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23/09/2016
Policiales

Policías, narcos, y acusaciones


El 15 de setiembre de 1999, la región se conmovió. El episodio se llamó "La masacre de Ramallo" . Los ladrones tomaron el edificio y luego de horas de negociación salieron en un auto Volkswagen Polo con varios rehenes siendo literal-mente fusilados por las propias fuerzas de seguridad. Las pericias de Gen-darmería Nacional señalaron que hubo 170 disparos y que 46 impactaron en la carrocería del moderno vehículo.


En la balacera policial murió el gerente del banco Nación , Carlos Chaves; el contador , Carlos Santillán, y el asaltante Javier Hernández. La viuda del gerente, Flora Lacave, fue la única rehén que pudo salir ilesa. En tanto los cacos Carlos Martínez y Martín Saldaña sobrevivieron al episodio.
Carlos Martinez purgó la pena en la cárcel y Martín Saldaña apareció ahorcado en la Comisaría Se-gunda de Ramallo poco después de la tragedia
El destino hizo que el Comisario Carlos Gómez, un colonense y a cargo de la Comisaría Segunda de Ramallo no estuviera de servicio por un viaje en comisión a la Capital Federal.
El informe oficial dice que Saldaña se había colgado en el calabozo utilizando el forro de un colchón sin que nadie se explicara cómo pudo arrancarlo. El peritaje, solicitado por el fiscal de San Nicolás, Vicente Botteri, reveló a través de dos autopsias que Saldaña fue primero golpeado en la cabeza, quedó inconsciente y en forma posterior le habrían puesto una soga al cuello con un nudo de gran complejidad y colgado de las rejas del techo. La altura entre el catre y la celda según las medidas to-madas por peritos de Gendarmería Nacional indicaban que el malviviente nunca se pudo suicidar.
El informe fue elaborado por la Asesoría Pericial de la Suprema Corte de Justicia Bonaerense.
Se sabe que Martin Saldaña tenía antecedentes Policiales en San Nicolás. El delincuente había asaltado la embotelladora CIFA. En el atraco la banda mató al comisario Norberto Lemos y dejó heridos a Miguel "Canario" Paolini y cayó herido el negro Martinez.
En las primeras investigaciones existió una hipótesis. Con el tiempo el criminal habría negociado ingresar al Banco Nación en busca de documentación y fue quien en la toma de rehenes habría "conversado" con los policías la entrega de la banda. El handy por donde se comunicó jamás fue encontrado. La documentación era un maletín sustraído en el accidente de Carlos Menem (h) que podía tener información sobre bandas de narcotráficos con conexión en el exterior.
En los días previos hubo "movimientos"policiales extraños. Un cuerpo de elite de la Policía Bonaerense que estaba ubicado en Pergamino (El Socorro) el 14 de setiembre se habría retirado sin motivo y por ordenes superiores. El cuerpo estaba a cargo del Comisario colonense Ledesma. El cuerpo podría haber llegado en menos de una hora al escenario donde se desarrollaban los trágicos sucesos.
Por otro lado, un fotógrafo de Pagina 12, identificado como Jorge Larrosa captó luego de la trágica balacera como un policía corría con un bolso que había sacado del auto donde mataron a los rehenes.
El personal policial fue identificado como Alberto Castillo. La tragedia también llego a su persona.
El 26 de diciembre de l999 apareció suicidado con un disparo en la cabeza. Según el libro "Maten al hijo del Presidente" la banda buscaba documentos que habían desaparecido luego de la caída del helicóptero de Carlos Menem Juniors. El pacto habría sido que los asaltantes se quedaban con el dinero que había en el Banco unos 100 mil pesos (muy poco dinero para tanta negociación y muerte) y entregaban los documentos encontrados. Tras el maletín habían estado servicios de inteligencia que habrían llegado al sitio poco antes del accidente, y antes que el propio Comisario colonense de apellido Navarro en esa época con funciones en Ramallo, injustamente acusado por la desaparición del maletín.
Según esta hipótesis la valija que portaba Carlos Menem Juniors contenía papeles con denuncias que comprometían al círculo político más importante del menemismo y los detalles de la "colaboración" entre Argentina y Siria en temas de narcotráfico. La mera mención de ese portafolios -que desapareció por completo el día que murió Carlitos- trajo sendos dolores de cabezas a más de un funcionario.


Las acusaciones


El 18 de septiembre de 2002 (último día del juicio oral y público) , el único sobreviviente, Carlos Martínez declaró ante el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario. El malviviente acusó a dos policías bonaerenses, Miguel Paolini y Juan Maldonado de haber "entregado" la sucursal del Banco Nación y darle armas de fuego y el handy con que se comunico la banda en una negociación paralela con la policía. Cabe aclarar que Paolini, en el momento de la toma de rehenes estaba en el operativo montado en Ruta 8 en el paraje denominado El Triángulo. En este sentido, los días 13, 14, 15 y 16 de setiembre de l999, el policía acusado dijo que estuvo en el recordado piquete de Ruta Nº 8, en la zona del Triángulo, realizado por el Sindicato de Camioneros y Federación Agraria. Un paro muy duro y donde algunos camiones que lograron pasar el retén, kilómetros más adelante aparecían con todos los neumáticos pinchados por la tira de Miguelitos realizada por grupos locales muy combativos.

El relato


En esa jornada, de juicio oral, Martínez argumentó " Existe algo que no quise decir en mi última declaración porque tengo temor por mi familia". Antes los tres Jueces señaló que escuchó un dialogó en el interior del Banco entre Saldaña y Hernández y que decía "El Canario nos falló", en referencia a Miguel Paolini.
Con posterioridad, Miguel "Canario" Paolini fue dado de baja de la Policía Bonaerense y estuvo trabajando de cho-fer de camiones con un recorrido entre Capital Federal y Mendoza. Cabe destacar que a partir de l997 y hasta el año 2000, Paolini fue el jefe de calle en nuestra ciudad, y fue trasladado a Pergamino por golpear a un gerente de supermercados Super Cerca de calle 22 entre 47 y 48, al confundirlo con un ladrón en la esquina de calle 52 y 7, debido a que vestía y llevaba un gorro negro con el escudo de boca.
También el "Canario" Paolini en la causa 124/02 que llevó adelante el Juez Villafuerte Ruzzo fue acusado por Juan Carlos "Chileno" Marchioni, y donde supuestamente protegía a un hombre identificado como el Palomo Medina. Meses después esta persona fue detenida en un comercio de calle 19, una vez en libertad volvió a reincidir en el delito. Rara paradoja la acusación fue realizada en una causa que llevó adelante el Tribunal Federal de Rosario y cuyo juicio oral y público se realizó en nuestra ciudad.
En tanto la otra causa por encubrimiento policial de la "Masacre de Ramallo" fue investigada por el juez Federal Carlos Villafuerte Ruzzo y llevó el número 1263 / 2000.
Norberto Céspedes acusado de aportar los teléfonos celulares a la banda que actúo en el copamiento del Banco de Ramallo también declaro contra Paolini.
Otro delincuente conocido como "Ojito" Céspedes asegura que estando preso con Martínez en la Unidad Penal 3 de San Nicolás, una madrugada en el "que habían fumado marihuana y tomado pastillas", este le contó que el asalto al Banco lo había entregado por Paolini al fallecido asaltante Javier Hernández "Me dijo que Paolini tenía apoyo de sus superiores y que la masacre fue por temor a que ellos habla-ran". Se debe decir que Paolini, fue liberado hace pocos meses de culpa y cargo, y que todo se había tratado de una venganza por su "dure-za" para actuar contra la banda de delincuentes.

Más cruces y de los pesados


Aquellos días había mucha agitación en las fuerzas policiales. Solo se debe recordar otra denuncia que el oficial de la policía de Miguel Paolini presentó ante la Procuración Bonaerense señalando que miembros de la justicia pergaminense entorpecían su trabajo.
El oficial policial en su declaración responsabilizó a un abogado pergaminense y a funcionarios del Juzgado de Garantías Nº 2 del Dr. Emil Jalil (Hoy jubilado) y la Fiscalía Nº2 que dirige el fiscal Juan Gracia (Hace un año jubilado).
En el escrito de varias páginas entregado a la Procuración , Paolini relata las posibles conexiones que po-drían existir entre abogados, funcionarios judiciales y delincuentes dedicados a " sacar" ganancias de la pirate-ría del asfalto.


Por escrito


Miguel Paolini, ante los funcionarios de la Procuración ratificó su denuncia escrita y pidió ser investigado hasta las últimas consecuencias.
En su declaración, el uniformado habría declarado que el fiscal Juan Gracia, llevó a cabo en su contra una operación de prensa, denunciando amenazas telefónicas, para crear precedente sobre su próxima acción. Es decir pedir la detención de los policías. El oficial argumentó ante la procuración que estaría trabajando causas que tocarían oscuros intereses en Pergamino y la región. (Nunca se aclararon)
En su declaración habría acusado de "armar causas" a un abogado pergaminense, con antecedentes penales y en el presente el Juez de Garantías lo habría beneficiado no llegando a la condena en una causa abierta y beneficiándolo con una probation, consistente en un trabajo social- comunitario.
El policía además aportó como prueba que cuando se allanó el estudio del letrado acusa-do, se habrían secuestrado armas y documentación vinculada a camiones robados.
Agregó que el abogado estaría sospechado de actuar en otros casos de piratería del asfalto que existieron en la región. Paolini denunció a tres funcionarios judiciales del Juzgado de Garantías del Dr. Emil Jalil y agregó que el letrado pergaminense denunciado tendría rápido y fácil acceso a órdenes de detención y de allanamiento.
El policía Bonaerense habría ofrecido como prueba agendas secuestradas en allanamientos por piratería del asfalto donde figuran números telefónicos y celulares de funcionarios judiciales.
También habría acusado al titular de la UFI N° 2 Dr. Juan Andrés Gracia de manipulación de personas que serían allegadas a la fuerza o, directamente, que pertenecerían a la Policía para testimoniar en su contra, ofreciendo a cambio algún beneficio judicial. En esta situación estarían dos miembros de la fuerza que prestaron declaración bajo identidad reservada y luego ratificaron sus dichos.
En forma posterior los dos policías, habrían denunciado que el contenido de las declaraciones testimoniales incorporadas al caso no se correspondía con lo que efectivamente le habrían dicho al fiscal Gracia y que justamente se enteraron de lo que figuraba en esas declaraciones luego de que prestaran declaración indagatoria el titular del Comando de Patrulla y los otros dos efectivos arrestados.


La detención


Como se recordara, luego de descubrir la banda de piratas del asfalto con amplias conexiones, Miguel Paolini, el subcomisario Raúl Sánchez, el sargento Eduardo Ojeda, el agente Mario Aguilar y los suboficiales Juan Manchuca y Duilio Patrone, fueron encarcelados por resolución del juez de Garantía Emil Jalil.
Los policías fueron acusados de falsificación de instrumento público, tortura, falso testimonio y violación de los deberes de funcionario público. Los dos denunciantes de los policías tienen un amplio y profuso historial policial.
Uno de ellos había violado a un discapacitado y cumplió condena con sentencia firme a ocho años de prisión dictada por la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. El segundo malviviente que denunció el caso estuvo detenido por robo calificado contra una familia domiciliada en un campo de General Rojo y además esta acusado por tráfico de estupefacientes.
Según consta en la causa judicial, los dos malvivientes fueron detenidos en el barrio Otero de Pergamino. Los cacos llevaban una escopeta recortada y habrían estado planificando un asalto a un comercio o domicilio particular. Luego del procedimiento los policías fueron acusados por los delincuentes ante el fiscal Gracia dando origen a la causa judicial que conmovió a la región. Paolini y sus compañeros, fueron exonerados y hace poco tiempo quedaron libres de culpa y cargo.


El presente


Pero no todo termina en aquellas acusaciones. Uno de los tres nicoleños apresados el último 29 de agosto acusados de integrar una banda de escruchantes de joyerías (en nuestra ciudad Joyería M&-M) y de cometer entraderas resultó ser un pesado del hampa con más de dos décadas en golpes resonantes.
En la norteña localidad de San Nicolás, la Bonaerense atrapó a Gustavo "Polenta" B., de 44 años, y a los hermanos Cristian Walter V. y Marcos Ismael V., en operativos realizados en viviendas del barrio nicoleño de Ginés García. En esos procedimientos, los investigadores detuvieron a Ezequiel Q. y como cayó con Polenta hicieron enseguida la conexión con Carlos Sebas-tián "Negro" Martínez, uno de los tres hombres que en septiembre de 1999 ingresaron al banco Nación de Villa Ramallo, mantuvieron rehenes durante veinte horas al ser rodeados por la Policía y protagonizaron una frustrada huida en la que el Volkswagen Polo en el que querían escapar fue acribillado a tiros. Tuvo un saldo sangriento: los fallecimientos del gerente y el contador del banco, además de uno de los ladrones, el rosarino Javier Hernández que se apodaba Pata y se presentaba como Sergio Benedetti.
Ezequiel era primo del Negro Martínez, quien por 2011 cumplía en libertad condicional una condena a 24 años de prisión por el caso Villa Ramallo y fallecería meses más tarde en un acci-dente de tránsito en San Nicolás.
También se detuvo al delincuente apodado el Frio de la misma banda y que era compinche en los asaltos de bancos del recordado "Gordo" Valor.


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