PAGINA PRINCIPAL TAPA PAPEL CONSULTAR ARCHIVOS POR FECHA AVISOS FUNEBRES CONTACTESE

Enviar Artículo a un amigo  
Imprimir Artículo IMPRIMIR ESTE ARTICULO


12/07/2014
Niñez y Adolescencia

Los chicos sólo deben educarse y jugar


Los casos se repiten cada jornada. Decenas de niños salen a pedir alimentos y a trabajar. Los ejemplos.


Siete de la tarde. Una adolescente de entre 12 y 14 años toca timbre en una puerta de calle 44. Esta acompañada por un chico menor que ella. La parejita (serían hermanitos) venden pan casero. La temperatura es baja y llega a los 10 grados. Los chicos como único abrigo solo tienen un sueter de lana. El carrito todavía está a la mitad de lo que puede vender. El trabajo de venta sigue en toda la cuadra con suerte diversa.


Las figuras se pierden entre los claro-oscuros de las luminarias.


Seis de la tarde, en una panadería céntrica, ubicada sobre calle 47, entran un nene y una nena de no más de ocho años. La mujer que está de empleada tiene preparada varias bolsas con facturas sobrantes. La comerciante le dice que solo tomen una bolsa (contiene una docena).


Porque espera a otros chicos que vienen diariamente a buscar este alimento. La parejita toma dos y sale rápidamente. La mujer se da cuenta y sale a la calle y le indica "eso no se hace". El varoncito se vuelve y le da la bolsa que se llevaron demás y balbucea "fue mi hermana la que quiso hacerlo". La mujer le indica " no… esa es una buena acción… reconocer la falta… llevate esa bolsa que yo voy a preparar otra".


Seis de la tarde en una conocida firma acopiadora que queda sobre calle 27. La oscuridad empieza a invadir el paisaje. Un adolescente de unos 12 años ingresa al predio (con el peligro que representa al encontrarse hombres mayores de otras ciudades) con una canasta llevando panes caseros que venderá a los que allí están esperando. La escena se multiplica por decenas en distintos puntos de la ciudad. Se debe tener en cuenta que desde el Estado Provincial y Nacional se multiplican las ayudas para la minoridad en riesgo. En Colón pareciera que solo llegan a los chicos "instituciona- lizados", porque esta forma de trabajo infantil sigue produciéndose cada jornada.


En este sentido es repetitivo indicar que los que deben trabajar son los padres y existen Secretarías Municipales para canalizar estos emprendimientos económicos en una cadena de producción y comercialización para que los chicos que "trabajan" de esta forma solo se dediquen a educarse y jugar.


Los derechos


A partir de la promulgación de la Convención de 1989 se ha ido adecuando la legislación interna a los principios contemplados en la Declaración. Aunque la legislación y el sistema jurídico de cada país suele ser diferente, 193 países han ido consagrando medidas especiales para su protección, a nivel legislativo e incluso derechos constitucionales. Entre los Derechos del niño destacan los cuatro principios fundamentales:


*La no discriminación: todos los niños tienen los mismos derechos *El interés superior del niño: cualquier decisión, ley, o política que pueda afectar a la infancia tiene que tener en cuenta qué es lo mejor para el niño.


*El derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo: todos los niños y niñas tienen derecho a vivir y a tener un desarrollo adecuado.


*La participación: los menores de edad tienen derecho a ser consultados sobre las situaciones que les afecten y a que sus opiniones sean tenidas en cuenta. La Convención sobre los derechos del niño recoge 54 artículos. El trabajo infantil se refiere a cualquier trabajo o actividad que priva a los niños de su infancia. En efecto, se trata de actividades que son perjudiciales para su salud física y mental, por lo cual impiden su adecuado desarrollo.



El niño de Sanagasta


El niño de Sanagasta ha cumplido 13 años, pero nunca tuvo fiesta de cumpleaños, pues junto a sus hermanos, depende solo del trabajo de su madre y de la venta de pan casero que realizan casa por casa para vivir.


Como a muchos niños riojanos su padre los abandonó y obligó a crecer de golpe.


El niño de Sanagasta nunca participó en un cumpleaños, pero sabe que son momentos muy lindos y esperados.


La suerte quiso que en la hostería de la villa se festeje el cumpleaños del hijo adolescente de un funcionario y lo lleven a ayudar. Una camioneta trae los equipos musicales, y un camión frigorífico la comida y bebida del cumpleaños. El niño de Sanagasta observa con curiosidad como se organiza la fiesta y le impresiona, la suntuosidad y el derroche, que nunca antes había imaginado ni visto. Para que el cumple de su hijo sea original y diferente a todos, el padre del homenajeado se aseguró de que la comida esté compuesta por mas de 50 variedades de queso que en algunos casos debieron ser importados.La villa esta convulsionada pues los vehículos de los amiguitos llenan las calles. El cumpleañero destapa un champagne y baña a sus amigos que lo imitan con todas las bebidas que hay en las mesas, e inician un "loco juego" tirándose los trocitos de queso que cubren las mesas.


En minutos el queso blanquea los jardines, el piso y las cabezas de los jóvenes. Las carcajadas retumban en las montañas cercanas mientras el carnaval de queso y bebidas sigue sin freno.


El niño de Sanagasta observa perplejo; se le fue el hambre y, serio, mira desde un rincón. Casi al borde de las lagrimas gira y sale rumbo a su casa.


Al niño de Sanagasta le dio vergüenza.




Home | Tapa | Archivos | Fúnebres | Consultas
© Semanario Colón Doce - Todos los Derechos Reservados