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27/02/2016
Carta abierta a los trabajadores despedidos

"Somos lo que hacemos" por Cynthia Calvigioni


A los casi cincuenta mil personas despedidas quise escribirles esta carta abierta. Fueron víctimas de una ola de despidos que no para de crecer


Por todos los medios de comunicación repitieron hasta el cansancio que era una "consecuencia" inevitable, que se debía "optimizar", hacer "eficiente" y "despolitizar" la administración pública. Y así fue como fueron estigmatizados por un gran porcentaje de la sociedad. Que sin mirar sus legajos, sin conocer su trabajo, su antigüedad, si tenían una familia a cargo, los acusaron de "ñoquis".Que se dejaron influenciar por lo que escucharon en la televisión o leyeron en un diario. Aunque no los conozcan.
Con este discurso "vaciaron" amplios sectores del estado que tenían que ver con políticas públicas de inclusión, diversidad cultural, defensa de derechos humanos. Porque esas palabras para un estado neoliberal son gastos. No una inversión. El ciudadano común grita frente al televisor "A estos les pago yo el sueldo y no hacen nada" Creen que mágicamente algún emisario del cielo defiende sus derechos como la salud, la no discriminación, el acceso a programas que generen ayuda social para que mucha gente humilde pueda escapar de una situación marginal de vida. Quizás algún extraterrestre diseñe políticas culturales como recitales gratuitos, muestras de arte, canales como Paka Paka o Encuentro, la creación de Tecnópolis, que permiten que puedas acceder a abrir tu cabeza y generar un pensamiento crítico.
Pero no, ustedes solamente eran vagos y ñoquis. Porque los medios de comunicación hegemónicos se encargaron de "demonizarlos" a ustedes: el empleado público. Y muchos de los que les gritan "ñoquis" no se dan cuenta que también son empleados de Estado: docentes, policías, médicos. Pero funciona de esta manera: los humillamos, no son personas, son un número y la política neoliberal cumple así su función: vaciamiento y ajuste del Estado.
Un gran sector de la sociedad cree que ganan una fortuna. Otro mito que se derrumbaría con ver algunos recibos de sueldo que no llegan a $10000
Yo siempre me pregunté, si eran ñoquis ¿Porque los esperaban con la fuerza pública a la entrada de su trabajo? Si teóricamente no van nunca trabajar y solo cobran un sueldo.
Pero no hay razonamiento alguno que permita que en 15 días los nuevos funcionarios que asumieron hayan podido evaluar su idoneidad, su ausentismo, si era de carácter necesario su puesto de trabajo para el engranaje de algún programa fundamental para la defensa y continuidad de derechos que permitan una mejor calidad de vida para todos los argentinos.
Entonces me queda pensar que a la mayoría de la gente que no se solidariza con ustedes solo los mueve el odio. El resentimiento hacia alguien de su misma clase. Que proyectan su rencor y frustración con alguien de su misma condición social. Porque no observe tantos indignados cuanto se "redujeron o anularon "las retenciones al sector agrónomo y que permitía que engrosaran de manera millonaria sus ingresos. El mismo caso sucedió con las empresas mineras. ¿Por qué no los odian a ellos? Si son sectores que fueron "beneficiados". Vivimos en un país del "Robin Hood" inverso y que la gente legitima, aplaude y festeja?
Toda esa gente que celebra la "reducción de empleados" nunca se quedó sin trabajo? No sintió la opresión en el pecho? El nudo en la garganta? No dio vueltas antes de entrar a su casa y poder decirle a sus hijos sin llorar que lo habían despedido de su trabajo? No supo lo que es la incertidumbre de no saber si podía darle de comer a sus hijos la mañana siguiente? El miedo a que si alguien está enfermo en la familia no pudiera cubrir los gastos por quedarse sin obra social? Como superar la tristeza, la desesperanza, la desilusión, el golpe en la autoestima que genera sentir eso de que "quizás no valgo tanto porque me eligieron a mí"?
Las personas somos, generalmente, lo que hacemos; y si no hacemos nada, no somos nada. Esta ola de despidos no nos une por el amor sino por el espanto. Pero me permito decirles que pase por esa situación y que me solidarizo con ustedes y con cada trabajador injustamente despedido. Que no tienen que bajar los brazos. Que tienen que seguir adelante por sus familias. Que no dejen quebrantar su espíritu. Que una nueva puerta se abrirá. Que miles de argentinos nos solidarizamos con ustedes y no creemos que sean ñoquis. Y los acompañamos a resistir.
*Licenciada en Comunicación Social


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