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05/09/2003
Nuevo supermercado

Los coreanos a la puertas de Colón


Según trascendió los locales serían dos. Uno estaría ubicado en calle 16 entre 53 y 54 y ya se hizo contrato de alquiler. El otro es una incógnita. Ambos serían habilitados luego de las elecciones.


El supermercado de capital coreano se habilitaría en calle 16 entre 53 y 54, local de una tradicional familia de Colón. Según nuestra información el comercio solo sería la avanzaba de un segundo a ubicar en otro populoso barrio. El alquiler que se pagaría por el primer local estaría rondando los 2100 pesos. En tanto el Centro de Comerciantes e Industriales pidió un prorroga por 180 días a la ordenanza de emergencia económica que prohíbe la habilitación de nuevos supermercados. El tema de la habilitación se postergaría para “después” de las elecciones y se buscaría alguna salida intermedia como la realizada por supermercado de calle 15 entre 47 y 48.

La habilitación de supermercados es una vieja historia cíclica. La primera fue Supermas, una empresa perteneciente a Supermarket S.A, una empresa con 12 mil pesos de capital. La investigación realizada determinó que 11760 acciones pertenecían a una Sociedad Anónima radicada en Uruguay. El vaciamiento de casi 20 sucursales representó una ganancia “ilicita” de casi 20 millones de pesos.


La segunda empresa de la polémica, fue supermercados Delta. El propietario era un ex socio de Samid en la década de los setenta que junto a Delta vació económicamente el frigorífico Amancay que tenía 200 empleados y estaba ubicado en Pilar.


Se presume que la ganancia dejada por la maniobra de vaciamiento llegó a varios millones de dólares.


La Anónima

En San Pedro, a casi tres años de un episodio que movilizó a buena parte de aquella comunidad, la firma Martínez Sobrado S.A., en concurso de acreedores desde el año pasado, inició los trámites para demandar a la Municipalidad y a sus funcionarios por los daños y perjuicios ocasionados tras el tratamiento de los expedientes con la solicitud para instalar una sucursal del supermercado La Anónima en los terrenos donde se encontraban varios silos.


La firma Martínez Sobrado está transitando un complicado concurso de acreedores con reclamos de sumas millonarias, a partir del cese de actividades, que se produjo meses después de fracasar una serie de intentos por desprenderse de las instalaciones en las que aún hoy están emplazados portentosos silos que supieron almacenar durante años buena parte del cereal de la región. La tortuosa relación de la firma y la Municipalidad entró en su zona más complicada cuando se debió llegar a los tribunales de San Nicolás para firmar un compromiso que le otorgó más plazo de funcionamiento a los silos en Avenida 3 de Febrero, a cambio de la aprobación de modificaciones a normas urbanísticas que permitieran destinar a otros fines las tierras de los silos y trasladarlos a otra zona más alejada. El tiempo transcurrió sin que los silos cesaran su actividad y sin que la Municipalidad impulsara las normas solicitadas.


En medio de protestas de los vecinos, que esperaron la fecha tope del funcionamiento de los silos para dejar de soportar el polvillo, apareció una salida que en apariencia iba a resolver varios problemas juntos: la instalación de un supermercado.


La firma «La Anónima» una de las más fuertes, especialmente en el sur, se contactó con la cerealera y le ofreció comprar los terrenos de los silos en 525 mil dólares para instalar una sucursal. Esa cifra, en ese momento hubiese cambiado la historia de la firma y también la fisonomía del barrio.


Sin embargo las cosas se dieron de otra manera. La factibilidad extendida por el área técnica del municipio y el acuerdo de palabra con el Intendente (jamás confirmado por él) no alcanzaron para frenar la gran presión ejercida por el Centro de Comercio liderando «la resistencia».


La Anónima ingresó dos expedientes en la Municipalidad (uno técnico y otro administrativo) y entregó una seña de 100 mil dólares a la firma propietaria de los silos como adelanto de la operación. Comenzó a correr el tiempo de indefinición y esa resistencia a la instalación de supermercados recaló en el HCD en donde se sancionaron ordenanzas que convirtieron en imposible la habilitación de La Anónima y por ende la venta del terreno de los silos. Además, el Intendente Barbieri dejó la escena política y de decisión por varios días, producto de una intervención quirúrgica que lo mantuvo alejado, mientras en su reemplazo actuaba el primer concejal, Alberto Pando.


Este hecho puntual; la indefinición y el trato presuntamente inadecuado y cambiante que tuvo el municipio para con este emprendimiento dio lugar a múltiples polémicas y a un enfrentamiento que reanimó la causa anterior por la extensión de los plazos en el funcionamiento de los silos.
Desde entonces (fines de 2000) no se dejó de anunciar una demanda millonaria contra el municipio por daños y perjuicios, pero esto se aquietó ante la posibilidad de otro acuerdo que evitara el desbarranco de la empresa y la inutilidad del predio de los silos, que seguían almacenando cereal.


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