivar en complicaciones que pongan en riesgo su vida.


Otros detalles


Cabe añadirse que la policía y la seguridad de la empresa, con las precauciones del caso, completaron la revisión del molino tras liberar a los operarios encerrados, hasta cerciorarse que no quedaba ningún malviviente en el interior, por lo que se supuso entonces que los que serían cuatro más, consiguieron huir con 7.000 dólares estadounidenses que uno de ellos vaya a saberse por qué razón, no introdujo dentro del bolso que finalmente quedó en el lugar. Asimismo, la policía procedió a secuestrar una pistola Steiyr 9 milímetros y una pistola Glock 40 milímetros que fue la que utilizó el personal de la empresa, el cual fue primeramente aprehendido y tras la cumplimentación de las actuaciones de rigor, se les concedió la libertad, unas horas después, por determinación de las autoridades judiciales intervinientes. Paralelamente, se dio la alarma a través del sistema policial que puso en alerta a las unidades policiales de la región, para el control de rutas, aunque se carecía de datos acerca de las características de los vehículos en los que se movilizaban los malhechores.



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