PAGINA PRINCIPAL TAPA PAPEL CONSULTAR ARCHIVOS POR FECHA AVISOS FUNEBRES CONTACTESE

Enviar Artículo a un amigo  
Imprimir Artículo IMPRIMIR ESTE ARTICULO

31/08/2012
Lesa Humanidad

Declaró el sobreviviente de la masacre de San Nicolás durante la dictadura militar


El juicio oral por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura en San Nicolás continuó con los testimonios de los hermanos de Omar Amestoy, una de las víctimas de la masacre de calle Juan B.Justo, y el dueño de la cochería que fue encomendado por la Policía Federal para dar sepultura a la familia asesinada. Además, declaró Manuel Goncalves, único sobreviviente del operativo represivo cuando tenía sólo cinco meses de vida....


Declaró ante el Tribunal Oral Federal 2 de Rosario Carlos Alberto Fernández, propietario de una cochería de San Nicolás, quien recordó que el 19 de noviembre de 1976 la Policía Federal le requirió el envío de una ambulancia al domicilio que ocupaban Omar Amestoy, su esposa María del Carmen Fettolini, sus dos pequeños hijos María Eugenia y Fernando, Ana María del Carmen Granada y su hijo Manuel Gonçalves.


Fernández indicó que allí fueron cargados los cuerpos de los adultos, que la policía le ordenó que sepultara en el cementerio local "en la tierra y sin cajón", con la intención de que fueran rápidamente degradados. También recordó que, por su pedido, la policía accedió a que los niños fueran enterrados en dos pequeños ataúdes. El testigo señaló que ante la llegada a los pocos días de los familiares de Amestoy, las autoridades le prohibieron decirles dónde estaban sepultados y que les mostrara otra parcela.


Mario Alfredo Amestoy recordó que al presentarse a buscar los cuerpos de sus familiares, la policía lo arrestó y le ordenó dejar la ciudad. No obstante, diez días después volvieron a viajar desde Nogoyá, de donde son oriundos, y esta vez sí los cuerpos fueron exhumados y devueltos, los cuales pudieron reconocer pese al avanzado estado de deterioro. Fernández remarcó la actitud reticente de la policía en todo momento para entregar los cuerpos, la cual "se basaría en que eran evidencia de la masacre perpetrada", indicó el abogado de la querella Alvaro Baella.


Los testigos también remarcaron el cerco de silencio sobre el niño que había sobrevivido al ataque, del cual se hablaba en los corrillos del pueblo.
Por la tarde, dio su testimonio Manuel Gonçalves, que sobrevivió a la masacre gracias a que fue escondido por su madre en un placard rodeado de colchones. Luego fue dado en adopción y privado de su identidad, la cual recuperó en 1995.


Manuel dio cuenta del trabajo de reconstrucción de la trágica jornada en que fue asesinada su madre, a través del diálogo con los vecinos. También expresó que le resultaba "muy fuerte ser el único sobreviviente" de la masacre, y que se preguntaba "siempre qué significado tiene el hecho de estar vivo". Además, recordó que su familia ya venía siendo perseguida por la dictadura. Su padre, Gastón Goncal- ves, fue desaparecido meses antes, hecho por el cual fue condenado Luis Patti, mientras que su madre embarazada se refugió en la casa de los Amestoy.


Tras la audiencia, se realizó un acto organizado por la Mesa de la Memoria de San Nicolás en la que dieron "un abrazo solidario a Manuel y la familia Amestoy, para celebrar con ellos la culminación de un claro día de Justicia", enfatizaron.


El proceso que tiene como imputados a los ex jefes militares Manuel Fernando Saint Amant y Antonio Federico Bossié, junto al ex policía federal Jorge Muñoz, continuará con las testimoniales en la sede del Concejo Municipal de San Nicolás.


Saint Amant


El entonces teniente coronel Manuel Fernando Saint Amant dejó al cuidado de Juan Carlos Perazzo al bebé Fernando Alvira, de nueve meses, y tras secuestrar a los padres del chico, aún desaparecidos, María Cristina Alvira y Horacio Arístides Martínez.


Así lo recordó, Perazzo ante el Tribunal Oral Federal Nº2 de Rosario, que lleva adelante el juicio oral por crímenes de lesa humanidad cometidos en San Nicolás durante la última dictadura. Saint Amant es imputado en la "causa Alvira", uno de los tres expedientes que se acumularon para el juicio.


El patio de la casa de Perazzo era lindero con el fondo de donde vivían Alvira y Martínez, con su pequeño hijo Fernando de sólo nueve meses. Cuando las fuerzas represivas secuestran a la pareja, la mujer le pidió a sus captores que dejaran al bebé al cuidado de su vecino. Cuando fue llamado para entregarle el bebé, Perazzo vio a Martínez y Alvira indefensos en poder de sus captores.


Quince días después del operativo, Saint Amant, entonces jefe del Area Militar 132 (al cual pertenecía Colón), citó a Perazzo al Batallón de Ingenieros, donde le dijo que si quería se quedara con Fernando porque "los papás de este chico no vuelven a ver la luz del sol". Sin embargo, a los pocos días, fue citado nuevamente para decirle que el bebé sería llevado a un orfanato. Poco tiempo después, el niño fue entregado a sus abuelos.


El abogado de parte de la querella Alvaro Baella, explicó que "la mamá de Fernando les pidió a sus captores que se lo entreguen a su vecino, lo llaman y entonces éste puede ver el operativo", y señaló que Perazzo recordó dos entrevistas con Saint Amant y el entonces capellán del Ejército Miguel Angel Regueiro", quien estuvo imputado pero ya falleció.


Baella destacó que entre las imputaciones que pesan sobre Saint Amant se encuentra la de "sustracción, retención y ocultamiento de un menor", un cargo que se deriva de la conducta para con Fernando Alvira, y también con los hermanos Almada (secuestrados junto a su madre) y que "es la primera vez que se le acusa a un represor en Rosario".

En Colón


El ex Coronel Saint Amant participó de traslado de presos a la Comisaría de Colón tal cual quedó demostrado luego de los documentos presentados por Colón Doce. Ahora está siendo Juzgado en San Nicolás por delitos de Lesa Humanidad.


VOLVER A PAGINA ANTERIOR




Home | Tapa | Archivos | Fúnebres | Consultas
© Semanario Colón Doce - Todos los Derechos Reservados