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18/05/2012
Juicio por Spartakus

Declararon dos adolescentes de nacionalidad paraguaya


La jornada del jueves fue sin duda la más importante del juicio oral por el caso Spartakus, a raíz de las importantes declaraciones formuladas por tres de las mujeres que fueron rescatadas del prostíbulo el 3 de abril de 2007, dos de las cuales eran menores de edad en ese momento....


Como estaba previsto, las audiencias se realizaron a través del sistema de videoconferencia desde la sede del Ministerio Público de Asunción del Paraguay, mediante el cual las jóvenes aportaron valiosos testimonios sobre el reclutamiento, el ingreso al país, su paso por nuestra ciudad, las condiciones en las que vivían y el rescate. Sus declaraciones comprometieron seriamente a los cuatro acusados como coautores de facilitar y promocionar la prostitución de menores y mayores.

Audiencias
Las audiencias comenzaron alrededor de las 9:00 con los relatos de dos miembros de la Organización Internacional para las Migraciones, sobre las condiciones de vida de las jóvenes, la situación de vulnerabilidad en la que se encontraban y la asistencia que se les dio tras el rescate.


Durante el interrogatorio de los fiscales de Juicio y los abogados defensores, las empleadas de la OIM, que tomaron contacto con las mujeres luego del rescate, señalaron que las chicas se encontraban en una situación de “alta vulnerabilidad”, ya sea por una educación escolar incompleta, por un pasado de trabajo infantil o por ser miembros de un familia muy numerosa y en algunos casos dividida o desintegrada.


En cuanto a las condiciones físicas en las que se encontraban, las mujeres señalaron que una de ellas presentaba un gran hematoma en el ojo, en tanto que otra tenía una infección en la boca.
Las testigos también explicaron que luego de ser liberadas les brindaron asistencia, alojamiento y contención y una vez que ganaron confianza, las victimas les contaron lo que vivieron desde el reclutamiento hasta el rescate.


Los testimonios de las empleadas de la OIM comprometen principalmente a Rolando Aquino, ya que la mayoría de las jóvenes lo menciona como el responsable del reclutamiento o encargado de hacer el contacto para llegar a Spartakus. En algunos casos también fue el que las trajo desde sus lugares de origen a nuestra ciudad.


Durante su estadía en Pergamino las jóvenes vivían dentro del mismo boliche y no podían salir solas, declararon las testigos y agregaron que en dos oportunidades visitaron una plaza acompañada de la mujer que las atendía dentro del local.


Finalmente, con respecto al ingreso de las mujeres al país, las empleadas de Migraciones establecieron, luego de entrevistar a las víctimas, que algunas lo habían hecho con documentación falsa, en tanto que otras entraron burlando el control fronterizo.

Videoconferencia
Una gran expectativa había en torno a la declaración de las jóvenes, tres de las cuales lo hicieron por medio del sistema de videoconferencia. El juicio, que se estaba celebrando en la Sala de Audiencias, se trasladó entonces a otro recinto del Poder Judicial para poder establecer contacto con las mujeres que se encontraban en la sede del Ministerio Público de Asunción del Paraguay.


En esta oportunidad declararon dos hermanas, que en ese momento tenían 17 y 21 años y otra que tenía 15, la cual requirió la presencia de un traductor porque lo hizo en idioma guaraní.


En el caso de las hermanas, oriundas de Ciudad del Este, señalaron que fue Aquino el que les propuso venir a trabajar a un boliche de Pergamino, donde iban a ganar bien.


Ambas indicaron que Sergio (Rocha), Luis (Bono), Rolando (Aquino) y Lomanto (Juan), eran los que trabajaban en el lugar y que los clientes no les pagaban a ellas sino que lo hacían en la caja. En el caso de la mayor ingresó a Argentina con su documento de identidad, en tanto que la menor de las hermanas atravesó la frontera a pié, sin documento, junto con otras dos menores.


A diferencia de otras jóvenes, la menor de las hermanas manifestó que pudo comunicarse telefónicamente con su mamá y su papá, que desconocían cual era el trabajo específico que realizaban sus hijas en el boliche.


Por otra parte, las jóvenes declararon que en principio debían trabajar para pagar el viaje y la comida, entre otras cosas, lo cual era anotado en un cuaderno. (La Opinión)


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