(GEI) -Dos satélites tiene actualmente en órbita la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), dependiente de la Cancillería, y otros cuatro los acompañarán a partir del 2013, lo cual consolida al país en el sistema internacional de información de áreas socioeconómicas y ambientales del planeta.
El plan espacial comenzó en 2004 y es dirigido desde la base Teófilo Tabanera, en Córdoba, donde converge para nutrir a las actividades productivas el sistema nacional científico-tecnológico y lo que generan las empresas privadas relacionadas a la temática.
El 28 de mayo de 1991 comenzó a funcionar la CONAE dedicada a proyectos y actividades espaciales. Según afirmó Fernando Hisas, desde la sede cordobesa, la prioridad ha sido generar capacidad tecnológica en el país, por sobre la política de abastecerse de elementos por la vía importadora.
Uno de los principales proveedores de CONAE es el INVAP, la empresa provincial rionegrina, a la que encarga trabajos para la construcción de los satélites y los radares. Justamente, el último lanzado desde Estados Unidos a mediados de año fue el SAC-D, que suministra información captada en su recorrido a cualquier país afectado por emergencias, ya que Argentina integra en forma activa desde 2004 el sistema internacional.
Trabajo satelital
Explican los ingenieros de la base que desde la puesta en órbita tienen que hacer el seguimiento de las dos pasadas diarias por la antena a fin de extraer los datos y cargarle instructivos para obtener otra información. El Acuarius mide la salinidad de los mares, monitorea incendios y toma la temperatura del mar.
El desarrollo de estos programas tuvo especialmente en cuenta la formación de una capacidad tecnológica en el país para fabricar satélites y los componentes, cuya confiabilidad se somete a pruebas de calidad total en virtud de que van integrados al aparato que da vueltas por la Tierra.
Perspectivas
Ahora que los SAC están haciendo su trabajo y ocupan al plantel de CONAE que los sigue y programa, la incorporación del nuevo plan entusiasma a los investigadores. Están en proceso de fabricación los Saocom 1A y 1B, que llevarán radares SAR y sondas de microondas para monitorear y prevenir catástrofes naturales o antrópicas.
Se prevé que entren en órbita a partir de 2013 dos constelaciones, cada una compuesta por dos satélites, cuya vida útil son cinco años, y una vez en funcionamiento proveerán de datos para elaborar mapas de humedad de suelo y tareas vinculadas con la polarimetría e interferometría.
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