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08/05/2003
Preocupante

Crecimiento del delito rural


Las autoridades están preocupadas por la millonaria pérdida que deben enfrentar los productores rurales por el faenamiento de animales vacunos.


Abigeato en Buenos Aires


Los chacareros de la provincia de Buenos Aires sufren desde hace más un año el vertiginoso crecimiento de los hechos de abigeato y cuatrerismo sin que sus reclamos reciban una respuesta de la policía y la justicia. Entre 2001 y 2002 se perdieron 16.260 cabezas de ganado por robos cometidos en campos y rutas bonaerenses. La cifra representa un perjuicio económico de 9.756.000 pesos, al que se suma el ocasionado por la sustracción de cereal y agroquímicos.


En Colón en los últimos siete años -según nuestros archivos- se faenaron aproximadamente 250 cabezas vacunas. La pérdida para los ganaderos es millonaria y alcanzaría a los 250 mil pesos. El ejemplo emblemático es que a un solo productor, los cuatreros le faenaron 40 cabezas vacunas. También en estos momentos la justicia decidió la continuidad de la detención de una mujer y un hombre que habían faenado un toro valuado en tres mil pesos en una fallo ejemplar publicado en su totalidad por Colón Doce.


En el mismo sentido, basta recordar que un solo cuatrero hace un lustro había faenado la cantidad de 40 cabezas vacunas.


Entidades


Las sociedades rurales y agrupaciones de productores agropecuarios de la Provincia plantearon en numerosas oportunidades la situación de inseguridad que atraviesan en sus establecimientos. Una y otra vez reclamaron por un aumento en las tareas de prevención, pero también pidieron penas más severas para los delincuentes.


Sin embargo, todo parece seguir igual. Es que, en general, el delito de abigeato es considerado un hurto, que es excarcelable, y los delincuentes consiguen su libertad a pocas horas de ser detenidos. Una estadística divulgada el mes pasado por la División Delitos Rurales de la Dirección General de Investigaciones Jurídicas del Ministerio de Seguridad bonaerense indicó que los productores sufren por lo menos seis robos de hacienda por día entre abigeato, faenamiento y sustracción de ganado en tránsito. La cifra significa un crecimiento del 91 por ciento en este tipo de delito respecto de 2001.


Pero también marca que en los 2.031 robos de ganado ocurridos el año pasado se perdieron casi 9.220 cabezas entre vacunos, porcinos, ovinos y equinos, un 30,9% más con relación al año anterior, cuando por la misma causa desaparecieron casi 7.040 cabezas. Entre los dos años suman 16.260 animales robados, que a un costo promedio de 600 pesos cada uno, representan 9.760.000 pesos de pérdidas como consecuencia de la inseguridad rural. Sin embargo, el perjuicio que sufren los productores agrope-cuarios es mayor aún.


Porque al dinero por el robo de animales debe su-mársele los valores por la sustracción de cereal y agroquímicos, tanto en hechos cometidos dentro de los campos como en rutas del territorio bonaerense. “Evidentemente, los delincuentes tienen mercado donde ubicar la carne y están interiorizados del movimiento policial, porque operan de día y en plena ruta», especuló el inspector Angel Márquez, jefe de la División de Delitos Rurales de la Provincia.


Prevención aérea


Si bien el noroeste y norte bonaerense no es el sector más crítico de la inseguridad rural, los casos de piratería del asfalto generan preocupación en las autoridades policiales y judiciales. Durante algunos días un helicóptero alemán con dos turbinas, marca Boico, de la Policía Bonaerense, realiza tareas de prevención, principalmente en la zona rural que abarca la jurisdicción de la Jefatura Departamental de Junín y llegando hasta Rojas.


En Junín y la región el número de hechos denunciados en el Departamento Judicial de Junín demostró que los asaltos a camiones cargados con cereal y vacunos aumentaron en los últimos meses.


Preocupación


Desde la Sociedad Rural algunos dirigentes habían manifestado su preocupación por el robo de animales en campos del distrito, aunque remarcaron que los hechos no se incrementaron en relación al año anterior. Se calcula que por mes son denunciados entre 5 y 6 casos. A fines de 2002, una estadística de la Jefatura Departamental de Junín reveló que en toda su jurisdicción fue denunciado, como promedio, un robo de ganado por día durante el mes de diciembre.


Pero además del abigeato y la sustracción de animales, la mayor inquietud de las autoridades se centra en los asaltos a camiones de cereal y la sustracción de semillas en establecimientos agropecuarios. El triángulo formado por Junín, Chacabuco y Rojas se convirtió en una zona donde los piratas de asfalto encuentran blancos fáciles. Transportes cargados con vacunos y especialmente con cereal aparecen recurrentemente en las denuncias radicadas en las comisarías de la región.


Uno de los casos más resonantes ocurrió durante el mes de marzo en la estancia “La Invernada”, ubicada en el partido de Leandro N. Alem. Hasta allí llegó una banda de delincuentes encapu-chados que asaltó a mano armada a los encargados y tras encerrarlos en una vivienda se apoderó de 240 toneladas de soja a granel que estaban depositadas en un silo. El cereal fue cargado en al menos siete camiones, según calcularon las víctimas, y ahora se investiga cuál fue su destino.


El fiscal de Junín Carlos Colimedaglia orientó la pesquisa hacia algunas plantas cerealeras, pero no se descarta que la carga fue dividida y ocultada en varios establecimientos de la región.


Desconfianza


En general, los productores no confían en las estadísticas oficiales y argumentan que muchos casos no son denunciados por el descreimiento que existe sobre el esclarecimiento de los hechos. Para ellos el robo de vacunos tiene relación directa con carniceros, a quienes acusan de revender los animales faenados. En un procedimiento realizado en Junín la policía descubrió unos 200 kilos de carne de primera calidad que ya estaba trozada, empaquetada y etiquetada para ser comercializada en negocios del rubro.


Zonas más castigadas


Dentro del territorio bonaerense, algunas de las zonas más castigadas son Azul, Tandil, Olava-rría, Lobos, Las Flores, Guaminí y Saladillo, según la estadística de Delitos Rurales, que apenas contiene los hechos por expreso pedido de las jefaturas departamentales de seguridad.


El presidente del Mercado de Liniers, Roberto Arancedo, dijo en declaraciones periodísticas que el «mapa» delictivo abarca casi toda la Provincia, y en especial los partidos de General Madariaga, Ayacucho, General La-valle y Pergamino. En las últimas semanas “se incorporó la ciudad de Vedia, donde se produjeron carneadas y robos de cereales, agroquímicos y otros insumos”, detalló. Por su parte, Roberto Molini, director de la Federación Agraria Argentina, no justificó las excusas de quienes deben ocuparse de la prevención y el esclarecimiento de los casos.


“La policía aduce falta de medios, los fiscales se quejan del exceso de expedientes y los jueces lamentan que las leyes no provean herramientas suficientes para disponer allanamientos inmediatos. Por estos motivos tenemos infinidad de pistas, pero ningún preso”, afirmó. Además, la sospecha de que existen zonas liberadas parece confirmarse con algunos detalles: “¿Cómo puede ser que 10 animales carneados en un campo pasen por delante del puesto policial en la ruta?”, se preguntó Molini.


En octubre del año pasado se formó la Comisión Provincial Asesora de Seguridad Rural y Ambiental, con la colaboración del Ministerio de Asuntos Agrarios y Producción y el asesoramiento de entidades agrope-cuarias, consignatarios de hacienda y acopiadores de granos. Mariano Labriola, asesor en seguridad rural de la cartera de Asuntos Agrarios y Producción bonaerense, dijo que desde la creación de esa mesa provincial “se aprobó el trabajo en conjunto de cuatro dependencias poli-ciales: la Dirección de Investigaciones, Seguridad Vial, Seguridad y Delitos Rurales”.


Asimismo destacó la compra de camionetas 4 x 4 para dotar a la fuerza y la iniciación de cursos de capacitación: “explicamos a los policías la modalidad del delito, su prevención y temas técnicos, como la interpretación de las marcas y las guías”.


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