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10/05/2016

En accidente fallece atleta colonense


En un accidente en el camión que conducía murió Rodolfo Olivares a los 59 años. Su cuerpo fue trasladado al Instituto Médico de Rosario para realizar la autopsia. El siniestro se habría debido a una complicación cardiaca del conductor.
Según se supo, Olivares de amplia trayectoria en el a-tletismo colonense regresaba a nuestra ciudad cuando el lunes a las 16, en la ruta 33 jurisdicción de Chabas, el camión se cruzó de mano y volcó. La violencia del impacto fue tan grande que el acoplado se levantó y cayó sobre parte de su caja. Una vez realizada la autopsia los restos fueron velados en la Cooperativa Fúnebre.


Su mayor hazaña


Rodolfo Olivares fue un deportista que competía en canotaje, y pruebas de triatlón. Sin embargo el desafío más grande lo tuvo en enero del 2001, cuando realizó 1500 kilómetros en kayac en el Río Paraná.
La proeza fue contada a su regreso. El cruce lo realizó en soledad. Atravesó rápidos, zona selvática y debió enfrentar las inclemencias meteorológicas. El atleta colonense debió realizar la etapa Paraná-Rosario, 100 largos kilómetros, con una fuerte sudestada que puso a prueba su fortaleza física.
En su momento Olivares argumentó: "realice el cruce porque era el sueño de mi vida; desde muy chico escuche historias del Paraná que estaban en un libro y eran contadas por mi padre, esos recuerdos me llevaron a probarme para saber si era capaz de realizar el difícil trayecto".
Agregó: " fue una experiencia impagable, en buena parte del recorrido, y mientras remaba solo podía observar islas inundadas y escuchar el sonido de la naturaleza.
Estaba solo en esa inmensa soledad, además podía sentir el canto de los pájaros y los gritos de animales que provenían del monte, es una experiencia fascinante que por 15 días me hizo sentir en otro mundo". Olivares argumentó: "no fue una idea alocada, el proyecto fue madurando lentamente, el haber remado ocho años y competido en triatlón otros seis, me brindó la base física necesaria, por otro lado, como ensayo a este proyecto, pude unir Salto- Arrecifes y Arrecifes- Baradero.
Aunque debo reconocer que la medida de mis posibilidades pude palparla cuando en Kayac inicie un cruce de 300 kilómetros que duro tres días y que completó un itinerario que inicie en Villa Constitución, luego por el P-raná Pavón, llegué a la desembocadura de los ríos Victoria y Gualeguay, posteriormente navegue a Ibicuy y tomé el Paraná Guazú en forma ascendente, completando el recorrido por el río Talavera para llegar a la meta final que era la ciudad de Zárate". Colón Doce le preguntó a Olivares si alguien realizó el cruce a lo largo del Paraná.
"En kayac creo que lo realizaron tres o cuatro personas, el último intento fue el de un ciudadano japonés que no logró su cometido porque se perdió en la laguna "Cetubal" de Santa Fe, aunque los integrantes de Prefectura me dijeron que el asiático hacia etapas más cortas que las que planifique y que eran de aproximadamente de 100 kilómetros diarios" señaló el atleta colonense.
El remero además expresó: "en el mapa que llevé marque día por día el recorrido que debía realizar, isla por isla y en que ciudad debía pasar la noche, el promedio final de la travesía fue de 90 kilómetros diarios lo que colmo mis expectativas previas"
Los inconvenientes que debió atravesar fueron algunos rápidos y una parte totalmente selvática. Olivares nos dijo "la parte de mayor dificultad fue desde el puerto de Goya a Esquinas, en total son 120 kilómetros y las pude completar en 11 horas 44 minutos. La llegada a Corrientes fue con total oscuridad, debí parar en algunos ranchos de pesca-dores que están instalados a la vera del río y cuando empezaba la oscuridad me detuve y pregunté a un lugareño cuando faltaba, me dijo tres horas de camino. Era una parte muy dura donde había islas inundadas y selva a los dos márgenes, por lo que debía llegar o llegar". La Prefectura Nacional se portó muy bien con el colonense. En este sentido, Olivares señaló: "por orden de la Prefectura, solo podía parar en los puertos, ellos me aconsejaron y además me argumentaron que tuviera cuidado con acercarme a la zona paraguaya, el peligro es continuo porque existen delincuentes peligrosos y muchos contrabandistas, mi seguridad podía correr peligro. También debía dejar precisado la hora de salida y la hora probable de llegada, si tardaba más de lo debido, y por si había sufrido algún inconveniente, me irían a buscar en sus lanchas".
Rodolfo Olivares aclaró "no tuve miedo en ningún momento, tenía confianza en mis fuerzas, hubo momentos que remaba mecánicamente, pero el esfuerzo esta minimizado por la experiencia vivida, poder observar la cultura de los pescadores, su forma de vivir y estar en contacto con la naturaleza es algo que ningún dinero paga".



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