La droga que era introducida a Pergamino y localidades de la región ingresaba por una línea de abastecimiento que nacía en la localidad de General Rodríguez. Los narcos viajaban con hijos menores para no despertar sospechas en sus viajes a los centros urbanos donde distribuían la cocaína.
Como se recordará, una de las líneas santafesinas que abastecían nuestra región venía de un villa del co-nurbano bonaerense. El viejo Miguel" identificado con el apellido Witepon viajaba por la Ruta Nacional Nº 8, en un auto de su propiedad hasta Hughes, con una carga muy especial que entregaba en la localidad santafesina al "Ve-nadito" Arias. En la pesquisa se pudo precisar que la droga venía de una Villa 1-11-14 del Bajo Flores. La cocaína traída por "Viejo Miguel" era es-tirada hasta alcanzar los sesenta kilos y luego de fraccionarla eran distribuidas a los dealers de los diversos pueblos y ciudades de General López y el norte bo-naerense. La cocaína de mala calidad (señalan que la es-tiraban con almidón de maíz) se la vendía al "consumidor final" a 100 pesos el gramo. El cargamento llegaba una vez por semana. En total, en un mes se repartía 240 kilos de cocaína estirada que prácticamente inundaban los kioscos de la región. En Colón había una línea que ingresaba de esa cocaína traída del bajo flores. El "corte" de la cadena del Venadito por la policía santafesina habría traído serios inconvenientes en nuestra ciudad y que habrían derivado en un homicidio.
Una kangoo,
una pareja
El 7 de diciembre de 2014, los pesquisas que estaban en la investigación de los narcos siguieron desde la localidad de General Ródriguez a la ciudad de Pergamino a los vendedores de droga. Los autos recorrieron 180 kilómetros. Los narcos se conducían en un vehículo Kangoo, color bordó del que se secuestraron 209 gramos de cocaína diseminados en distintos envoltorios que se hallaban ocultos en el asiento trasero.
El génesis de la investigación se dio cuando los policías bonaerenses pudieron interceptar un teléfono celular propiedad de una persona conocida como "Tomy". La mayoría de las conversaciones se referían a transac-ciones de droga y en casi ninguna oportunidad se pu-do detectar que los imputa-dos tuviesen algún tipo de trabajo lícito. Solo eran narcos y toda la familia se sus-tentaba con esa pequeña "empresa".
Además, se pudo determinar por las escuchas que los sospechados repartían la droga en las localidades de Mercedes, Luján, Moreno, en la zona del Camino del Buen Aire, Pilar, Capital Federal, y Pergamino . Se piensa que una parte de la droga podría haber venido a Colón.
Recordar que hace dos años atrás se interceptaron dos remises con cocaína que venían los jueves desde la vecina ciudad.
Pero los narcos no tienen límites. Los policías quedaron asombrados cuando los sospechados "cargaban" a sus hijos en el auto para no despertar sospechas en los con-troles camineros.
Por otro lado, está comprobado que los viajes que realizaron a Pergamino son tres aunque se presume que era una "línea" de larga data.
Cadena inferior
La pareja concertaba las ventas por teléfono. La investigación comenzó en enero de 2014 y continuó hasta fines de diciembre de ese año, y tuvo como único resultado la detención de dos personas que sólo eran el eslabón inferior de la cadena de tráfico de estupefacientes, puesto que, de acuerdo a lo que se tiene acreditado en grado de probabilidad, se dedicarían a vender dichas sustancias a las personas que las consumen.
Por otra parte, el procedimiento (tal como se lo llevó a cabo) pudo haberse realizado mucho tiempo antes, en ocasión de alguna de las múltiples oportunidades en que el imputado concertó telefóno
nicamente las operaciones de venta en forma previa. Hace pocas semanas la Cámara Federal le negó la excarcelación a los inculpados.
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