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22/05/2003
Un ejemplo emblemático

La policía desbordada


La muerte por paro cardíaco de una anciana “destapó” en Arrecifes la ineptitud policial. Debemos recordar que se trata de una ciudad “sitiada” por la delincuencia.


«Masacre en Arrecifes» así titulo en grandes letras rojas Crónica TV, a mediados de la semana pasada. Según el canal policial capitalino, una anciana había muerto ferozmente golpeada en el interior de su vivienda. Los arrecifeños que estaban frente al televisor no podían creer la situación que les tocaba vivir.


La población de esa ciudad viven momentos muy especiales. La inseguridad avanza a pasos agigantados y se señala que ya caminan patotas armadas con total impunidad por las calles de la que fuera la capital del automovilismo.


Los asaltos a comercios, scruche de viviendas, robo de autos, ciclomotores, bicicletas y faena de ganado en la zona rural se suceden sin que sean descubiertos y detenidos los responsables.


En este marco poco común, un hecho violento iba a poner al rojo vivo, la relación población gobernantes en Arrecifes. En una casa de Perez Millan al 700 de Villa Sanguinetti varios policías encontraban muerta a una anciana de 76 años.


El suceso tenía en vilo a la población y más confusión hubo cuando se conoció el resultado de la autopsia: Aída Castillo de Velazco de 76 años había muerto de un paro cardiorespiratorio.


La historia


Los vecinos preocupados denunciaron a la policía que hacía dos días que no observaban recorrer el barrio a la septuagenaria. Esa conducta era algo inhabitual debido a que era una persona muy dinámica. Los uniformados llegados ingresaron a la pequeña casa por los fondos y encontraron la puerta que da un patio trasero sin la correspondiente cerradura.

Los policías al atravesar la puerta del dormitorio observaron el cuerpo de la anciana tirada sobre la cama y con signos evidentes de haber sido golpeada ferozmente. La primera impresión de los testigos fue de espanto. A la anciana le faltaba una pieza ósea de su cabeza.


La noticia corrió como un reguero de pólvora por el barrio de Villa Sanguineti y se traslado a los demás rincones de la ciudad. No se necesitaba que un periodista desde una radio o un diario reprodujera los hechos. El boca a boca se desparramó como un gota de aceite, e hizo que los hechos se distorsionaran, hasta el grado de que se argumentara: “ la anciana estaba completamente desfigurada por los mar-tillazos recibidos”.


Por otro lado, debido al estado que tenía la población cuando se iba conociendo la información se temía sobre las graves repercusiones que podía proyectar el homicidio y más teniendo en la ciudad el marco de una creciente inseguridad.


En la cabeza de muchos dirigentes se temía lo peor: una pueblada frente a la Municipalidad y la Comisaría. El temor era “esto se sabe como comienza pero no como termina”.

Las explicaciones tardaron más de lo debido y esta tardanza pudo derivar en algo mucho más grave. Un familiar explicó que la falta de la pieza ósea en su cabeza se debía a una operación anterior que había tenido la anciana. Por otro lado, los golpes que se observaron habrían sido los normales al caer sobre partes duras de la cama.

Aunque no todo es sentido común. En medio del espanto llegó el perito de San Nicolás y el fiscal encargado de la causa. El médico de policía constato que faltaba el hueso craneano por lo que instaló la hipótesis de la muerte violenta.


El comisario Horacio Ferreri con total falta de “time” además agregaba que la casa estaba muy desordenada por lo que los ladrones habrían ingresado con fines de robo matando a la anciana”. Con el correr de las horas cambió su discurso y dijo que no sería robo porque todos los objetos valiosos estaban en su lugar y que a “simple vista no pasaba nada”


Cuando se conoció que la autopsia había determinado que la muerte de la mujer se debió a un paro cardíaco las “fuentes poli-ciales” dijeron que la muerte podría deberse a que la anciana se asustó al ver a los ladrones y sufrió el ataque al corazón.


A esta altura de las circunstancia uno se pregunta con policías de este tipo como una ciudad puede estar “tranquila” . El Ministerio de Seguridad debería tomar cartas en el asunto y comenzar de cero a darle los cursos respectivos para ver si pueden llegar hacer aunque sea “guardias imaginarias”.


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