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30/06/2003
Un caco y su familia

Lo identificaron, fugó y se atrincheró.


logo_policiales (6k image)Un hombre con pedido de captura se atrincheró durante tres horas con su mujer y dos hijos de corta edad, en el interior de un galpón que encontró con las puertas abiertas mientras huía de la policía.


El hombre finalmente se entregó cuando la instructora judicial llegó con la tercer hija de apenas cuatro años de edad, al cual reclamaba a su lado. La pequeña se encontraba en la casa de un familiar.


Según trascendió, todo comenzó en calle 9 y 50, cuando la policía identificó a un hombre que se conducía en un Fíat 1500 y que tenía pedido de captura de la policía santafesina por ilícitos cometidos en esa jurisdicción. A pesar del hermetismo policial, se sospecha que la policía tenía información que el hombre con pedido de captura vendría a nuestra ciudad a buscar a su hija. En este contexto se habría montado una guardia para esperarlo y atraparlo.


En un primer momento, el delincuente que había caído en la trampa se entregó mansamente a los uniformados. Una vez identificado como Nelson Arigone, la policía lo trasladó a la Comisaría local.


Arigoni por su tranquilidad se ganó la confianza y se fue conduciendo su propio vehículo donde además llevaba a su mujer y sus dos hijos uno de seis años y el otro de siete meses.


En el camino hacia la comisaría el individuo extrajo un cuchillo de regulares dimensiones y le “tiró” dos puntazos a su custodio, el cabo primero Barragán, obligándolo a arrojarse del auto. El policía sufrió algunos golpes y contusiones siendo trasladado al Hospital Municipal.


En tanto que Arigone aceleró el vehículo tratando de huir del patrullero que lo seguía de cerca.


En cercanías de la calle 9 y 58, abandonó el auto y continúo su huida a toda carrera llevando a su mujer y dos hijos.


La policía ya estaba por atraparlo, cuando ingreso a un galpón, ubicado en calle 58 entre 9 y 10 y comenzó a pedir a gritos que viniera un juez, mientras amenazaba con el cuchillo a su propia familia.


Rápidamente la cuadra fue rodeada con aproximadamente 30 efectivos policiales.


El animo del delincuente era cambiante y se temía que realizara una maniobra poco feliz con sus hijos o su joven pareja. El fiscal Mario Gomez llegó de Pergamino y comenzó a negociar la entrega. El delincuente no quería estar detenido en la Comisaría local porque temía represalias al haber herido a un policía.


Por otro lado, pedía a gritos que le trajeran a su tercer hijo que había dejado en casa de un amigo.


La instructora judicial Susana Gandolfo finalmente llegó con una nena de cuatro años. En ese momento siendo las 11. 40, Arigone luego de conversar con el fiscal se entregó mansamente.


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