El consumo de carne vacuna cayó estrepitosamente. Se calcula que solo llega a los 90 mil kilos mensuales, cuando en épocas de esplendor alcanzaba los 130 mil kilos por mes.
También cayeron las ventas de lácteos, pastas, artículos de limpieza -entre otras cosas-. En los últimos meses, por contrapartida subió al doble el consumo de carne porcina y más de un 20 por ciento en carnes blancas. Pero la tendencia en las últimas semanas está en re-tracción.
En el rubro frutas y verduras la suerte del consumo es similar calculando los comerciantes que existe un retracción del 30 por ciento.
Bajaron estrepitosamente sus ventas, los lácteos (leche, yogurts, cremas) bajaron Una tendencia que se viene acentuando desde setiembre pasado.
Además se observa retracción en el rubro de la construcción y venta de electrodomésticos.
Con los chicos no
Pero el mayor dolor que aparece en nuestra ciudad son los menores de edad que desde la mañana temprano recorren las panaderías. Los propietarios ya preparan las facturas que sobraron de la jornada anterior y se la entregan. Lo mismo ocurre con el pan. Ya habría organizaciones sociales que observando este creciente fe-nómeno proyectan la instalación de comedores o merenderos para paliar la crisis sobre todo con los niños.
En el año 2005
Un parámetro para tener en cuenta es que en enero de 2005 los colonenses consumieron 121.500 kilos de carne vacuna (promedio 5.42 kilos por persona), 8255 kilos de carne porcina (0.350 gramos por persona) y 31.400 kilos de pollos (1.33 kilos por persona).
El consumo de proteínas de primera calidad llegó por cada uno de los 23.500 colonenses a 7,100 kilos por habitante.
El aumentó de la carne va-cuna y los sustitutos más próximos no melló el gusto de los convecinos.
En abril se consumió 135700 kilos de carne vacuna ( 5,77 kilos por habitante); 8667 kilos de carne fresca porcina (0,360 gramos por persona), 31350 kilos de pollos (1,330 kilos por colonense), llegando una ingesta de las distintas carne de 7,460 kilos por habitante. Los datos estadísticos marcan que el consumo de las diversas carnes por cada jornada y habitante llega a 0,248 gramos.
La crisis del 2001 marcó la ciudad
Uno de los peores momentos económicos contemporáneos fue la crisis que arrancó en los últimos años de los no-venta cuando la fiesta financiera había llegado a su fin y quedaba solo sombras de un país endeudado.
En Colón más de 800 niños recibían alimentos en los comedores de la Dirección General de Escuelas (Establecimientos escolares 1, 2, 3, 4, 6 14, 501), Casa del Niño, Comedores Evangelistas del Santuario de Fe ( barrios Rivadavia, 9 de Julio, Barracas y Belgrano) y emprendimientos privados como "Margarito Tereré" que dirigía el Dr. Ulises Portillo.
En el año 2002, los comedores recibieron como donación toneladas de soja. La anexión de este alimento al menú que recibían los menores fue un problema de difícil resolución. En primer lugar, los chicos por motivos culturales no estaban acostumbrados a ingerir los derivados de poro-tos de soja. (carne, ensalada, leche etc).
Por otro lado, al adosarlo en un alto porcentajes, muchos adolescentes y pequeños tenían problemas intestinales. En Colón se logró una buena aceptación y evitando resultados colaterales no deseados, agregando un 20 por ciento de soja (bien cocida) en la carne picada y consumiéndola en albóndigas, hamburguesas, etc. Sin embargo, se debería diagramar un plan sostenible en el tiempo donde se apueste en llevar a la mesa de los comedores comunitarios entre 100 a 200 gramos de carne por chico cada dos días.
Fuerte cruce entre el Gobierno y los carniceros
El Gobierno salió nuevamente a cuestionar a los comerciantes por el valor al público del asado, al insistir que no debería superar los 90 pesos, mientras que las entidades que representan a los carniceros aseguraron que ese precio "está muy lejos de la realidad".
El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile señaló que el precio de la carne "ha bajado sustancialmente" y calculó que el asado "tendría que costar 90 pesos el kilo" en los comercios. Y apuntó que el asado "llegó a estar a 140, 150 y 160 pesos" en algunos comercios, aunque indicó que "hoy uno ve y constata que el precio "ha bajado respecto a eso en alrededor de un 20 por ciento" y se vende a "110, 105 pesos". Aunque indicó que "a nuestro entender todavía sigue siendo alto porque el precio de salida de industria de la costilla es de 65 pesos".
Sin embargo, el vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal, Alberto Williams rechazó las estimaciones de Buryaile, al considerar que su razonamiento sobre los valores cárnicos "están muy lejos de la realidad" a instancias de los precios que ofrecen frigoríficos y el comercio minorista.
"Me llama la atención que un secretario de agricultura y ganadería no esté informado de lo que es una media res, trabajada en una carnicería", expresó. Y señaló que "el kilo de asado de vaca está entre 40 y 45 pesos; el de novillo pesado, de 80 a 90; y el de carne chica, un animal de feedlot, está entre 100 o 110 pesos, por lo que concluyó que la carne no es toda igual, depende de cada categoría"
|
