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03/07/2003
A nuestros funcionarios municipales

Investiguen el tema del cáncer


canilla (6k image)En Diciembre pasado publicamos los números del horror. El 25 por ciento de los colonenses mueren de cáncer.


El Bloque del AMIC hizo una seria y profunda investigación y en silencio para no causar conmoción Resultados que preocupan.


En diciembre publicamos las estadísticas exactas sobre el cáncer .

En 1999 en Colón fallecieron 238 personas. Un total de l9.4 mensuales. Las mujeres tuvieron un promedio de edad de 74.6 y las hombres 64.5 años.


Lo notable es que hubo 38 muertes por causas oncológicas.


En el 2000 murieron en el distrito 240 personas. Los más llamativo es que por causas oncológicas fallecieron 53 personas.


En el 2001 las muertes fueron 214 personas y hubo 56 causas de muerte por cáncer. El aumento es progresivo a través de los años.


En diciembre le pedimos a las autoridades un mapa del cáncer en la ciudad para realizar un seguimiento y descubrir si existen causas evitables. En ese momento dimos como hipótesis la posibilidad del arsénico en el agua, el aceite refrigerante reciclado por la Cooperativa Eléctrica y usado en los transformadores eléctricos y algunos tipos de escoria utilizados en las calles de nuestra ciudad.

La investigación


El Concejal Soria comenzó durante meses a realizar una prolija investigación y los resultados fueron impac-tantes. El edil del AMIC cada vez toma más dimensión de estadista, aventajando al común de los dirigentes locales. El Concejal Ricardo Raineri acusó a Soria de tirar temas como el del agua de nuestra ciudad de gran repercusión pública e irresponsablemente no aportar pruebas.


El concejal del AMIC dijo que no quería usar el tema del agua electoralmente pero que debido a las acusaciones de Raineri hizo buscar el estudio realizado desde enero pasado.


Las muestras de agua fueron tomadas en distintos puntos de la ciudad y lacrada ante la escribana pública Ana Paula Talarico. Las Muestras se remitieron a la Universidad de Córdoba y cuenta con el respectivo protocolo.

Los resultados fueron los siguientes y luego de tomar conciencia pedimos que se lea el informe médico de la Asesoría Pericial Departamental Junín.


Toma 1- Calle 43 e 20 y 21, resultado 0.01 mgr de arsénico por litro.
Toma 2- Calle 18 Nº 1021, resultado 0.05 mgr de arsénico por litro.
Toma 3- Calle 49 Nº 571, resultado 0.06 mgr de arsénico por litro.
Toma 4- Calle 45 e 14 y 15, resultado 0.06 mgr de arsénico por litro.
Toma 5- Calle 54 e 17 y 18, resultado 0,13 mgr de arsénico por litro.


La causa Junín


Un informe médico de la Asesoría Pericial Departamental aseguró que el agua consumida por los juninenses provoca cáncer de pulmón y laringe, entre otras enfermedades, y sostuvo que quienes la ingieren están condenados para el resto de sus vidas.


El peritaje, efectuado por el médico forense Ricardo Oubiña, designado en la causa caratulada “Meza Jorge Alfredo y otros contra la Municipalidad de Junín sobre amparo”, señala que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda “como valor máximo para el arsénico 0,01 miligramos por litro y algunos autores advierten que el consumo de aguas arsenicales con tenores mayores a 0,02 miligramos por litro son capaces de provocar arsenisismo crónico”. Además detalló que el Código Alimentario Nacional y la ley regulatoria provincial vigentes admiten como valores máximos en agua potable de suministro público, 0,05 miligramos por litro en el caso del arsénico (As), y 0,50 miligramos por litro para los nitritos (NO3).


La Justicia ya confirmó en dos resoluciones recientes que el agua ingerida por los juninenses contiene niveles de arsénico superiores a topes máximos permitidos por la legislación vigente. En ese sentido, el informe del perito Oubiña remarcó que el agua potable que se distribuye en la ciudad está “contaminada”, es “agua arsenical, no potable”. Y agregó que “dictámenes técnicos, químicos muestran que los contenidos de arsénico y nitratos del agua de red pública de Junín, exceden los límites máximos permitidos por la ley y la ciencia médica”.

Según concluyó, “tal fluido no puede ser considerado como agua potable, sino como aguas contaminadas no aptas para el consumo humano”.


Al referirse a los perjuicios que el arsénico provoca en la salud de las personas, el médico explicó que “el agua con arsénico es absorbida por el cuerpo humano y a través del torrente circulatorio se distribuye y deposita en diferentes órganos, como el pulmón, el hígado, riñón, piel, dientes, pelo y uñas”. En el dictamen destacó también que de los daños que causa el arsénico, “la característica más devastadora es que quienes consumen” ese tóxico “están condenados para el restos de sus vidas”.
Además detalló que los trastornos característicos causados por el arsénico son la quedatodermia, la leucodermia, el epitelioma (cáncer) de piel tipo Bowen, el epitelioma espino celular, el cáncer de pulmón y el cáncer de laringe.


La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer “coloca al arsénico en el grupo 1 de los elementos productores de cánceres humanos”, mientras que la Agencia de Protección Ambiental de E.U. lo sitúa “como el cuarto de los primeros 54 elementos con mayor potencia para producir cáncer (Grupo A)”, dice el informe. Para Oubiña las aguas arsenicales -como la de Junín- resultan “altamente peligrosas y nocivas para la salud”.


El médico opinó en la misma línea que “el alto contenido de nitratos ocasiona en la sangre transformaciones químicas de la hemoglobina y formación de derivados nitrados capaces de comportarse como anemias y tener también efecto cancerígeno”. Del informe se desprende que, clínicamente, los efectos del arsénico se exteriorizan a través de neuropatías, trastornos vasculares periféricos, afección hepática y renal.


En tanto, las manifestaciones cutáneas transitan por cuatro períodos que van desde la hiperhidrosis de la planta de los pies y las manos hasta el cáncer cutáneo.


“El impacto general llega hasta el cáncer de pulmón e hígado”, indicó Oubiña. Por otra parte, sostuvo que la bibliografía utilizada para “sustentar mis opiniones, vertidas en este peritaje, son además del conocimiento propio, de la literatura que el respecto proviene de la Cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata”.


Además citó fuentes consultadas, como los trabajos de Luis Fernández, De Bértola y Tello, de la Universidad de Córdoba, y literatura de Juan Carlos Gatti, José Esteban Carnada, la Guía de Sustancias Contaminantes de Grijalbo, y los trabajos de José Carlos Corbatta.


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