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02/09/2016

Operación Pergamino: la verdad de la mentira


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Vecinos bonaerenses fueron convocados para un "estudio" sobre el impacto de los agroquímicos. Financiado por los ministerios de Agricultura y Ciencia de Nación, los investigadores de la UBA no analizaron los químicos más utilizados por el agro actual, no entregaron los estudios que pueden detectar los plaguicidas y ocultaron sus vínculos con las empresas del sector.


Una inédita operación en favor de los transgénicos y agroquímicos se realizó entre científicos de la Universidad de Buenos Aires (Facultad de Agronomía y Farmacia y Bioquímica), funcionarios de Per-gamino, el actual ministro de Ciencia de Buenos Aires, Jorge Elustondo, y empresas del agro-negocios. Bajo la promesa de estudios científicos en la población, omitieron buscar los químicos denunciados (glifosato, atrazina, 2-4-D), ocultaron conflictos de intereses, negaron resultados a la población afectada y minimizaron la contaminación en base a análisis sesgados: "Son niveles muy bajos de plaguicidas, no representan ningún tipo de riesgo"Las empresas e instituciones que celebraron la ma-niobra, bajo el sello de "Agro-limpio", son la Sociedad Rural, la Asociación de Productores de Siembra Directa (Aapresid), la Cámara de agroquímicos (Casafe), Consorcio Regional de Experimentación Agrícola (CREA), empresas de aeroaplicación, la Federación de Distribuidores de Insumos y la Aso-ciación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Buenos Aires (Aiamba).
La Asamblea por la Protección de la Vida, la Salud y el Ambiente cuestionó el accionar de cien-tíficos y funcionarios y cuestionó la investigación: "El estudio resulta totalmente incompleto porque no contempla los productos de mayor uso actual. La comunidad no tuvo acceso a los resultados escritos. Sólo se tuvo acceso a lo que los investigadores comentaron en su visita y a los resultados individuales de sangre. Tampoco hubo un resultado de escrito del análisis de agua", explicó Jorge Dauach, de la Asamblea.


Pergamino


Pampa Húmeda. Las tierras más productivas y preciadas del país. Allí está Pergamino, noroeste bonaerense, a 220 kilómetros de Capital Federal, 105 mil habitantes y 300 mil hectáreas. El 60 por ciento tiene soja. El otro 20 por ciento, maíz transgénico y trigo. Desde 1997 es la "Capital Nacional de la Semilla". Allí están Monsanto, Palaversich, Produsem, Sursem, Rizobacter, Dreyfus, Agronort (distribuidor oficial de Bayer CropScience, Dow, BASF y Don Mario) y Gesagro (representante de Syngenta). Las pocas empresas que no están en Pergamino, se radican a 140 kilómetros, en Venado Tuerto.
La Asamblea por la Protección de la Vida, la Salud y el Ambiente nació en 2013. Herejes que denunciaban las consecuencias del modelo agropecuario (desde fumigaciones hasta las consecuencias sociales) en una ciudad donde todo se mueve a ritmo "del campo".
Redactaron un proyecto de ordenanza para limitar las fumigaciones. Solicitaron 500 metros para las aspersiones terrestres y 3000 metros para las aéreas.
Muy rápido salió al cruce "Agro-limpio", un conjunto de instituciones que son parte del negocio: Sociedad Rural, Aapresid, Casafe, CREA, empresas de aeroaplicación y la Federación de distribuidores de insumos. También sumaron su apoyo la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Buenos Aires (Aiamba), sectores de la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires (Unnoba), sectores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la abogada, Analía Balbarani. La propuesta de Agrolimpio: 100 metros para los químicos más tóxicos y sin distancia para los "banda verde" (glifosato y atrazina, entre otros).
El intendente, Héctor Cachi Gutiérrez, y 18 concejales (de un total de 20) se inclinaron por la propuesta empresaria pero en un intento de "conciliación" establecieron 100 metros de distancia para todo agroquímico. Agrolimpio pidieron el veto a la ordenanza y distancia cero para el glifosato.


La salud en riesgo


Desde la Asamblea exigieron mayor distancia de protección, cuestionaron el intento de veto y continuaron con campañas de difusión sobre los riesgos de los agroquímicos. En junio de 2014 realizan una charla con la investigadora Delia Aiassa, de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Aiassa, integrante del Grupo de Genética y Mutagénesis Ambiental (GEMA), confirmó el daño genético en poblaciones expuestas a agroquímicos, antesala de distintas enfermedades, entre ellas el cáncer.
El intendente Omar Pacini (asumió en diciembre de 2013 y finalizó el mandato en 2015) retrucó con el anuncio de "un estudio científico" que daría cuenta del estado sanitario en Pergamino. Remarcó la participación de la Facultad de Agronomía y de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (ambas de la Universidad de Buenos Aires) y de los ministerios de Agricultura y de Ciencia de la Nación.
"Consideramos que somos un Municipio saludable, pero de cualquier manera tenemos que corroborar a través de estudios científicos que esto así sea. Para nosotros es un gusto que gente como estos profesionales vengan a trabajar a Pergamino", explicó Leandro Peñaloza, secretario de Salud del Municipio, cuando presentaron el inicio del trabajo.
Estuvo acompañado de la directora de Estadísticas y Epidemiología, Adriana Torriggino; el secretario de Producción, José Apesteguía; el director ejecutivo del Instituto de Ética Legal de la Facultad de Agronomía, Jorge Elustondo; y las investigadoras de la Cátedra de Toxicología y Química Legal de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, Edda Villaamil Lepori y María Irigoyen.
Elustondo anunció que contaban específicamente con el apoyo del ministro de ciencia, Lino Barañao, y de las autoridades del Ministerio de Agricultura de Nación.
Villaamil Lepori explicó la metodología de trabajo: "Queremos evaluar qué es lo que pasa y cuál es el impacto de los agroquímicos que se están utilizando, principalmente con lo que tiene que ver con los cultivos transgénicos, tanto en el ambiente como en la salud humana. Es importantísimo tener datos del uso, de cómo se aplica y de los probables niveles de exposición en la población humana. Queremos evaluar los alimentos y algunas cuestiones en sangre y orina".
María Irigoyen señaló que "la estrella es el glifosato, el malo de la película o no, pero nosotros vamos a estudiar a la gente el impacto sobre su salud de todos los componentes, no solamente del glifosato".
Explicaron que tomarían muestras de suelo, agua, y analizarían sangre y orina de la población.


Investigando la investigaciòn


Desde la Asamblea comenzaron a inquietarse a mediados de 2015, cuando los resultados no aparecían. Pidieron información al Municipio y no tuvieron respuesta.
En diciembre de 2015, Pedro Courtial (de la Asamblea) comenzó a buscar por Internet. Ya había pasado un año de la toma de muestras y no tenían ningún resultado (su esposa fue una de las voluntarias del análisis de sangre y orina). Y llegó la sorpresa: una de las científica referentes del estudio,Villaamil Lepori, había presentado en septiembre parte de los resultados de la investigación en el XIX Congreso Argentino de Toxicología. Pero nunca les había informado los resultados a la comunidad afectada.
El resumen señala que se encontraron con mayor frecuencia los agroquímicos DDT, endosulfán y y metilclorpirifós. En sangre se encontró DDT, heptacloro, aldrin, endosulfán, metilclorpirifós y cipermetrina. En agua se encontró también DDT, clorpirifós y cipermetrina, entre otros. Todos químicos usados décadas pasadas, persistentes y con numerosa bibliografía que da cuenta de esa presencia en las zonas agrícolas. Por lo cual, dentro del ámbito académico, no es novedad su aparición en estudios.
El trabajo señala que esos fueron los "plaguicidas hallados", pero no señala cuáles fueron los químicos buscados.
Científicos de cuatro universidades públicas (UBA, Río Cuarto, Litoral y La Plata) explicaron que es "una obviedad" buscar químicos como el DDT porque la novedad sería no encontrarlo en tierras agrícolas de Argentina. Por contraposición, señalaron que hay que buscar los químicos que se usan en la actualidad.


Reclamo y respuesta


La Asamblea cuestionó de inmediato a las autoridades municipales. Había pasado más de un año de la extracción de sangre y entrega de muestras de orina, y nunca les habían dado los resultados.
A las 48 horas, el Municipio y los científicos dieron a conocer los resultados en el Concejo Deliberante. El diario La Opinión de Pergamino realizó una crónica detallada. Olga Heredia, de la Facultad de Agronomía de la UBA, inició la charla con un agrade-cimiento a Aapresid (empresarios del agro) por colaborar en la toma de muestras de agua y suelo. Luego precisó que encontraron niveles "bajos" de glifosato en agua en base a "parámetros internacionales de nivel máximo de 700 PPB (microgramos por litro)". La investigadora no aclaró que no hay consenso científico sobre el nivel máximo del herbicida en agua. Mientras Estados Unidos acepta 700 PPB, la Unión Europea sólo permite 0,1 PPB.
Reconoció que hubo casos con niveles altos pero lo atribuyó a "alguna excepción que puede atribuirse a una contaminación puntual. En general son niveles muy bajos, no representan ningún tipo de riesgo". Respecto al agua de red (de consumo humano), afirmó que "se ha encontrado (glifosato) en algunas muestras, pero a niveles bajos".
No aclaró qué niveles son bajos ni en cuántas muestras se detectó la contaminación.
Edda Villaamil Lepori explicó que utilizaron un análisis llamado "colinesterasas", que implica evaluar las enzimas que se inhiben por los químicos. "Confirmamos la hipótesis de que hay una ex-posición a insecticidas no relacionados con la actividad agro-pecuaria y posiblemente al uso doméstico. Son niveles bajos y no significa intoxicación", afirmó.
Resaltó la presencia de DDT y, respecto al agua, sostuvo que existen "niveles bajos de plaguicidas (…) y no se han encontrado niveles elevados de glifosato".
Nunca se entregaron los estudios completos a la población y tampoco explicaron que el análisis de "colinesterasas" es principalmente para intoxicaciones agudas (que se producen en el momento de la manipulación) y no para afectaciones crónicas (prolongadas en el tiempo), para lo cual debieran hacerse pruebas genéticas, como hacen investigadores de las universidades de Río Cuarto y el Litoral, entre otras.
Tampoco se entregaron los estudios de orina, donde es más factible encontrar glifosato y su metabolito AMPA, que es el principal producto de la degradación del glifosato (el herbicida se transforma, principalmente por acción de enzimas bacterianas del suelo, en AMPA).
"No se puede encontrar lo que no se busca"
El viernes 29 de julio la Asamblea por la Protección de la Vida, la Salud y el Ambiente de Pergamino dio una conferencia de prensa y emitió un duro cuestionamiento al estudio realizado por los investigadores de Agronomía y Farmacia y Bioquímica de la UBA, y financiado por los ministerios de Agricultura y de Ciencia. "No se analizaron otros agroquímicos (además de glifosato) utilizados en la actualidad en la agricultura, como tampoco se analizaron ninguno de los utilizados para la optimización y eficacia del glifosato en el tratamiento de plagas (de uso y práctica habitual en la agricultura en éste tipo de tratamiento). Por lo que el estudio hace un análisis minimísimo en relación a lo que es el uso de agroquímicos y su incidencia en suelo y agua", denuncia.
Ante la falta de entrega del trabajo, la Asamblea reconstruyó los resultados vía distintas fuentes. Y precisó los resultados parciales:
*El glifosato fue el único principio activo analizado por los investigadores (a nivel ambiental). Se encontró en agua superficial, napas y agua de consumo humano. En humanos no lo buscaron en sangre y no se realizaron los estudios en orina.
*Estudios en suelo. Se encontró glifosato y AMPA, tanto en suelos dedicados a la agricultura como no agrícolas.
*El principio activo (glifosato) se encuentra durante todo el año tanto en las muestras de suelo como en las de agua. Esto marca una presencia continua, habitual y crónica lo que merece especial atención en rangos de incidencia y exposición", alertaron.
Recordaron que el discurso empresario y oficial era que "el glifosato se degrada fácilmente", "no persiste en el ambiente" o "no existe deriva".
En base los resultados, la Asamblea afirma:
"Hay una sobrecarga ambiental en relación al principio activo buscado y analizado. Son falaces las afirmaciones respecto a su degradación. Nos negamos a que continúe una práctica productiva que nos condena a un mayor nivel de contaminación".
También destacaron que "otro dato alarmante es la presencia de glifosato en agua de bebida. Esta circunstancia no ha sido informada a la población que consume habitualmente el agua de red que provee la Municipalidad de Pergamino, por ninguna autoridad pública competente, sin que los ciudadanos hayamos tenido la posibilidad de decidir respecto a la calidad del suministro de un elemento esencial para la vida y que constituye un derecho humano básico".
Cuestionaron el sesgo no casual que tuvo el estudio. "En relación al análisis de agrotóxicos en sangre consideramos que el estudio resulta incompleto, porque sólo midieron algunos insecticidas (organo-clorados, ciertos organofosforados, ciertos piretroides en plasma). La mayoría no está en uso actualmente. A su vez, no se efectuaron mediciones en relación a los herbicidas y otros agro-tóxicos más usados en la actualidad (atrazina, 2-4-D, dicamba, entre otros). A los fines de medir plaguicidas en humanos el estudio resulta totalmente incompleto porque no contempla los productos de mayor uso actual".
No se puede encontrar lo que no se busca. El estudio en Pergamino no buscó los químicos más utilizados en el agro actual.
"Este estudio no es representativo para evaluar el impacto actual en humanos en nuestra región. Tampoco se sabe 'a ciencia cierta' cuáles son los valores máximos tolerables de exposición porque no están establecidos, razón por la cual todo lo que se pueda estimar al respecto queda en el rango de simple conjetura", resaltó la Asamblea de vecinos.


Promesas no cumplidas


Los ciudadanos de Pergamino entregaron muestras de orina para el análisis de químicos. La Asamblea afirmó: "Los análisis nunca fueron presentados. Consideramos que el acceso al resultado de los mismos es muy significativo porque constituye la vía más idónea (tal como lo demuestran estudios realizados en nuestro país) para poder detectar la presencia de glifosato en el cuerpo humano".
No fue la única promesa no cumplida. "En relación a los alimentos que consume la comunidad, no se realizaron análisis para detectar presencia de agro-químicos, a pesar de que esto fue anunciado en la presentación del proyecto, tanto por funcionarios como por científicos", cuestionó la Asamblea de Pergamino.
También explicitaron los conflictos de intereses de Pagano y Villamil Lepori, por sus relaciones con empresas del sector. Y cuestionaron a la toxicóloga: "Consideramos que las expectativas declaradas por la doctora Villaamil Lepori al afirmar 'queremos evaluar qué es lo que pasa y cuál es el impacto de los agroquímicos que se están utilizando, principal-mente con lo que tiene que ver con los cultivos transgénicos tanto en el ambiente como en la salud humana', no han sido con-templadas en su totalidad en el estudio, al resultar un análisis incompleto justamente en las cuestiones más críticas".
Los asambleístas cuestionaron que nunca les fue entregado el pre-informe científico. Sólo obtuvieron algunos resultados en la presentación municipal de 2015 y el resto fue vía escritos académicos y por internet. Solicitaron conocer el convenio entre la Municipalidad, las facultades de la UBA y el Ministerio de Agroin-dustria y Ciencia. (La Vaca)


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