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22/09/2002
La pobreza

¿Se comen gatos en Colón?


El hambre a las puertas de Colón. La pobreza golpea muy fuerte en nuestra ciudad. Existen síntomas que nos muestran una grave problemática en la ciudad. Las versiones son preocupantes. Colón Doce comenzó a recorrer y averiguar sobre casos de pobreza extrema en la ciudad.


El rumor que partió de un sector del barrio Barracas y 9 de Julio es que habría familias que se alimentaban con gatos. Nuestros periodistas pudieron comprobar que el rumor era cierto en parte. Una familia que se domiciliaba en cercanías del Centro Sanitario de Barracas se habría alimentado de gatos. El núcleo de varias personas vivía en una extrema pobreza y hace algún tiempo se habría mudado y no pudimos determinar su destino.


Sin embargo existen versiones muy fuertes de vecinos que indican que otras familias en otros sectores de la ciudad comerían este tipo de felinos e incluso se habla de exterminio de gatos. Estos datos no pudieron ser comprobados, aunque por dichos recogidos tendrían una gran veracidad.



Los síntomas
Apenas cae las primeras sombras de la noche varios chicos y adolescentes comienzan a recorrer las calles céntricas de Colón abriendo las bolsas de residuos. Este –por ahora- pequeño ejercito se traslada en bicicleta o tira pequeños carritos. Los datos que pudimos determinar son los siguientes: estos menores abren las bolsas de basura y separan latas de gaseosas, vidrios, papel y cartones que los ponen prolijamente en bolsas separadas. Pero lo más grave es que si encuentran comida, también es separada. Colón Doce siguió a estos chicos y pudimos observar en 44 y 25 como se sentaban al borde de la vereda a ingerir los alimentos recogidos en la bolsa de basura. El mismo fenómeno fue observado en 48 y 15 por un médico pediatra.


Por otro lado, tenemos datos sobre lo vivido hace algún tiempo por una docente de un Jardín de Infantes. Una nena rompió en sollozos porque tenía hambre. Los testigos de la escena señalan que fue desgarradora.



Pediatra


La recorrida abarcó la visita a un pediatra. Ulises Portillo señaló “ La profundidad de la crisis es muy grande y el hambre se instaló en la ciudad”. El médico que tiene un comedor donde los fines de semana atiende a 120 chicos relató “ Los chicos cruzan la ciudad para venir a merendar y luego piden los sobrantes para los hermanitos que no pudieron venir”.
Sobre las consecuencias de la crisis en el consultorio médico, Portillo enumero lo siguiente:


Los problemas de desnutrición se observan cada vez más y tienen diversos síntomas en los menores que atiendo.


Se puede comprobar bajo peso por la edad de los enfermos.


Los chicos tienen menos talla que la que corresponde.


Se observan cada vez más alteraciones de la piel (hongos e infecciones)
Los cabellos en estos niños están débiles y se los “arranca” con facilidad
Existen casos cada vez más frecuentes de problemas gas-trointestinales por comer comida en mal estado (recogida de la basura, pedida en los comercios etc.)



Más crisis
A finales de 2001 los clubes de trueque parecían la panacea que salvaría a los argentinos de las hambrunas. El sistema se cayó. En primer lugar –como siempre sostuvimos- era un negocio para unos pocos que se alimentaba de la necesidad que tenía la mayoría. También hubo problemas de falsificación de los famosos créditos (dinero de curso legal en los intercambio). Según algunos asistentes a los mismos grupos de Pergamino hicieron su agosto en Colón con este tipo de estafa. Además el sistema se término de caer al no producir intercambio de servicios.


Mucha gente trocaba alimentos y en estos momentos no se puede producir porque ya no tienen que intercambiar. Nadie se podía “salvar” trocando fideos por empanadas o milanesas.


La crisis económica llegó también a los clubes de trueque. En Colón funcionaban tres clubes de trueque y asistían a los mismos por semana más de mil personas. En estos momentos solo quedan las ruinas de esos intercambios. En Pergamino de los 40 nodos que había a principio de año sólo quedan diez y con bajo número de adeptos.


Ricardo Wolter, coordinador de uno de los primeros clubes de trueque de Pergamino y que actualmente se mantiene en actividad, opinó que «el sistema de trueque no pudo mantenerse aislado de lo que es la realidad nacional ya que nos pegó muy fuerte la variación de precios. Si bien la idea que nosotros tuvimos cuando pusimos en marcha esto era generar intercambio de bienes y servicios, el aumento tremendo de la pobreza y la deso-cupación hizo que la mayor parte de la gente recurriera a las ferias para buscar comida y como no generamos materia prima para que la gente elabore los productos mucha gente se alejó».


A principios de 2002 unas siete mil personas concurrían a las ferias y hoy ese número ha mermado sensiblemente y sólo unas 1500 personas siguen concurriendo.


La pobreza mata
Las estadísticas son tremendas. Más de cuatro millones de niños del país sufren las enfermedades de la miseria. La pobreza en Argentina mata tres chicos por día. El 67 por ciento de la infancia roza la indigencia. La desnutrición compromete seriamente el futuro de los niños del país. En este cuadro, nuestra ciudad no es una isla y debemos trabajar para evitar que se profundice.


Los planes trabajar de 150 pesos ya no alcanzan. Una familia tipo con ese dinero solamente puede comprar alimentos para una semana y se debe olvidar de los servicios fundamentales como la electricidad.


La desocupación en Colón debe estar en un 25 por ciento. En octubre según el Indec era de 23.5 por ciento.

En Colón existen más de 2500 personas por debajo de la línea de pobreza. Las consecuencias de la problemática en el futuro es muy grave. Un informe denominado “Infantilización de la pobreza” revela que “ entre un 10 al 25 por ciento de los niños pobres en el país se encuentran desnutridos, y que ellos tienen de cinco a ocho veces mayor posibilidad de presentar un retraso intelectual en la adolescencia con respecto a un niño bien alimentado”. La Argentina potencia quedó muy atrás al igual que los sueños de Menem de ingresar al primer mundo. “El 67 por ciento de nuestros niños y adolescentes esta por debajo de la línea de la pobreza, superando al 26 por ciento de Bolivia, el 37 de México y el 45 de Brasil” Esto significa que en nuestro país existen 8.6 millones de niños pobres y la mitad de estos son indigentes.


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