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01/07/2016
A 73 años del primer brote del Mal de los Rastrojos

El primer atendido en Pergamino fue un colonense


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73 años del primer brote del denominado Mal de los rastrojos que afectó a vecinos de las ciudades como Colón, Pergamino, Junin se rememora que en el año 1965 un grupo de investigadores y técnicos del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (Cemic) y del Instituto Nacional de Microbiología "Dr. Carlos G. Malbrán" se instaló en la ciudad de Pergamino, Provincia de Buenos Aires con el apoyo de la Fundación Emilio Ocampo, para realizar estudios sobre la Fiebre Hemorrágica Argentina.
En la década del 70 se empieza a recibir apoyo de los Ministerios de Salud de la Provincia de Buenos Aires y del Ministerio de Salud de la Nación para la adquisición de equipos y reactivos de laboratorio y se inicia la colaboración de y con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para la visita de expertos y para la capacitación en centros del extranjero de los profesionales que trabajaban en Pergamino.


Finalmente, sobre la base de este grupo de trabajo, se creó en 1978 el Instituto Nacional de Estudios sobre Virosis Hemorrágicas (Inevh) "Dr. Julio Maiztegui", con la misión de diseñar, organizar, implementar y coordinar las acciones tendientes al control y prevención de la Fiebre Hemorrágica Argentina.
Las investigaciones dirigidas a la obtención de una vacuna contra la FHA fueron iniciadas en 1978 por un convenio internacional, involucrando al gobierno argentino, a la Oficina Sanitaria Panamericana, al Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas y el United Army Medical Research Ins-titute of Infectiuos Diseases de los Estados Unidos.
Las mismas concluyeron con la obtención por parte del Dr. Julio Barrera Oro y del Dr. Julio Maiztegui, de un clon atenuado de virus Junín (Can-did # 1), que hacia 1985 había finalizado los estudios pre-clínicos. En ese año se inician las fases clínicas de investigación, que culminan en 1990 estableciendo a Candid # 1 como una vacuna eficaz para prevenir la FHA. Se abrió entonces la perspectiva del control de-finitivo de esta endemia.


La enfermedad

En Colón y zona de influencia hubo decenas de casos en la década del sesenta y setenta. La enfermedad fue descrita a mediados de la década de 1950 por el médico argentino Rodolfo Arri-balzaga en los Partidos de Junín, y de Chacabuco. Observó un síndrome característico en los trabajadores rurales que, creyó, se trataba de una nueva enfermedad.6
Se halló que el agente causante era transmitido por roedores. Fue aislado por virólogos argentinos del ámbito académico y de la salud pública y nombrado virus Junín al ser identificado en 1958. Hallazgos posteriores lo ubicaron en la familia Arena-viridae siendo el primer integrante de la misma. Foco viral: localidad de O'Higgins, Chacabuco, en la provincia de Buenos Aires.
En 1961, mediante un decreto, fue reconocida cómo enfer-medad profesional de los trabajadores agropecuarios. En los años iniciales, se registraban alrededor de 1000 casos al año. Estudios realizados demostraron la eficacia del tratamiento cuando se administraba plasma ob-tenido de convalecientes, con anticuerpos contra el virus. Sin embargo esta estrategia tenía varios inconvenientes y la mortalidad era sustancial.
En 1964 se creó la "Comisión Nacional Coordinadora para el estudio y la lucha contra la fiebre hemorrágica argentina" conformada por representantes de la salud pública del estado nacional, de las provincias afectadas, universidades y otros institutos.
En 1965 se estableció un centro en Pergamino con la finalidad de diagnosticar y asistir a quienes padecían la enfermedad, quedando el diagnóstico de certeza a cargo del Instituto Malbrán. Fue durante esta etapa que se demostró la eficacia del plasma inmune. Fue allí también donde surge el primer paciente diagnosticado con mal de los rastrojos, que logra salvar su vida en dicha ins-titución. Se trata de José Illoa oriundo de la localidad de "El Arbolito". En 1976 se desarrolló en Buenos Aires el primer Seminario Internacional en Fiebres Hemo-rrágicas Virales. En 1977 expertos coincidieron en asignar un carácter prioritario al desarrollo de una vacuna contra la FHA. En 1979 el Gobierno de la Argentina y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo suscribieron un convenio para el desarrollo de la vacuna.
En 1978 se crea el "Instituto Nacional de Estudios sobre Virosis Hemorrágicas" (actual-mente Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas "Dr. Julio I. Maiztegui"), con sede en Pergamino. Tuvo la misión de organizar el "Programa Nacional de Lucha contra la fiebre hemo-rrágica argentina". Inicialmente participaron en el mismo las pro-vincias de Buenos Aires, Santa Fe y La Pampa en convenio con el Ministerio de Salud de la nación. La provincia de Córdoba se incorporaría en 1982.
En septiembre del mismo año, una misión preparatoria para el proyecto de desarrollo de una vacuna de la OPS y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo visitó instituciones relacionadas con la problemática. Concluyeron que el desa-rrollo de la vacuna debía ejecutarse en el INEVH. Se firmó el proyecto "Desarrollo de una vacuna contra la Fiebre Hemorrá-gica Argentina", involucrando al gobierno de Argentina, al PNUD, a la OPS y al United States Army Medical Research Institute of Infectious Diseases (USAM-RIID). Su ejecución se iniciaría en 1979. El acuerdo estipulaba que la investigación de la vacuna sería llevada a cabo por un científico argentino en los laboratorios del USAMRIID. Superados los controles iniciales de potencia e inocuidad, sería producida en Argentina por el INEVH y ensayada progresivamente en humanos.
Se postularon varias hipótesis sobre la causa de la emergencia de la enfermedad pero ninguna pudo ser demostrada. Para el año 1988 centenares de casos ocurrían anualmente y no había entonces perspectivas de poder controlar la situación.
Ambos países trabajaron en conjunto para el desarrollo de una vacuna. Para 1993 EEUU había desarrollado una vacuna can-didata que fue probada en Argentina en un ensayo cuyos resultados se conocieron en 1998 proveyendo una protección adecuada. Asimismo durante el ensayo se pudieron obtener algunos datos sobre la transmisión del virus. Si bien algunos aspectos relacionados con el surgimiento de la enfermedad permanecen sin ser revelados. Desde su desarrollo, la vacuna ha sido administrada a más de 250.000 personas


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