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13/06/2003
Inundaciones en la región

La imprevisión de los gobiernos


Las calles de nuestra ciudad ante la falta de cordones cuneta parecen ríos. Los caminos están mal arreglados. Lo importante parece ser posicionarse para las elecciones.


En Colón venimos alertando sobre la colocación de mejorado de escoria y cinta asfáltica sin una debida planificación y por contrapartida (por los costos que tiene) la falta de construcción de los cordones cunetas y obras de infraestructura para desagotar rápidamente el agua de lluvia.


En el presente, el centro de la ciudad cuando llueve 40 milímetros es intransitable para vehículos e imposible de andar para los sufridos transeúntes. El agua supera los cordones de la vereda y en muchos casos llega a las puertas de las viviendas y comercios.


En los últimos meses, se pudo observar inundaciones en domicilios particulares con precipitaciones de no más de 50 milímetros.


La pregunta es: ¿Qué pasa si caen 300 milímetros en pocas horas?. Los ejemplos se van acumulando y los vecinos pueden dar cuenta de ello.


La llegada de las elecciones (en gobierno de cualquier signo político) hace que los funcionarios pongan en marcha el mecanismo de rellenar las calles con escorias de cualquier origen.


Los gobiernos de turno no tienen en cuenta algunos cuestiones de infraestructura básica como los cordones cunetas o algunas denuncias realizadas en el sur de Santa Fe y que sospechan que la escoria podría ser una sustancia cancerígena. Según se pudo saber por dichos de dirigentes opositores el actual gobierno municipal, en el año 2002, entre lo adeudado y nuevas partidas habría recibido 2 millones de pesos más por concepto de coparticipación, por lo que algunas de estas obras se podrían haber realizado.


El problema de la imprevisión también se extiende a los caminos rurales. En este sentido por ahorrar horas hombres y combustibles se “raspa y tapan los pozos” sin que se realice un correcto trabajo de abovedado acompañado de un buen mantenimiento de cunetas. El resultado son caminos mal conservados y que hacen las veces de “lechos de ríos” para el agua de lluvia que fluye hacia los lugares más bajos.


Amarillistas


Hay ejemplos emblemáticos. La falta de previsión de nuestros dirigentes políticos, la mayoría carentes de formación técnica y hasta cultural, es peligrosamente alarmante. El 18 de mayo de 2001, semanario Colón Doce titulaba en tapa:


“La gran amenaza. Puede desaparecer Melincué”. En el copete agregábamos “La laguna esta rodeada por anillo de protección. El Jefe Comunal pide construcción urgente de un canal aliviador. Argumenta que una lluvia puede ser el detonante para que la planta urbana se inunde. La ruta 90 estaría en peligro”.


En mayo de 2003, faltó muy poco para que el casco urbano desapareciera. Los gobernantes santafesinos (Ejecutivo y legislativo) tuvieron dos años para solucionar la problemática. A pesar de tener una localidad con las pertenencias de sus habitantes nada hicieron.


Las autoridades municipales de la ciudad santafesina reclamaron la construcción de un canal aliviador o regulador. La obra ya estaba contemplada en la ley 11634. La obra de desagote debería desembocar en el arroyo Pavón decíamos en aquella oportunidad.


Las autoridades políticas nos respondieron argumentando que “la obra del canal aliviador salía a licitación el 28 de octubre de 2001.


A dos años de aquella promesa no se realizó obra alguna.


Mientras tanto Melincué esta sitiada por las aguas y a punto de desaparecer. Los habitantes recuerdan la leyenda dejada hace más de 40 años por técnicos que estudiaron la problemática y que señalaron que la ciudad entera desaparecería por la crecida de la Laguna. Más allá de este temor, la imprevisión de nuestros gobernantes es digna de llevar al libro Guiness.


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