PAGINA PRINCIPAL TAPA PAPEL CONSULTAR ARCHIVOS POR FECHA AVISOS FUNEBRES CONTACTESE

Enviar Artículo a un amigo  
Imprimir Artículo IMPRIMIR ESTE ARTICULO

16/05/2003
El alcohol y los jóvenes

Las consecuencias por la falta de política preventiva


El alcohol en nuestra ciudad costó muchas vidas jóvenes en los últimos cinco años y perdidas millonarias por los daños ocasionados. Una radiografía que nos muestra como sociedad.


Los datos con respecto al consumo de alcohol a nivel provincial son preocupantes. En Colón falta una eficaz política de prevención.


La mayoría de los accidentes fatales y otros sin que sean graves son protagonizados periódicamente (choque de vehículos, destrucción de canteros, choque contra árboles, accidentes en motos o ciclomotores), en la mayoría de los casos en los análisis de sangre tienen una presencia preocupante: el alcohol.


Las sociedades no se suicidan, pero muchas veces les cuesta encontrar el rumbo. En Colón el último lustro el alcohol tuvo un alto costo, varios jóvenes que perdieron la vida en accidentes de tránsito.
En tanto y como una cruel paradoja no existe desde el gobierno municipal una política preventiva.
Sin más se machaco hasta el cansancio en el uso del casco en motociclistas y en uno de los estantes descansa sin tener una función un alcoholímetro donado por la provincia de Buenos Aires para realizar los controles en conductores.


Las estadísticas señalan que los controles de alcoholemia dan un excelente resultado con una notaria disminución de accidentes de tránsito. La pregunta es ¿Por qué no se hace?.


Abuso de alcohol


De los más de 11 mil llamados que recibió durante el último año, el 44 por ciento estuvieron originados en menores de 20 años que, en su gran mayoría, son abu-sadores de alcohol. Si se suman los menores de 25 años, el índice trepa a más del 68 por ciento del total de llamados. El exceso con bebidas alcohólicas se ha venido incre-mentando sin interrupción en los registros del servicio telefónico, desde hace nueve años cuando fue creado. En 1994 la patología alcohólica se rastreaba sólo en el 18 por ciento de los llamados, en tanto que hoy ese segmento se ubica en más del 33 por ciento.


El uso de sustancias ilegales como marihuana o cocaína también generan una importante demanda al servicio, con más del 32 y del 22 por ciento respectivamente. Sin embargo, en la casi totalidad de los llamados se rastrea el alcohol como droga de inicio o como droga de consumo paralelo a las otras. S i se lo incluye en esta población da como resultado que más del 80 por ciento mantiene un contacto abusivo con bebidas alcohólicas. En todo el período FONO-DROGA recibió cerca de 100 mil llamados.


Son las madres con el 23 por ciento quienes más acuden a pedir ayuda, sobretodo los fines de semana, que son los días donde mayor caudal de llamados se registran. Sin embargo, de un tiempo a esta parte se incremen-tó la presencia de los propios usuarios o consumidores, que hoy alcanzan al 15 por ciento. El resto de las demandas muestran una gran atomización donde sobresalen la pareja, los amigos o hermanos del consumidor y hasta profesionales de la salud que no saben adónde recurrir.


Detección temprana


El sistema, atendido por profesionales durante las 24 horas, funciona en el 0800-2225462 y permite establecer una primera escucha con el usuario en problemas, a quien se lo contiene, orienta y brinda una respuesta de atención específica en el Centro Provincial de Atención (CPA) más cercano a su domicilio. En Colón calle 50 y 12.


La Provincia, a través de la Subsecretaría de Atención de las Adicciones, cuenta con 195 servicios de este tipo, con atención pública, gratuita y sin listas de espera. Actualmente reciben asistencia más de 10 mil pacientes con diferentes patologías adictivas en todo el territorio bonaerense. El titular de la Subsecretaría, Claudio Mate, explicó que el servicio telefónico “permite establecer una detección precoz de los pacientes, con un incremento de los menores que acuden a pedir ayuda y donde la patología recurrente es el alcoholismo”.


Mate aseguró que el sistema también “genera un pronóstico del mapa epidemiológico para los próximo cinco años” donde, diagnosticó, “habrá diez veces más alcohólicos crónicos que en la actualidad y diez años más jóvenes”.


El perfil familiar en que se desenvuelve el usuario de Fono-droga es altamente conflictivo. Si bien la mayoría convive con su familia de origen (31%) o con su madre (26%), sólo el 16 por ciento acepta tener una “relación positiva”. A esto se suma las dificultades que presenta en el ámbito educativo y laboral.


Del total de llamados del último año, el 53 por ciento de los casos que motivan la consulta abandonó sus estudios en el ciclo EGB o polimodal. Hay un 20 por ciento que no se pudo determinar.


A su vez hay 46 por ciento entre mayores desempleados y menores que no tienen ninguna ocupación. Solo el 40 por ciento estudia o trabaja.


Cambios en el límite legal nacional


La ley nacional de tránsito y su reglamentación, establecían un límite de tolerancia máximo de alcohol en sangre de 0,5 g por litro; pero la nueva «ley nacional de lucha contra el alcoholismo Nº 24788», la modificó para algunos conductores: 0,2 g por litro de sangre para motociclistas y ciclo-motoristas, y 0 g para conductores profesionales (transporte de pasajeros, carga o menores). Para el resto, el límite continúa siendo el de 0,5 g por litro de sangre.


La medida es un importante aporte a la seguridad de todos en la vía pública en tanto y cuanto, se realicen controles “eficaces” de alcoholemia en calles y rutas y se sancione efectivamente a los que conducen alcoholizados.


En algunos municipios se han comenzado algunos pocos controles aislados. Todas estas tareas son útiles, pero no suficientes.


Es necesario que la autoridad de aplicación de la ley se comprometa seriamente en “detectar”, por medio de controles sistemáticos, continuos y multilocalizados, detener, y “sancionar” a quienes ponen en peligro su propia vida y la de los demás al conducir alcoholizados. Solamente cuando éstos últimos comprendan que les traerá más perjuicio que beneficios el beber alcohol y conducir, comenzarán a cambiar de comportamiento. La sociedad argentina está suficientemente informada y lista para el cambio. Necesita que el estado asuma su responsabilidad.

El alcohol, aunque culturalmente aceptado y saboreado en diferentes preparaciones por casi todo el mundo, es un tóxico depresor del sistema nervioso central. Ya desde las primeras copas, y aunque uno no lo note, embota los sentidos, altera la percepción y disminuye la capacidad de atención.


- Se alargan los tiempos de reacción, por lo que las respuestas y maniobras se hacen más lentas y torpes.


- La visión se ve afectada, en especial, empeora la visión periférica (a los lados), se hace más lenta la adaptación a los cambios de luz (por ej. en caso de encandilamiento), y se perciben con dificultad los tonos rojos (tardan en reconocerse las luces rojas del semáforo, las luces de posición y las de freno).


- Genera una falsa sensación de seguridad, con errores de juicio e interpretación, que predispone a excesos de velocidad y a todo tipo de violaciones a las normas de seguridad en el tránsito.


Por eso lo único seguro es no beber si se debe conducir, o no conducir si se ha bebido.


¿Qué significa un límite máximo de 0,5g?
¿Cuánto se tolera beber, según este límite?


Primeramente, debemos decir que no es un límite cuantitativo, igual para todos, sino que VARÍA EN CADA PERSONA, según diversas circunstancias personales, y en especial, según el peso y el sexo.


Una misma cantidad de alcohol puede que no supere el límite legal en una persona y en otra sí.
Observe el siguiente ejemplo: un hombre que pesa 70 kg bebe un vaso de vino (200 cm3), al igual que una mujer de 55 kg de peso.


En ambos casos el resultado, en el momento de máxima intoxicación alcohólica, dará diferente, dadas las diferencias de peso y sexo (que determinan diferentes cantidades de líquido corporal).


1 Vaso de vino: (200 cm3)
Hombre-70 kg 0,4
Mujer-55 kg 0,6
Otro ejemplo:
2 Latas de cerveza: (700 cm3)
Hombre-70 kg 0,55
Mujer-55 kg 0,80


Como se ve, en el primer ejemplo el hombre está casi en el límite tolerado, mientras que la mujer ha superado el mismo con igual cantidad de alcohol ingerido. En el segundo ejemplo, 2 latas de cerveza bastaron para excederlo, pero la intoxicación en la mujer, que a la vez pesa menos, es mucho mayor aún.


Estos son cálculos aproximados, ya que inciden también otros factores, tales como la edad, el cansancio, la ingestión de ciertos medicamentos, enfermedades, etc., que pueden potenciar los efectos tóxicos, por lo cual en realidad resulta muy difícil decir, con exactitud, si un vaso de bebida alcohólica, en un determinado ser humano y en un momento preciso, lo hará superar o no, el límite legalmente tolerado, dejando bien en claro que, el que no lo supere no garantiza que se esté en reales condiciones de conducir con seguridad, ya que aún por debajo del límite legal la capacidad psicofísica se ve afectada.


Por eso lo único seguro es no beber si se debe conducir, o no conducir si se ha bebido.


VOLVER A PAGINA ANTERIOR




Home | Tapa | Archivos | Fúnebres | Consultas
© Semanario Colón Doce - Todos los Derechos Reservados