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16/04/2016
Policiales

Los cuentos del tío y delitos a descuidados


En las últimas semanas se comenzó a observar en la ciudad el delito tipo descuidista. Los ladrones aprovechan la "confianza" de los colonenses, recorren las calles (tratan de hacerlo caminando en con-tramano) y se apoderan de bicicletas y motos, dejadas estacionadas por sus propietarios sin la correspondiente seguridad. También los ladrones abren las puertas de los vehículos estacionados y se se llevan las carteras de damas, computadoras y cualquier artículo de valor que encuentren en el habitáculo.


También se debe tener cuidado con los delitos de engaños, como son los famosos "cuentos del tío". Seguramente en los próximos meses deberemos poner atención en aquellos individuos que dicen venir representando a una empresa de gas o de la propia cooperativa eléctrica y solicitan, casi siempre a personas mayores e ingresar a las casas para solucionar un hipotético desperfecto. El usuario abordado deberá requerir la identificación y si la puerta tiene mirilla pedir datos a la Policía Comunal o al Ente que la persona dice representar.
Además de la prevención con aquellos que llegan a la ciudad como curanderos o representantes de empresas que regalan o sortean autos con compras o cupos específicos (también tener prevención con los llamados telefónicos y los premios ganados en sorteos).


Un ejemplo de estafa


Un productor agropecuario de la zona rural de Fontezuela perdió todos sus ahorros al caer en el engaño de una pareja de falsos curanderos, quienes se aprovecharon de su vulnerabilidad al padecer una grave enfermedad.
El desenlace de este engaño duró varias semanas. Los estafadores fueron construyendo la estafa a este hombre. Según les relató a los policías, vio el aviso en un medio gráfico local y acudió para hacerse una curación de palabra, tras contactar telefónicamente para combinar la cita.
En el domicilio de Jorge Newbery al 2300 lo recibió la curandera y le cobró 500 pesos la consulta, pero en su diagnóstico le vaticinó al hombre que debería continuar con el tratamiento. Así fue como el engaño surtió efecto desde el primer momento porque lograron hacerlo con-currir dos días después con siete mil pesos en efectivo para lograr curaciones superiores.
La víctima concurrió al "consultorio" y pagó la consulta a la curandera, quien se hacía llamar Brenda, y empezó el tratamiento.
Durante las curaciones, esta intrépida estafadora des-cubrió que podía ir por más e hizo la propuesta más arriesgada, le argumentó con cuestiones astrológicas que para que tuvieran mayores efectos curativos tenía que realizar el exorcismo sobre el dinero que tuviera atesorado.
Este ruralista, creyó tanto el engaño que se apuró en concurrir a su finca de la zona rural de Fontezuela a buscar una lata envuelta en una camisa donde guardaba, des-de hacía muchos años, 170 mil pesos. En media hora regresó con sus ahorros y se los brindó abiertamente para que realizaran la curación "completa". La curandera tomó el dispositivo y lo colocó en una especie de altar, pero le dijo que faltaba algo: debería traer una botella de whisky y siete velas para realizar el exorcismo especial.
El iluso productor agropecuario fue a buscar los productos que le requirieron y cuando regresó minutos después nadie contestaba el llamado a la puerta, ni se encontraba el automóvil Hyundai blanco, con patente de Chile, que estaba siempre en la finca.


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