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22/05/2003
Melincué

La ciudad corre peligro


Los técnicos dicen que si llega a ceder el anillo de contención la localidad se inundaría en forma completa. Pasado, presente y futuro de una ciudad que políticos y funcionarios dejaron “hundir”.


Una fuente técnica a la que tuvo acceso Colón Doce y que recorrió con un pequeño avión la zona de la laguna Melincué, ilustra la situación diciendo: “La planta urbana es solo un pequeño punto de tierra dentro de una masa de agua”.


Los técnicos consultados coinciden que el terraplén detuvo hasta el momento la masa hí-drica y salvó de una segura inundación a la pequeña localidad, pero de continuar la tendencia que comenzó en la década del setenta, la sentencia final parece escrita “ la desaparición de Melincué”.


Los trabajos que se deben realizar para salvaguardar la localidad santafesina comprenden la nivelación de la laguna, el mejoramiento del canal San Urbano (promesa de todo gobernador y diputado en campaña) y la ampliación de sus puentes sobre la ruta 90.


En semanas anteriores y debido a las grandes lluvias la Ruta 90 permaneció cortada al tránsito.


Cabe destacar que Melincué para mejorar las condiciones hídricas y que se realizaran obras de infraestructura necesaria entró en el rango de emergencia nacional en el gobierno de Fernando de La Rua.


La otra ciudad que comienza a pedir obras de infraestructura es Venado Tuerto. Sus dirigentes políticos se dan cuenta del peligro que corren algunas barriadas periféricas y muchos de sus campos.


En el marco del complejo escu-rrimiento de las aguas en el sur de Santa Fe, que incluye el desa-güe del distrito Venado Tuerto todo parece complicarse.


Si eso ocurriera habría una cuenca ampliada sobre el canal San Urbano que, en presencia de futuras grandes lluvias, representaría un riesgo de desborde de la laguna Melincué. Los estudios deben ser precisos y las obras urgentes. Una población puede desaparecer.


Los años de gloria


Para el balneario de Melincué hay un dicho popular que tiene plena vigencia: «Todo tiempo pasado fue mejor». Inexplicablemente, el agua y la falta de previsión hicieron decaer una estructura turística que en la década del 30 era de lujo. Los colonenses fueron testigos de aquel balneario y fueron muchos los que disfrutaron de sus aguas curativas, incluso hubo una tragedia en la década del treinta cuando murió una joven convecina que enluto a toda nuestra comunidad.


Con un promedio anual de 150 mil personas por temporada, de atracción sin competencia en toda la región. Para demostrar esa fama alcanza con un dato: allí el famoso conjunto Los Plateros hizo su primera actuación en la Argentina.


«En la Gaceta Rosarina de 1926 un aviso publicitaba a los colectivos que partían hacia Melincué para veranear». En aquel entonces el hotel, construido en la isla, tenía una sólida estructura que incluía una cámara frigorífica, estación de servicio, peluquería y guardería de lanchas. «Era la atracción de los que tenían dinero», recuerdan los memoriosos.


El hotel, que desde 1974 permanece inundado, se inauguró en 1930 y llegó a ser el único de turismo de la provincia. La obra, que se comenzó en 1924, reemplazó a un edificio de madera al estilo inglés. De aquellos días sólo quedan fotos de mujeres luciendo guantes a la moda de la época y hombres de traje y sombrero, además de una frondosa arboleda de tamariscos que el agua también convirtió en recuerdo.


Durante aquellos años la comuna estaba a cargo de la administración del balneario. La afluencia de público era tal que el día que se anunció la actuación de Leonardo Favio se rindieron ingresos por 36 mil entradas. Era el lugar más famoso de una zona muy amplia, se corría una de las fechas de la competencia nacional de veleros y lanchas de la categoría mojarras, que estaban equipadas con motores de auto


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