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07/09/2010
Habla el presidente de DYPRA

“Para los diarios del interior, el tema Papel Prensa no surgió hace 10 días” Nahúm Mirad *


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“Es deplorable que un simple juego de intereses haya colocado a tres destacados exponentes del
periodismo en una posición antinómica con la mayoría del periodismo nacional”....



Lejos de ser una opinión
desde posturas oficialistas (a menos
que se tratara de un kirchnerismo
precoz), este párrafo está en las páginas
del diario cordobés “La Voz
del Interior”, en la actualidad propiedad
del Grupo Clarín.
Publicada en marzo de 1979, la
nota remitía a un documento de
Adepa. El precio del papel “constituye
una amenaza a las libertad de
prensa en la medida que puede determinar
el cierre de periódicos que
luchan por sobrevivir”, continuaba
la nota, citando a Carlos Ovidio Lagos
(entonces presidente de Adepa
y dueño del diario “La Capital”, de
Rosario).“La industria del papel de
diario no debe montarse a expensas
del periodismo nacional con un alto
costo que lesione la libertad, para
beneficio exclusivo de los tres diarios
copropietarios asociados al Estado”,
sentenciaba Adepa.
Cuentan los editores memoriosos
que, además de Ovidio Lagos y
los representantes de “La Voz del
Interior”, quienes conducían “La
Arena”, de La Pampa, y “Comercio
y Justicia”, de Córdoba, fueron algunas
de las voces que se oponían
al lugar dominante que adquirirían
los diarios capitalinos tras el traspaso
de acciones de la productora papelera.
Entre los documentos que
sustentan el informe presentado días
atrás por el Gobierno nacional,
existe un acta de la junta militar
donde consta que se requiere a Clarín,
La Nación y La Razón vendan a
los diarios del interior un alto porcentaje
accionario en “las mismas
condiciones en las que adquirieron”.
Un anexo al acta incorpora a
nuestra historia (y en la suerte de la
prensa de todo el país) un rotundo
“No” como respuesta.“Quien controla
Papel Prensa controla la palabra
impresa en la Argentina”... No
quedaban dudas por entonces.
El consumo total de papel para
periódicos en nuestro país casi llega,
hoy por hoy, a 240.000 toneladas
por año. Papel Prensa produce
algo más de 170.000. El resto debe
importarse. Es cierto que hoy Papel
Prensa está vendiendo -tenemos
entendido que sin restricciones-
a quienes quieran comprar.A
veces la importación es más “barata”
que la producción nacional.
Entonces la disponibilidad de lo
producido en Argentina se flexibiliza.
Pero los buenos precios internacionales
pueden obtenerse
cuando se negocia en grandes cantidades,
cuestión que está lejos de
periódicos que venden 2.000 o
3.000 diarios en poblaciones de
40.000 habitantes.
No obstante su “pequeñez” ante
los ojos de las grande urbes, la sumatoria
de estos periódicos conforman
una verdadera red informativa
con un profundo anclaje en las comunidades
del interior. Esta red está
lejos de adaptarse a las altas y bajas
de los precios internacionales,
de consolidar proveedores internacionales
y más lejos aún de poder
negociar precios.
Una observación sobre la que
elegimos detenernos: ¿Qué tipo de
información no pueden agregar o
recortan los diarios del interior sin
acceso “facilitado” al papel? Generalmente,
por su firme inserción comunitaria,
la información que se recorta
es la nacional. Es decir, se
pierde mirar el país, sus avances y
problemáticas, con “ojos del lugar
de pertenencia”. Se impacta sobre
la posibilidad de construir un federalismo
real. Se acentúa el relato
construido desde “el puerto”...
Una empresa con su principal insumo
“calzado” en cuanto aprovisionamiento,
precio, calidad, financiamiento,
etc., será tanto más próspera
y tendrá mayor capacidad para
planificar su desarrollo que otra
cuyo insumo es procurado de manera
absolutamente inestable. Esta
situación, ubicada en un escenario
donde -en determinadas regiones
con mercados seductores para los
grandes diarios- se entabla una
competencia entre quienes controlan
el insumo y quienes no lo hacen,
no tarda en definir ganadores y perdedores.
Tras 30 años de este esquema,
los diarios regionales debieron
vender a grupos económicos con
capacidad de compra (muchas veces
asociados a capitales extranjeros);
debieron endeudarse; se cooperativizaron
tras quebrar; sobreviven
a duras penas, sin poder agregar
páginas, diversificarse, etc.; o directamente
cerraron.
Este es el núcleo del problema a
atacar, y el camino no es otro que
producir la totalidad de papel que
se requiere para el consumo nacional,
con precios nacionales y sin
posiciones dominantes en cuanto
al abastecimiento, tanto para los
emprendimientos comerciales como
para aquellos sin fines de lucro.
Y esto debe ser política de Estado
en materia de democratización de
las comunicaciones. En este sentido,
el envío al Congreso del proyecto
para declarar de interés público
la producción de papel para
periódicos constituye una oportunidad
histórica. Abrigamos la esperanza
de que los legisladores mirarán
en cada una de sus provincias
e indagarán sobre la situación
de la prensa escrita en su complejidad
y diversidad.
* Presidente de Dypra (Diarios y
Periódicos Regionales Argentinos).


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