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09/06/2016
Economía

La recesión en la mesa familiar


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En nuestra ciudad se comienzan a observar los signos de retroceso del consumo de alimentos en vastos sectores de la sociedad. El mayor indicador de este aplasta-miento económico, es que una carnicería que comercializa el 50 por ciento de los 100 mil kilos de carne vacuna que ingresan mensualmente a la ciudad. Agregando que otras tres carnicerías (dos perteneciente a supermercados y una de un empren-dimiento individual) venden el 63 por ciento del total de carne vacuna que entra a la ciudad. El 37 por ciento restante se reparten entre las 35 carnicerías restantes. Para aquel comerciante, que tiene que pagar el alquiler, ser-vicios (luz) e impuesto, subsistir es casi una tarea imposible.


En la carnicería que comercializa 50 mil kilos, llega a su local consumidores de Hughes, Wheelwright, Ferré, Ascensión -entre otras poblaciones- para adquirir el alimento entre un 30 y 40 por ciento más barato. Uno de los secretos, de este emprendimiento, al tener un matadero, puede realizar un plan económico integral con la venta minorista, englobando la venta de cueros, sangre, huesos, menudencias, grasa -entre otras cosas- y acortando la cadena principal a solo tres pasos: Estancia-Matadero y Carnicería. Mientras las demás carnicerías deben tener entre cuatro o cinco pasos: Campo-Remate Feria o Mercado de Liniers- Abastecedor y Carnicería. Agregando a esta complicada ecuación que las carnicerías pierden un tres por ciento o más en la merma de peso de la media res y por el mal desgrase (nadie lo controla) en la capadura, lomo, canal pelviano, o ubre, está última con prohibición de comercialización, pierde entre 7 y 9 kilos.
Además se observa que es casi imposible vender los cortes caros (peceto, lomo y cuadril) y que el consumidor adquiere más los cortes de cuarto delantero, siempre a un costo más accesible (aguja, puchero, falda) - entre otros-En el presente organizar un asado para una familia tipo entre carne, leña, bebidas, ensaladas, y postre, puede superar los 500 pesos, un gasto no asumible para realizar todos los domingos en el hogar de un trabajador.


Comedores Escolares


Pero todo no es carne vacuna y asado. Existen aristas más graves. Los encargados de los comedores escolares observan que los chicos que concurren los lunes nece-sitan el doble de comida como en la crisis del 2001-2002, vienen con hambre de sus casas por la falta de alimentos adecuados el fin de semana. Los merenderos abiertos por estos días en nuestra ciudad para que concurran los chicos en los barrios en una aspirineta en una voraz infección. Hace falta soluciones de fondo y que nuestros di-rigentes en todas las líneas se pongan los pantalones largos. Otro dato de esta triste realidad es que las panaderías que hacen reparto de pan en las almacenes desde hace varias semanas observan que existe una gran cantidad de devolución. Se vende menos pan por falta de dinero en el granero del mundo.
También los dos abastece-dores de lácteos que ingresan a la ciudad indican que se vende un 20 por ciento menos de lácteos (leche fluida, yogurts, quesos). La milanesa de pollos, vacunos, o porcinos es el alimento más consumido. Se comercializa cientos de kilos por cada jornada con ofertas de dos kilos que se venden entre los 70 y 100 pesos. Tanto es la venta que ya dos comercios adquirieron la máquina de hacer milanesas para poder abastecer la demanda y el pan rallado se vende en bolsas que fabrica una Cooperativa santafesina.


Otra problemática


Pero existe una problemática que está aflorando con fuer-za. Una o dos empresas foráneas estaban vendiendo distintos elementos (freezer, heladeras, dinero en efectivo entre otros) a comerciantes y particulares. El pago es por jornada. Un comerciante que tenía promedio de venta hace seis meses cuatro mil pesos diarios, asumió cuotas de 800 pesos o más. En el presente con una caja que bajo un 50 por ciento se le hace imposible hacer frente a las obligaciones.


Los proveedores


Los proveedores de algunos productos dejaron de llegar a nuestra ciudad porque la ecuación de gasto en combustible y personal, contra ventas a los comercios dejó de ser redituable. Algunos disminuyeron los días por semana (en vez de tres una) y otros ya dejaron de venir. Otra de las aristas que hace que la comercialización comience a concentrase en las grandes cadenas de supermercados.


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