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22/11/2016
Economía

La cuarta dimensión se descubre en Argentina


Divimos en un mundo de tres dimensiones. Podemos movernos hacia la derecha y a la izquierda (primera dimensión), hacia adelante y hacia atrás (segunda dimensión), o bien, hacia arriba y hacia abajo (tercera dimensión). El común de las personas todos los días trabaja, estudia, juega, entre estos tres parámetros invisibles. Sin embargo existe una cuarta dimensión: llamada desconocida. Ya Albert Einstein hablaba de ella y la describió como un pasaje en el tiempo y espacio. No se puede detectar con nuestros ojos pero sus consecuencias existirían.


Solo debemos tener en cuenta que aunque parezca increíble, de todos los Fenómenos Físicos que se suceden a nuestro alrededor, la Mente humana tan sólo percibe una millonésima parte.
En la Argentina del presente. Ilógica. Rebelde. Enojada. Nostálgica. Rara. Tiene un "altar" donde se sientan los gobernantes, mirando al norte vergonzante, lleno de fusiles, muertes y deudas pendientes con la humanidad.
Sin embargo, mirando ese "ara" el pueblo argentino, fértil e indomable, ama al sur latinoamericanista, con raíces profundas, abundante follaje y frutos multicolores.
En un país lleno de cicatrices en su cuerpo causadas con bayonetas y proyectiles, con un alma surcida a fuerza de traiciones. Nadie duda. Pareciera existir una Cuarta Dimensión. La misma es visible solo a la mirada de nuestros gobernantes y de una porción importante de los opositores. Todo es tapado y escondido al sufriente pueblo por los mercaderes de la información.
Ninguno de los gobernantes parece ver las tres dimensiones. En una economía con alta tasas intereses, una apertura indiscriminada de las importaciones, pérdida de competitividad en las exportaciones, con un mundo que cierra sus fronteras para privilegiar el consumo y la producción interna, mientras nosotros caemos en un largo tobogán económico y social de la mano del más salvaje de los capitalismo. En este contexto recesivo, los sueldos no alcanzan y se evaporan de nuestras manos solo pagando los servicios. Pero eso no alcanza. El moñito de este "enredo" es un fenomenal endeudamiento que convertirá en los próximos decenios a futuras generaciones en un sangrado interminable de la inclusión social.
El Gobierno parece marchar a contramano de la historia "metido" en una dimensión desconocida que solo algunos ven. Primero era el segundo semestre y la luz al final de túnel. Ahora es la posibilidad de reactivación en el 2018. Ya este modelo lo vivimos. Es un calco de aquel que impuso con pistolas y ametralladoras, el tristemente célebre Alfredo Martínez de Hoz, y donde años después Domingo Felipe Cavallo, con audacia y sin corazón, corrigió y mejoró. Las consecuencias todavía se pueden observar como si una bomba atómica hubiera caído sobre nuestro territorio.
Sin embargo en esa dimensión desconocida de funcionarios, educados en exclusivas escuelas y universidades, acostumbrados a moverse en un cerrado círculo de "elegidos" y donde el pueblo es un ente lejano, difuso y desconocido, todo parece posible. Se puede matar de hambre a los más humildes derramando lágrimas de cocodrillo, como lo hizo Domingo Cavallo en la década del noventa delante de Norma Pla. Esa luchadora que murió sin haber guardado en su bolsillo un misero aumento en diez años que duró ese ciclo económico. En otro sentido, para los argentinos que nos movemos en las tres dimensiones conocidas, la historia es otra. El aumento de la mortalidad infantil da como resultado que miles de chicos ya no podrán amar y ser amados, tener hijos, conocer el mar o simplemente decir papa o mama. Los pibes con menos proteínas ingeridas, con menos presupuesto educativo, ya no tendrán igualdad de oportunidades y estarán destinados a una muerte en vida y a un caminar sin destino cierto, llevados por vientos soplados desde un capitalismo salvaje que no conoce límites a su "hambre feroz" de dinero..
El propio Papa Francisco instó a rebelarse contra un sistema económico que gobierna con el "látigo del miedo y de la inequidad" y advirtió sobre "un terrorismo de base que emana del control global del dinero y atenta contra la humanidad entera" y agregó ¿Quién gobierna entonces? El dinero ¿Cómo Gobierna? Con el látigo del miedo, de la inequidad, de la violencia económica social, cultural y militar que engendra más y más violencia en un espiral descendente que parece no acabar más". Solo existe una certeza.
Si los gobernantes no regresan a las tres dimensiones conocidas, y se siguen vi-viendo en la dimensión des-conocida soplaran vientos de violencia social y eso nadie lo quiere.
*Periodista. Agrónomo General, Técnico en Administración de Empresas.



Padre Nuestro Latinoamericano por Mario Benedetti


Padre nuestro que estás en los cielos
con las golondrinas y los misiles
quiero que vuelvas antes de que olvides
cómo se llega al sur de Río Grande
Padre nuestro que estás en el exilio,
casi nunca te acuerdas de los míos
de todos modos dondequiera que estés
santificado sea tu nombre, no quienes
santifican en tu nombre cerrando un ojo
para no ver las uñas sucias de la miseria,
en agosto de mil novecientos sesenta
ya no sirve pedirte, venga a nos el tu reino
porque tu reino también está aquí abajo
metido en los rencores y en el miedo
en las vacilaciones y en la mugre
en la desilusión y en la modorra
en esta ansia de verte pese a todo
cuando hablaste del rico
la aguja y el camello, y te votamos todos
por unanimidad para la Gloria,
también alzó su mano el indio silencioso
que te respetaba pero se resistía
a pensar hágase tu voluntad, sin embargo una vez
cada tanto tu voluntad se mezcla con la mía
la domina, la enciende, la duplica
más arduo es conocer cuál es mi voluntad
cuándo creo de veras lo que digo creer
así en tu omniprescencia como en mi soledad
así en la tierra como en el cielo
siempre, estaré más seguro de la tierra que piso
que del cielo intratable que me ignora
pero quién sabe, no voy a decidir
que tu poder se haga o se deshaga
tu voluntad igual se está haciendo en el viento
en el Ande de nieve, en el pájaro que fecunda a la
pájara en los cancilleres que murmullan yes sir
en cada mano que se convierte en puño
claro no estoy seguro si me gusta el estilo
que tu voluntad elige para hacerse
lo digo con irreverencia y gratitud
dos emblemas que pronto serán la misma cosa
o digo sobre todo pensando en el pan nuestro
de cada día y de cada pedacito de día
ayer nos lo quitaste, dánosle hoy
o al menos el derecho de darnos nuestro pan
no sólo el que era símbolo de Algo
sino el de miga y cáscara el pan nuestro
ya que nos queda pocas esperanzas y deudas
perdónanos si puedes nuestras deudas
pero no nos perdones la esperanza
no nos perdones nunca nuestros créditos
a más tardar mañana saldremos a cobrar
a los fallutos
tangibles y sonrientes forajidos
a los que tienen garras para el arpa
y un panamericano temblor con que se enjugan
la última escupida que cuelga de su rostro
poco importa que nuestros acreedores perdonen
así como nosotros una vez por error
perdonamos a nuestros deudores todavía
nos deben como un siglo de insomnios y garrote
como tres mil kilómetros de injurias
como veinte medallas a Somoza
como una sola Guatemala muerta
no nos dejes caer en la tentación
de olvidar o vender este pasado
o arrendar una sola hectárea de su olvido
ahora que es la hora de saber quiénes somos
y han de cruzar el río el dólar y su amor
contrarrembolso
arráncanos del alma el último mendigo
y líbranos de todo mal de conciencia
amén.




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