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14/11/2002
Tráfico de estupefacientes

Los coletazos tras los procedimientos


juicio_oral (8k image)El ingreso de estupefacientes a nuestra ciudad continuarían con normalidad. Los entendidos dicen que solamente se cortó un tentáculo importante. La cocaína y la marihuana se conseguiría sin dificultad.


El tema de la oferta y la demanda es fundamental para que funcionen los proveedores de estupefacientes. El juicio a Juan Carlos Marchione sirvió para correr el velo de un delito que creció a limites insospechables en la ciudad de Colón y que en cierto momento pareció que tenía protección de alguna fuerza de seguridad.


Si los esfuerzos represivos no son constantes lo único que se provoca es un corrimiento de la “bocha” a otros vendedores. Si en nuestra ciudad existen tres supermercados y cierra uno, los clientes lo único que hacen es correrse de local para adquirir la mercadería necesaria. En la venta de estupefaciente ocurre lo mismo.


Las conexiones


El desmantelamiento de la banda del “Palomo” fue un paso importante. El sistema había funcionado durante años y hasta hubo un testigo de identidad reservada que ante la Cámara Federal sostuvo que había protección policial para que funcionara casi sin tropiezos con la justicia.


El caso Marchioni también habría demostrado que en nuestra ciudad el consumo de la droga es como un pulpo con varios tentáculos y que existen “vendedores” en distintos estamentos económicos de la sociedad.La banda del “Palomo” se habría aprovisionado de estupefacientes viajando a la ciudad de Rosario, en camioneta o en ómnibus. Aunque algunas fuentes señalarían que habría un grupo que traería la droga de la Capital Federal y que no habría sido desmembrado.

Esta conclusión llega de la siguiente forma. En los primeros meses del año se produjo una “mejicaneada” en un grupo de traficantes locales. Un “arrepentido” había dicho que en ómnibus de una empresa de Capital Federal, llegaría un “cargamento importante” de cocaína.


El colectivo llegaba a las 20.30. El anochecer se presentaba lluvioso. El comisario Roberto Silva y dos policías realizaron la “espera” de la mula. La misma según la descripción era mujer rubia, flaca, vestida con un vaquero y una campera. El ómnibus llegó los policías subieron a la unidad de pasajero y no encontraron a la mujer que cargaba la droga. Las informaciones posteriores señalaron que “alguien” había avisado del procedimiento y la dama en cuestión había bajado en Arrecifes.


Las versiones posteriores dicen que la “mula” llegó y fue esperada en el parador de ómnibus. Según estas versiones la cocaína se destinaría a la venta el fin de semana para un selecto y amplio grupo de adictos.


El procedimiento “errado” demostraría que existen por lo menos dos carteles de importancia en nuestra ciudad que lucran con la salud de muchos menores de edad.

Alcohol

Por otro lado, el consumo de drogas y el delito contra la propiedad privada está íntimamente relacionado. Las versiones son muchas y la calle indica que
el consumo de drogas continua normalmente debido a que el mercado se reacomodó.


Las contradicciones son formidables. En Colón se enfatiza en el uso de casco y se deja “piedra libre” en el consumo y venta de alcohol a menores y lo que es más grave muchas muertes en los últimos tiempos en accidentes de tránsito se debieron a conductores ebrios. Sin embargo en la Comuna local existe un alcoholímetro para controlar a los conductores que no se usa, vaya a saber porque. Además un conductor ebrio si puede hacer daño y graves a un tercero.


Rojas


El Centro Preventivo y Asis-tencial de Rojas realizó un importante estudio cuyos resultados meten miedo. La ciudad por las características poblacionales y sociales es similar a Colón y existen quienes dicen que en nuestra ciudad las estadísticas serían aún más graves.


El 27 por ciento de los jóvenes de quince años conoce o es amigo de alguien que utiliza drogas ilegales, mientras que el 80 por ciento consume bebidas alcohólicas durante sus salidas de fin de semana, la gran mayoría de ellos en exceso.


Esas son algunas de las conclusiones principales reflejadas en una encuesta realizada por el Centro Preventivo Asistencial (CPA), sobre una muestra de 242 jóvenes que cursan el noveno año de EGB en distintos establecimientos educacionales del distrito, divididos en 109 mujeres y 133 varones.


La conclusión del CPA referida a la cuestión de las drogas expresa textualmente que «la mayoría de los jóvenes encuestados tiene un entorno en el que se consume alcohol y tabaco», aunque agrega que «un porcentaje significativo de ellos (27%) conoce o es amigo de alguien que consume drogas ilegales como marihuana y cocaína, y drogas legales como pegamentos y psicofármacos».


La pregunta «¿hay alguien cercano a vos que consume algunas de estas drogas» permitió al CPA obtener información respecto de la disponibilidad de la población juvenil respecto a drogas legales o ilegales en nuestra comunidad, sobre todo teniendo en cuenta -pese a que no lo dice el informe- que nada hace presumir que dichos jóvenes cultiven la marihuana o tengan la posibilidad de elaborar por sí mismos su propia cocaína.


En relación con esta cuestión sí aparece una marcada diferencia entre mujeres y varones: De la muestra citada, 4 alumnas y 24 alumnos tienen en su entorno a alguien que consume marihuana, mientras que en el caso de la cocaína las respuestas positivas fueron de 5 chicas y 8 chicos. En tanto, 9 mujeres y otros tantos varones tienen en su entorno a un consumidor de pegamento.


Impresionante


Los números se van a las nubes cuando se considera el consumo de alcohol, recuérdese que siempre hablando de alumnas y alumnos de 14-15 años. El 50 por ciento bebe en exceso durante sus salidas de fin de semana, mientras que otro 30 por ciento también lo hace, pero moderadamente. Sólo un 20 por ciento no consume bebidas alcohólicas, y no existen en este caso diferencias entre mujeres y varones.


Las profesionales del Centro Preventivo preguntaron, en relación con el alcohol, cuándo consideran los jóvenes que las salidas son más divertidas: La gran mayoría respondió que «cuando el consumo es moderado» (un sólo vaso), mientras que el resto se dividió por partes iguales entre quienes piensan que «cuando es excesivo (2, 3, 4 o más vasos)» y «cuando no se consume». Pese a ello, los datos indican que el consumo excesivo de alcohol es absolutamente mayoritario, como se ha indicado.


Que saben


Según se desprende de la encuesta, estos comportamientos no son fruto de falta de información, dado que una gran mayoría de los jóvenes tiene conciencia de la nocividad de las bebidas alcohólicas sobre el organismo, e inclusive un grupo minoritario sabe que dicho consumo incide negativamente en los vínculos familiares y de amistad, y en el rendimiento escolar.


El texto redactado por el CPA asegura que «podemos concluir que los jóvenes han recibido información adecuada sobre los efectos del alcohol, pero su accionar no es acorde con esta información». Cabe destacar que de la muestra descripta, solamente 13 varones y 5 mujeres consideran que el alcohol no provoca perjuicios, lo que abona las conclusiones expuestas más arriba. Conclusión:


«Los jóvenes encuestados tienen conciencia de la nocividad del alcohol en el organismo. Considerando la información que han recibido acerca del alcohol y sus efectos, el 60 por ciento de los encuestados cree poder resistir a la presión grupal que los incita y estimula a beber (plano consciente). Sin embargo, el análisis de los datos refleja que la mayoría de ellos consume alcohol de modo abusivo durante las salidas del fin de semana».


Que toman


En cuanto a la elección de las bebidas, la cerveza es ampliamente preferida. De los 242 encuestados (sin distinción de sexo), 169 manifestaron consumir esta bebida. Los tragos (80 chicos) y el Gancia (63) siguen un poco más lejos. Mientras, 45 dijeron tomar fernet, 43 beben vino, 42 sangría, 41 licores y 32 bebidas blancas. Al respecto, las licenciadas del CPA concluyeron que «una de las características de la adolescencia es vivir experiencias y sensaciones nuevas.


Esta característica se refleja en la necesidad de probar todas las bebidas alcohólicas que el mercado de consumo ofrece, sin poder elegir lo que realmente les gusta (compulsión). Los datos de la encuesta corroboran este concepto».


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