Fue protagonista de punta a punta. Nadie ni nada pudo detenerlo. Y Julio Falcioni es el principal mentor de este título. Cambió los silbidos del público xeneize en la despedida de Palermo por aplausos el domingo después de finalizado el partido contra Banfield. El emperador logró que el equipo no sea Riquelme dependiente. Si eso sucede es contraproducente para sus compañeros. Cuando estuvo en cancha se lo aprovechó. Cuando se ausentó por lesión se adaptó. En los seis partidos donde no jugó Boca triunfó en cuatro y empató en dos.
Pero también los equipos se arman de atrás para adelante. Boca desde hace muchos años no encontraba un arquero y un referente en la defensa. Pero llegaron Orión y Schiavi y solucionaron los problemas que parecían difíciles de resolver. Los números lo reflejan. Solamente recibió cuatro goles en contra (Lanús, San Lorenzo, Atlético Rafaela y Godoy Cruz). Casi un gol en contra cada cuatro partidos. En 13 de los 17 partidos Orión mantuvo la valla invicta. Va por el récord. Superar a Vélez '95 que le convirtieron 7 tantos.
Además está invicto. Hace 27 partidos que no cae. Lo que significa la segunda mejor marca de la historia del club. La primera son los 40 partidos sin perder logrados por Carlos Bianchi en la temporada '98-'99. Si en las próximas dos fechas no es vencido se convertirá en el sexto campeón invicto de la historia del fútbol argentino en hacerlo sin derrotas. Los anteriores fueron San Lorenzo (Metro 1968), San Lorenzo (Nacional 1972), Ferro (Nacional 1984), River (Apertura 1994) y Boca (Apertura 1998).
El título de Boca permite desmitificar de los que dicen que los que dirigen no tienen incidencia en el equipo o bien que a un equipo los dirige cualquiera.
Falcioni cambió dudas por certezas. Recuperó la confianza del grupo hacia él. Logró una estructura sólida. Todo lo mencionado hace que Boca sea un justo ganador. A los campeones no se los discute. Y esta vez menos..
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