Mariotto, que habló en un acto realizado en San Martín con fuerte presencia política del sectores K, entre los que se contaron miembros de La Cámpora y el Movimiento Evita -que organizaron el evento-, aliados, como los diputados sabbattelistas Marcelo Saín y Carlos Raimundi, organizaciones sindicales y de derechos humanos, como el Cels y la Comisión por la Memoria, de usualmente son muy críticas con las políticas de seguridad del Gobernador Daniel Scioli y su ministro de Seguridad, Ricardo Casal.
La convocatoria estuvo dirigida a homenajear a Franco Almirón y Mauricio Ramos, dos jóvenes de 16 y 17 años respectivamente, asesinados por efectivos de la policía Bonaerense con disparos de balas de plomo el 3 de febrero de 2011 en un predio de la Ceamse de la villa La Cárcova, de José León Suárez, partido de San Martín, cuando se acercaban a un tren de TBA que había descarrilado, por desperfectos técnicos en ese lugar. La formación, de más de 30 vagones, transportaba comida y autopartes.
La causa tiene alto contenido político, ya que en un primer momento, el ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, informó que se había tratado de un descarrilamiento intencional provocado por vecinos de la villa para robar y que los disparos se provocaron porque una "banda" atacó a los policías. Pero las actuaciones de la fiscalía Nº 5 de San Martín, a cargo de Marcelo Sendot y el juzgado de garantías Nº5 que comanda Nicolás Schiavo, lo desmintieron y punen el acento en el accionar represivo de la policía.
En ese contexto fueron detenidos, acusados de homicidio, el oficial subinspector Gustavo Ezequiel Vega, de la Comisaría Nº2 de San Martín y el efectivo de la Policía Buenos Aires 2 como autores de los disparos fatales contra los jóvenes que estaban en el predio porque allí usualmente unos mil vecinos ingresan diariamente -bajo control policial- a recolectar basura sobrante para vender. Vega, además, dijo haber sido presionado bajo amenaza de represalias contra su familia para autoincriminarse por Briceño, según un informe del Cels.
Fue justamente de ese jefe distrital que Mariotto pidió la salida: "No es posible que todavía tengamos el mismo jefe departamental", dijo el vicegobernador. Briceño, de actuación en el caso Candela, que en el momento de los hechos era jefe de la Departamental de Seguridad y luego ascendió al comando de la de Investigaciones. El vice, que hace dos semanas ordenó intervenir una comisaría- también pidió que no haya "complicidad de la policía con el delito, ni de la política con la policía y el delito".
Mariotto, con todo matizó sus declaraciones: además de asegurar que "somos consientes y existe un fuerte compromiso de revertir ese tipo de situaciones con la policía", destacó que la fuerza "está colmada de actos heroicos que no aparecen en los diarios", y al respecto aseguró que esas "son prácticas que hay que defender". Pero no se previó de destacar que el combate contra las estructuras mafiosas es producto de la llegada al poder de Néstor Kirchner.
Otros referentes no fueron tan diplomáticos: Martín Sabbatella aprovechó para señalar que la lógica política de Scioli allana el camino a la violencia institucional". El diputado nacional que "mientras se avanza en las investigaciones judiciales que evidencian la falsedad de las versiones oficiales que buscaban encubrir y legitimar el accionar policial, estamos aún a la espera de una respuesta política por parte del gobernador. (DIB)
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