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20/10/2010
La ansiedad

Un trastorno que también afecta a los más chicos


En un presente signado por las obligaciones y la inmediatez, cada vez es más frecuente que los trastornos de ansiedad, además de aquejar a adultos y jóvenes, se hagan presentes en los más chicos. Es que, según aseguran los especialistas, ellos tienen "otros focos de presión" que los empujan a sentirse agobiados. Además, indican que en muchas oportunidades los casos no salen a la luz porque "son minimizados, sub diagnosticados y se los confunde con otras cuestiones"....


(Dypra/GEI) - En las épocas aceleradas en las que vivimos, donde todo transcurre con inmediatez y sin tregua, la ansiedad se torna una afección frecuente. Lo cierto es que, además de aquejar a trabajadores y jóvenes profesionales, el mal hoy también se hace presente en los más chicos. Según advirtieron especialistas, hay determinadas cuestiones que pueden llevar a los pequeños a sentirse agobiados por este problema.


Una percepción errónea puede hacer parecer que los adultos tienen más justificativos para presentar trastornos de ansiedad, pero así como para un adulto es estresante lo laboral, lo familiar y la situación económica, entre otros aspectos, para un chico debido a su esquema de pensamiento pueden resultar focos de presión la vinculación con sus compañeros y las obligaciones escolares, indicó el psicólogo Diego Tzoymaher, integrante del Centro de Investigaciones Medicas en Ansiedad (IMA), en diálogo Inforegión.


En ese sentido, advirtió sobre la importancia de conocer y saber advertir la necesidad de un tratamiento a tiempo, en tanto que indicó que no todos los chicos como tampoco los adultos- son propensos a padecer el trastorno.


No cualquier persona puede tener un trastorno de ansiedad, uno necesita estar predispuesto o desde lo genético o desde lo aprendido históricamente en la vida. Habitualmente hay ciertos factores que lo desencadenan.


Pueden ser factores ambientales, un exceso de carga de obligaciones y actividades y presiones familiares: todo esto puede actuar como desencadenante, pero no funciona como única causa, detalló el profesional.


Los niños suelen presentar en su infancia determinados miedos que son considerados normales, tanto por los médicos como por los psicólogos.


El problema es cuando éstos se transforman en algo que sale de lo común y que se torna preocupante, no sólo para ellos sino para su familia.


El integrante del centro IMA señaló, por caso, que cuando un chico inicia lo que se conoce como Trastorno de Ansiedad por Separación tiene reacciones de miedo ante la mínima separación de los padres, tanto cuando estos se tienen que ir a trabajar o él tiene que permanecer en el colegio.


Es un chico que puede terminar con un trastorno de ansiedad social, debido a que las presiones que sufre en la infancia cuando empieza a entrar en la adolescencia se convierten en nuevas presiones, como la competencia con los pares, la sexualidad y otro tipo de presiones del entorno que comienzan a ser más fuertes para este chico, explicó.


En tanto, desde Fobia Club, su director General, Gustavo Bustamante, aseguró a Info Región que la cantidad de chicos que sufren este trastorno no disminuye y que, en muchos casos, sus cuadros no salen a la luz porque son minimizados, sub diagnosticados y se los confunde con otras cuestiones, por ejemplo chicos que tienen fobia escolar. Se cree que son caprichosos, que tienen problemas de estudio, que no pueden concentrarse, cuando en realidad lo que tienen son fobias, indicó.


Para poder detectar este problema, en primer lugar hay que observar cómo es la relación con los pares y ver si están continuamente angustiados, si no quieren ir a los cumpleaños de los amigos, si tienen temores, si no quieren alejarse de su hogar porque todos estos son componentes claros del trastorno, explicó el médico.


El psicólogo Jorge Avelleira, de Luis Guillón, en tanto, detalló a Inferigión que la ansiedad infantil no es una enfermedad en sí misma, sino que puede ser un síntoma de una enfermedad o sólo un estado evolutivo ya que todos los niños tienen períodos de ansiedad. En estos casos, lo mejor es que se consulte al psicólogo para que se diagnostique el origen de la ansiedad y así encontrar la forma de tratarlo.


Además, los especialistas concuerdan en que es importante poder detectar el trastorno en los primeros años de vida del niño para evitar que se agrave y se convierta en crónico.



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