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21/05/2014
Deportes

Ramón, otra vez lo hizo por Gonzalo Calvigioni


river_ramon_21052014 (39k image)“River vuelve a ser River” fue la frase que se dejó leer un día antes del partido contra Quilmes en el micro preparado para los festejos. Dirigentes, jugadores, cuerpo técnico e hinchas sabían que el título no se podía escapar. Seis años habían pasado del último grito de campeón.


Aquella vez el entrenador era Diego Simeone, quien casualmente el mismo fin de semana fue el artífice de que Atlético Madrid gane la Liga de España tras 18 años de sequía. Pero desde el 2008 hasta la actualidad River pasó por el momento más duro de su historia: el descenso. De la mano de Matias Almeyda volvió a primera división donde no pudo ganar ningún torneo.


El entonces presidente Daniel Passarella no tuvo otra opción que contratar a Ramón Díaz, dejando las diferencias de lado. El “riojano” volvía al club 10 años después. Sus dos primeros torneos tuvieron resultados distintos. En uno peleó el torneo hasta el final pero no logro evitar la consagración de Newell´s. En otro finalizó décimo séptimo. Por ese entonces (diciembre de 2013) Rodolfo D’Onofrio era elegido por los socios para suceder al “Kaiser”. La relación presidente – entrenador no era la mejor. River comenzaba con el pie izquierdo el Torneo Final. Cuatro puntos sobre doce posibles.


Dos derrotas consecutivas frente a Godoy Cruz y Colón hicieron que Ramón Díaz despierte dudas en la dirigencia pese a que era el técnico más ganador en la historia del club. El propio presidente declaraba: “Me gusta Ricardo Gareca. Es un DT que no sólo ha salido campeón, sino que ha promocionado muchos jugadores de las inferiores”. Por lo bajo además cuestionaban a Emiliano, hijo y ayudante de campo de Díaz. El técnico sabía que no quedaba otra opción que salir campeón.


Difícil pero no imposible. Post derrota con el “sabalero” logró dar un golpe de timón. Seguridad defensiva y austeridad ofensiva. Tres cotejos con la valla invicta pero solamente dos goles en la de enfrente. Las críticas continuaban y se agigantaban luego de la derrota ante All Boys en Floresta. Se acercaba nada más y nada menos que el clásico contra Boca. Ramiro Funes Mori se transformó en héroe impensado. Gol agónico para cortar 10 años de sequía sin triunfos en la Bombonera.


River sacaba chapa de candidato. Solamente tenía un traspié. Belgrano de Córdoba se quedaba con tres puntos polémicos después de la convalidación de un gol donde la pelota no ingresó en su totalidad. Desde ahí el conjunto millonario no detuvo su andar hacia la gloria. Se sintió ganador del Inicial frente a Racing cuando Chichizola atajaba el penal de Saja en el adicional.


Es cierto que este River no brilló. Tan cierto como que Ramón Díaz acertó en el manejo del grupo. Devolvió la titularidad a Barovero cuando todos afirmaban que Chichizola debía seguir siendo el arquero. Banco a Carbonero que fue de menor a mayor y era resistido por el público. Confió en Cristian Ledesma por sobre Ponzio autor del primer gol del campeonato después de relegar a Kranevitter.


El “lobo” fue el termómetro del equipo. Equilibrio en mitad de cancha fue el eje para sus compañeros. Jugó e hizo jugar. Corrió, metió y quitó. Por todo lo citado el resto de sus compañeros lo abrazaron y emocionaron cuando su disparo de 30 metros besó la red. Era su primer gol con la banda roja. Premio merecido.


El “Riojano” además le había manifestado a Cavenaghi que iba a ser el goleador del equipo. No se equivocó. El delantero gritó 8 veces. Junto a Teo Gutierrez (6) y Carbonero (6) convirtieron 20 de los 28 tantos a favor. Además en once fechas el equipo mantuvo la valla invicta. Pero el fuerte de River fue el Monumental. Luego de la caída con Godoy Cruz ganó 8 partidos consecutivos. Mientras que de visitante triunfó en dos cotejos claves: Boca y Argentino Juniors. En La Paternal tan solo una vez había ganado en el historial.


El campeón puede gustar o no. Pero no se discute. No fue un título mas para Ramón Díaz. El mismo aseguró que en lo personal significó más que la Copa Libertadores ’96. Sabe que mantiene la vigencia y el amor intacto con el hincha de River. También que seguirá en el cargo pese a que no es del gusto del presidente. River vuelve a ser River. Otra vez Ramón lo hizo




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