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02/06/2013
PANORAMA POLÍTICO BONAERENSE

Más complicado que nunca antes


(Por Andrés Lavaselli alavaselli@dib.com.ar).- A diez días del cierre de alianzas, el escenario político bonaerense fluctúa entre una sorprendente indeterminación y la licuación de las pocas certezas que hasta ahora se habían construido: mientras los dos frentes opositores entraron en una zona de “pronóstico reservado” respecto de su viabilidad, las tensiones en el oficialismo –entre Cristina Kirchner y Daniel Scioli- llegaron más cerca que nunca antes al punto de no retorno....


Aunque el clima de tensiones y amagues de ruptura es propio de los días previos a cualquier cierre de listas, la situación actual reconoce pocos antecedentes, porque lo que está en dudas no es sólo si tal o cual dirigente será o no candidato: la incertidumbre se extiende a la estructura en tres opciones fundamentales que venía insinuándose hasta ahora, pero que podría no llegar a concretarse, lo que atomizaría más el escenario, al menos en las primarias.


El armado que aparece más complicado es el que intenta juntar al FAP y la CC con la UCR, un frente que quedó casi descartado la semana que pasó, cuando la presencia de Hermes Binner en un plenario de los antirradicales de Unidad Popular y la inclusión de Dante Caputo como uno de sus candidatos por la provincia de Buenos Aires puso en terapia intensiva el intento de acuerdo con la UCR. Claro que la movida del santafesino es el último acto de una película que registra varias escenas más.


Entre esas causas profundas de desacuerdo hay que anotar la negativa de Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín a ceder el primer lugar en la lista de diputados nacionales, combinada con su solapada resistencia a resolver esa diferencia en las internas abiertas. A eso hay que sumar que el radicalismo tampoco dirime sus desavenencias internas, por lo que no está en condiciones de llevar una lista unificada de pre candidatos a la mesa de negociaciones con el FAP.


Así las cosas, dirigentes de uno y otro lado de la trinchera reconocen que a esta altura casi no hay espacio ya para un acuerdo que debería definirse, a más tardar, la semana próxima. Para colmo, la realidad seccional le agrega tensión a las discusiones. Por eso, si ese pronóstico se cumple, lo que iba a ser un polo se fragmentará en al menos dos ofertas: el FAP-CC por un lado, y la UCR –que deberá resolver su propia interna- por otro.


En el otro extremo del espectro, el macrismo y el denarvaísmo tampoco superaron hasta ahora la instancia de las “conversaciones de segunda líneas”. Pero aquí las elucubraciones son otras: en las tiendas del “Colorado” siguen estirando cualquier definición convencidos de que una lista propia del macrismo en las PASO no cosechará muchos votos y que, además, buena parte de ellos se mudarán a la papeleta propia en octubre, si De Narváez es el opositor más votado en las primarias. En el macrismo –que sigue alentando al menos el cierre acotado a algunos municipios-, al menos un sector cree que habrá arreglo. Curiosamente, por motivos similares a los que usa el denarvaísmo para “ningunearlos”, aunque con una diferencia importante: ellos sostienen que aunque haya fuga de votos entre las PASO y las elecciones de octubre, cuatro, cinco o seis puntos que puede retener cualquier candidato “amarillo” pueden significar la diferencia entre la victoria y la derrota para De Narváez.


Todas esas especulaciones quedarían trastocadas si Sergio Massa decidiera jugar. Aunque claro, habría que ver cómo: si lo hace por “interpósitos candidatos”, De Narváez tendría muchos más motivos para arreglar con Macri, según reconocen en ambos campamentos. El motivo es sencillo: el “Colorado”, de no hacerlo, perdería votos por dos frentes. Pero si Massa –opción lejana pero analizable- decidiera encabezar él mismo una lista anti K, podría sumar a los dos espacios.


Pero lo cierto es que, al menos hasta hoy, ninguna fuente del macrismo y del denarvaísmo podía asegurar que habrá algún arreglo. Por eso, este sector podría correr una suerte parecida a la oposición de centro izquierda: fragmentarse en dos espacios. Eso es “lo que hay” hoy, dicen en ambos bandos. Y también reconocen que la semana que viene es el límite para acordar un frente electoral. Por eso, aquí también el pronóstico es “reservado”.


LA PELEA DE LA SEMANAEn el oficialismo, la reprimenda de Cristina a Scioli se llevó todas las miradas. Hay allí una lógica que se mantiene, pero también componentes nuevos. Lo sabido es la inscripción de esa tensión por la sucesión presidencial; lo novedoso, la intensidad del enojo de la Presidenta en la antesala electoral y la admisión, en el sciolismo, de que esta vez podría llegar la sangre al río, aunque no antes del 22 de junio, fecha de oficialización de candidaturas.


Es decir, Scioli saldrá al ruedo a partir de hoy con un discurso centrado en dos ejes: negar una ruptura pero al mismo tiempo pedir reciprocidad con frases que dejan entrever que el también “a veces se siente poco acompañado”. Es una forma de responder los reproches de Cristina que en su entorno traducen así: “nos piden no ya que no critiquemos, sino que defendamos, pero ellos no nos mandan plata, nos presentan pedidos de informes en la legislatura, echan leña al conflicto docente”.


Claro que eso no da respuesta a la acusación de Cristina, que apuntó directamente a un aspecto central de la estrategia que despliega estos días Scioli para mantener su imagen –su principal capital político, que está siendo impactado por las dificultades en la gestión y también por su indefinición- en alto: no involucrarse en respuesta a las denuncias de corrupción de Jorge Lanata, que hacen mella en la imagen presidencial y, por lo tanto, mejoran su posición relativa en la carrera hacia 2015.


Por eso, la respuesta más o menos conciliadora de Scioli, que implica un pedido de lugares en las listas para octubre, puede ser meramente retórica: una negativa de Cristina a incluirlo, en el contexto que crearon sus propias declaraciones, implica una ruptura de hecho, aunque el Gobernador no quiera enterarse. Y si eso ocurre, ¿sacará o no Scioli los pies del plato electoral? Cerca suyo lo dudan, aunque ciertamente con menos énfasis que antes. (DIB)




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