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17/04/2015
Policiales

Cocaína de la Villa 1-11-14 ingresaba a Colón


Parte de la droga que ingresaba a Colón era de la Villa 1-11-14. El sitio saltó a los medios nacionales luego de la masacre de cuatro personas presuntamente ajusticiados por narcos.


Hace una semana cuatro jóvenes paraguayos, tres de ellos hermanos, fueron asesinados de 34 balazos en una calle interna de la villa 1-11-14, en el barrio porteño del Bajo Flores, en un presunto ajuste de cuentas por drogas. Se indica que en el sitio existen 10 laboratorios clandestinos. En nuestra zona la investigación sobre un distribuidor de pizzas de la ciudad de Venado Tuerto trajo luz a toda una operatoria que salía de la villa 1-11-14 y que terminaba en Venado Tuerto luego de que el "Venadito Arias" la pasaba a buscar por Hughes y que parte de esa cocaína terminaba en consumidores de nuestra ciudad. La organización era manejada con "mano de hierro".
Arriba de los "dealers" pueblerinos estaba Franco Arias, alias "el venadito". Su banda fue desbaratada. Su "cartel" distribuía cocaína en las localidades del sur santafesino. En los 23 operativos se secuestraron seis kilos de cocaína y dos kilos de marihuana, 280 mil pesos en efectivo y una decena de armas de fuego y 68 teléfonos celulares. La investigación llegó hasta el hueso y se pudo determinar quien traía la cocaína hasta la provincia de Santa Fe.
La venta de un auto en Pilar dio la pista. Las escuchas telefónicas alcanzaron a la localidad de San Isidro en el conurbano bonaerense donde se pudo determinar que "El viejo Miguel" identificado como Miguel Witepon viajaba por la Ruta Nacional Nº 8, en un auto de su propiedad hasta Hughes, con una carga muy especial que entregaba en un pasamano en Hughes al "Venadito" Arias.
En la pesquisa se pudo precisar que la droga venía de la Villa 1-11-14. La cocaína traída por "Viejo Miguel" era estirada hasta alcanzar los sesenta kilos y luego de fraccionarla eran distribuidas a los dealers de los diversos pueblos y ciudades de General López. La cocaína de mala calidad (señalan que la estiraban con almidón de maíz) se la vendía al "consumidor final" a 100 pesos el gramo. El cargamento llegaba una vez por semana. En total, en un mes se repartían 240 kilos de cocaína estirada que prácticamente inundaban los kioscos de la región. El resultado una millonaria ganancia en toda la cadena de distribución. En los allanamientos se detuvo a una mujer que recorría las ciudades en un remis y repartía la droga a los minoristas. Un dato para tener en cuenta es que el "Viejo Miguel" tiene una historia judicial por piratería del asfalto y asaltos a entidades crediticias. Una de las líneas colaterales terminaba en nuestra ciudad con cocaína muy estirada que venía del bajo Flores y que recorría un largo pasamanos.


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