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20/03/2003
Murallas externas

Los discapacitados y los límites


silla_rueda5 (8k image)Las barreras arquitectónicas son el principal inconveniente para integrar a las personas con discapacidades. En nuestra ciudad, a pesar de las leyes y ordenanzas se encuentra todo por hacer .


En la región existe una población cercana a los 500 mil habitantes, de las cuales 34 mil personas tienen distintos tipos de discapacidades.


En Colón, según datos que reunieron las entidades que nuclean a los discapacitados, existen 300 individuos que sufren limitaciones en su normal desenvolvimiento.


El mayor número de colonenses son discapacitados con problemas sico-motores.


La ciudad creció y un día en la vida de un discapacitado que quiera valerse por si solo es muy difícil. En este sentido, faltan rampas de acceso a edificios públicos y privados, baños especiales en lugares de recreación públicos y privados, cajeros automáticos inaccesibles, rampas con demasiada pendientes, semáforos inadecuados, teléfonos públicos inalcanzables y puertas que no reúnen las condiciones mínimas.


La ciudad ha sido pensada y diseñada para personas “normales” y a pesar de este privilegio muchas veces los individuos sin discapacidad tienen grandes dificultades en su traslado y acceso a lugares públicos y privados. Ni pensar lo que puede llegar a sufrir una persona que se traslada en silla de ruedas.


Un ejemplo es emblemático y describe una situación. Si un discapacitado en silla de ruedas quisiera disfrutar algunos minutos más de las ocho de la noche el Lago Municipal, quedaría virtualmente “atrapado” hasta el día siguiente, cuando el cuidador abriera los dos pasos que están situados sobre el ingreso del club Alianza y el puente que permite el ingreso de agua del canal aliviador.


Campaña


En Colón existen ocho candidatos a intendente municipal y cada uno de ellos podría intentar realizar un día de campaña política (circular por los barrios, ingreso a cobrar a cajeros públicos, hablar por teléfono público, acceder al acto que se realizará seguramente en un club) en sillas de ruedas. Sería una buena gimnasia para saber “in situ” las dificultades que se presentan.


Una de las barreras infranqueables para las personas en sillas de ruedas y semiambulatorios severos en los edificios públicos y privados son las puertas que tienen la luz libre de paso insuficiente.

También no tienen (muchas veces se observa en construcciones nuevas por ahorrar espacio) superficie libre a ambos lados de aproximación y maniobra.


Un ejemplo es que en algunos edificios públicos tienen rampas de acceso, pero sus pasillos y corredores tienen desniveles como son los pequeños escalones.


El desarrollo de las rampas deben ser sin mucho declive y si son extensas con descansos intermedios. ( La Municipalidad no los tiene).


Las escaleras deben tener una alzada reducida y deberían realizarse con materiales antideslizante. También tener una zona de prevención en los descansos o solados para advertir a los ciegos y disminuidos visuales.


Los pocos ascensores que existen en la ciudad deben tener una botonera a los cuales una persona en sillas de ruedas pueda alcanzar y con puertas correctamente reguladas.

Las escaleras además, deben tener escalones con alzada reducida y huella extendida, sin narices salientes y con contrahuella.


Esto solamente es parte de lo que debemos lograr para que Colón sea una persona que integra a los discapacitados.


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