En el Instituto Obra Médico Asistencial -IOMA- se advierte un aumento de la cobertura por nacimientos. La obra social destinada a solventar la atención de la salud de los empleados de la administración pública provincial tiene un padrón de 1.815.000 afiliados; y según los registros de la entidad, se eroga por un promedio anual de 19.000 alumbramientos.
Y aquí va la proporción que alarma a las autoridades del Instituto: el índice de partos es del 37 por ciento, y el de cesáreas, del 63 por ciento. Se cree que, sin indicaciones médicas que sustenten la práctica, muchas "son intervenciones innecesarias".
No hay diferencias de costos entre partos y cesáreas, por lo que al IOMA, en ese sentido, la prestación de una cirugía no le significa mayores gastos.
La inquietud en el Instituto es por una tendencia creciente dentro de la comunidad médica y esa predisposición termina atentando contra el proceso natural que tras la gestación llega con el nacimiento. Desde la obra social se intenta revertir la inclinación y para eso comenzó a convocar a los prestadores de la salud. Se pretende "generar conciencia", según explicó el presidente de la obra social, Antonio La Scaleia, quien para despejar dudas subrayó: "se trata de un planteo sanitario, porque yo preferiría pagar más por un parto".
Por lo pronto, la situación ya se conversó con la Federación de Clínicas de la provincia de Buenos Aires -FECLIBA-. El IOMA transmitió su inquietud a la institución sobre la elevada tasa de cesáreas que observa entre los servicios a los afiliados y solicitó trabajar en forma mancomunada con la finalidad de disminuir esas prácticas. La propuesta contó con la anuencia de la federación que nuclea a los sanatorios para llevar adelante una estrategia que invierta los porcentajes.
"Estamos planteando a las entidades médicas la necesidad de buscar estímulos académicos y económicos para resguardar el parto natural, porque no hay nada mejor que un embarazo finalice de esa manera. En realidad es una discusión de fondo en la que entraría también la lactancia materna.
Todas las obras sociales le damos leche a las afiliadas cuando el chico nace, y en rigor la recomendación en el mundo es que el bebé se alimente con leche materna", puntualizó La Scaleia. La tendencia no está sólo en los médicos, sino que se ha instalado como una cultura en la que las mujeres también prefieren una anestesia, una incisión y sólo un rato en el quirófano, antes de tener que pasar por el largo trabajo de pre parto y el dolor prolongado que implican muchas veces los alumbramientos naturales.
La Scaleia aclaró que no se cuestionan las intervenciones quirúrgicas cuando existen fundamentos médicos o riesgos "reales", y en esa línea se refirió a uno de los casos más comunes por los que se recurre a la cesárea, el del cordón umbilical que envuelve al bebé y puede estrangularlo. "Sí son objetables -remarcó- aquellas que se realizan por comodidad o por creer que no debe haber dolor. Un parto implica dolor y así se ha entendido siempre".
Los indicadores de la Organización Mundial de la Salud -OMS- señalan que sólo se justifica el 15 por cientos de los nacimientos por cesárea. En la Argentina, de acuerdo a las últimas estadísticas, entre el sector público y el privado ese índice asciende al 30 por ciento.
UNA CIRUGIA
"Hoy la rareza pareciera ser el parto natural", disparó la coordinadora del Programa Materno-Infantil de la Provincia, la pediatra Flavia Raineri, quien sostuvo que la cesárea ha ganado espacio en un mundo que "va cada vez más rápido y sin tiempo, incluso para la llegada de un bebe, cuando en realidad un nacimiento es un evento trascendente en la vida de las personas".
Si bien entre muchos médicos y un buen número de embarazadas se cree que las cesáreas conllevan beneficios, la profesional habló, por el contrario, de desventajas. Con la práctica aumenta la posibilidad de ciertas enfermedades, como el acretismo placentario (penetración de la placenta más allá de la superficie endometrial del útero), dijo, y se pueden presentar más contingencias porque "no dejan de ser una cirugía".
La especialista sabe que existen casos en los que son las mismas mujeres las que tratan de ir por el camino que parece más cómodo pero no desconoce la responsabilidad de los equipos médicos. "Con la cesárea son los profesionales los que tienen el control; en cambio, en un parto la que manda es la mujer y hay que esperarla a que atraviese el proceso".
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