Los desaparecidos de la democracia

Entre el 35 y 40 por ciento de los chicos colonenses sufre anemia. Es por la falta de una adecuada alimentación.

En Colón el 35 a 40 por ciento de los niños sufre una deficiencia anémica. El problema es de fácil solución y muy barato, solo se debe adquirir núcleos que contengan ácido fólico y hierro y agregárselo a la leche de los programas infantiles (se los podría dar en los comedores infantiles de nuestra ciudad) y en las harinas. Repartir el núcleo para que sean agregados por los propios panaderos. Cabe destacar que en la provincia de Buenos Aires existe una ley aprobada por la Cámara de Diputados y Senadores en el año 2002 y que todavía no se reglamenta como es debido.

Ley

La desnutrición, definida como desbalance entre los nutrientes que requiere el organismo y los ingeridos, es una enfermedad que si bien es producida por múltiples factores, podemos diferenciarla en dos grandes ramas:

1- La secundaria, que es la resultante de otro proceso patológico previo.
2- La primaria o social que es la que resulta de la pobreza, de la falta de acceso de amplios sectores de la población a los alimentos necesarios. La desnutrición primaria, la ocasionada por la carencia de alimentos, es una enfermedad social y es la expresión del egoísmo y la falta de solidaridad social
Cabe destacar que la desnutrición condiciona el posterior desarrollo del niño, lo pone en desventaja con los niños bien nutridos. El desarrollo neurológico de los niños desnutridos es deficiente. La desnutrición se convierte en la más injusta de las discriminaciones.

Se debe destacar que la falta de nutrientes en la dieta, aumenta las posibilidades de padecer infecciones respiratorias e intestinales u otras enfermedades infecciosas, que requieran internación o que produzcan la muerte, fundamentalmente en menores de 5 años que son los más vulnerables de padecerla puesto que están en pleno crecimiento y desarrollo.

Las secuelas de la desnutrición son muy grandes y ponen en desventaja al desnutrido o que padeció de desnutrición. Las consecuencias van desde una disminución en el coeficiente intelectual, problemas de aprendizaje, retención y memoria (disminución de la asimilación de conocimientos), escaso desarrollo muscular y enfermedades infecciosas frecuentes en la niñez, hasta un mayor riesgo a enfermedades crónicas en la edad adulta.

Los adultos que de niños fueron desnutridos presentan dificultades para desempeñar eficientemente sus labores, para establecer relaciones sociales. Les falta madurez intelectual.

Actualmente, como se modifica el menú familiar ante la grave crisis que nos afecta, la desnutrición se acompaña de anemia (por deficiencia de hierro) y a pesar de ser Argentina el país de la carne, 1 de cada 2 niños menores de 2 años padece de anemia según la Unicef. Esta falta de hierro agrava las consecuencias de la desnutrición, aqueja aún más el rendimiento escolar y las defensas inmunológicas y aumenta la vulnerabilidad de estos niños a padecer, por ejemplo, las infecciones.

Está demostrado que los niños que fueron lactantes anémicos tienen menor rendimiento intelectual que los no anémicos, aun si se les trata la anemia posteriormente. Si llegan a lograr los niveles de hierro deseados en sangre y se les evalúa 6 años más tarde su rendimiento intelectual, encontraremos que al realizar las pruebas de desarrollo mental, será significativamente menor que aquellos que no lo fueron. Es la secuela, la cicatriz, que deja la deficiencia de hierro, por lo tanto, el aporte del mismo tardíamente no soluciona el problema.

Conurbano

Al 48 por ciento de los menores de 2 años les falta hierro en la sangre y pueden sufrir retrasos.
En el conurbano bonaerense, el 48 por ciento de los menores de dos años padece de anemia -falta de hierro-. En los niños de esa edad la enfermedad provoca bajos resultados en las pruebas de desarrollo intelectual, mientras que en los adolescentes y adultos causan apatía y menor capacidad de trabajo físico. Con una dieta acorde de carnes rojas, el pescado y el huevo se podría evitar.

En las embarazadas, la anemia trae aparejado retardo intrauterino en el crecimiento del niño, con el consecuente bajo peso al nacer y los índices de mortalidad en bebés con bajo peso es de dos a tres veces superior a los que nacen con 3 kilogramos.