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05/11/2009
Partidos políticos

La Provincia de Buenos Aires empieza a trabajar en la reforma


En sincronía casi perfecta con de la agenda que marca el kirchnerismo a nivel nacional, la Provincia de Buenos Aires ingresará en las próximas semanas en un debate clave para el funcionamiento de la democracia: la reforma política, o más bien electoral...


La matriz de los cambios ya está siendo delineada por el poderoso Partido Justicialista bonaerense y admite al menos una doble lectura: trabar el armado opositor de cara a los cruciales comicios del 2011 y favorecer los planes del oficialismo, y al mismo tiempo corregir evidentes desperfectos en el funcionamiento del sistema de partidos políticos que son producto, en buena medida, de la voluntad y las necesidades pasadas de quienes hoy impulsan su modificación.


La reforma ha sido en los últimos 20 años un clásico de las promesas incumplidas del estrato dirigente. Pero ahora, parece haber recibido un impulso imparable ¿Por qué? ¿Hay acaso hay un despertar de la conciencia cívica de los políticos argentinos? Posiblemente, pero también hay planes, bastante menos idealistas: el principal, la intención de Néstor Kirchner de volver a ser presidente. Y los cambios en el nivel nacional -las internas abiertas y simultáneas que impiden a quien pierde presentarse por otras fuerzas, el piso de afiliaciones necesario para mantener en funcionamiento un partido- son funcionales a ese objetivo, que reconoce un nudo central: resolver la interna del PJ a favor de Néstor y dejarlo bien parado de cara a un eventual ballotage.
En la Provincia, una posible reforma venía discutiéndose hace unos tres meses. Pero ahora, al compás del impulso nacional, ese debate se ha acelerado: el PJ provincial reunirá el próximo jueves su Consejo, para afinar allí esquema que sirva como eje de los debates. El martes, previo habrá una reunión de "mesa chica" para tratar de llegar al jueves con la Propuesta "cerrada". Terciarán allí el vicegobernador Alberto Ba- lestrini, el jefe de Gabinete Alberto Pérez, los apoderados provincial y nacional, Ulises Giménez y Jorge Landau, el titular de la CGT, Hugo Moyano, el senador Federico Scarabino -autor de una iniciativa similar-, el titular del bloque de senadores del FpV, Osvaldo Goicochea, los senadores Carlos Mosse y Juan Amondarain y el jefe de los diputados oficialistas provinciales, Raúl Pérez. Contra reloj, todos ellos, que forman parte del Consejo partidario, intentarán definir los cambios principales para presentarlos dos días después en el órgano de conducción de esa fuerza.


Como los cambios son profundos para que tengan legitimidad no pueden ser producto de la voluntad de un sólo partido, por eso la estrategia es convocar a la oposición para intentar cerrar algunos acuerdos básicos antes de enviar las modificaciones a la Legislatura. Allí, según lo que se viene discutiendo, habrá que reformar el Código Electoral (o armar una ley de internas que le sea complementaria) y la Ley de Partidos provincial.


QUÉ SE DISCUTE


Del "pool" de cambios posibles, los justicialistas eligieron algunos que integrarán su propuesta de reforma. Figuran allí las internas abiertas y simultáneas, obligatorias para los ciudadanos y para quienes quieran ser candidatos. Se prohibirá también la posibilidad de que los candidatos que pierdan el duelo interno fuguen hacia partidos propios para poder presentarse en las generales y no podrá haber listas "colectoras" ni "espejo", es decir aquellas que llevan distintos candidatos a nivel local en alianzas nacionales diferentes o las que presentan idénticos candidatos pero con diferente sello partidario. Y se modificarán los requisitos para que un partido exista como tal: no más adhesión del 4 por mil del padrón sino un piso de afiliados.


Al mismo tiempo, el PJ analiza la modificación del sistema de asignación de candidatos: es decir, cómo se hace el cómputo para saber cuantos legisladores, provinciales y locales, se lleva cada partido de acuerdo con los votos que obtuvo. Desde la Gobernación de Alejandro Armen-dariz, es el de "cociente" y se planea trocarlo por el sistema D´Hont, que rige para la elección de legisladores nacionales y dispone que todas las fuerzas que alcancen el 3% de los votos se aseguren representación parlamentaria. Así se favorece a las minorías y se corrigen algunas injusticias, porque suele ocurrir hoy, por imperio del sistema vigente, que partidos que obtienen importantes caudales de votos terminan sin representación parlamentaria.


Otra novedad en debate, consiste en trasladar el D´Hont a las primarias, provinciales y locales, es decir en los comicios para elegir legisladores y concejales. Hay una evidente razón política para ello: si se prohíbe a los candidatos perdidosos en la interna "ir por fuera" con otras denominaciones, a través del D´Hont se les asegura una representación mayor en las listas que se presentan luego a los comicios generales. Por caso, según la carta orgánica del PJ, ese partido debe reservar sólo el 25% de las listas para quienes son derrotados en la interna, pero es una oferta tan baja que se transforma en un mecanismo expulsivo, que invita a los derrotados a presentarse con otros partidos.


Este esquema, que en lo sustancial será el que acepte el Consejo del PJ, repara males como el de las listas colec- toras, que hacen confusa la oferta electoral. Claro que uno de los partidos que más uso ese recurso es el propio PJ, que resolvió así, en comicios generales, las tensiones políticas que no pudo solucionar internamente. Lo mismo ocurre con las internas abiertas: Felipe Solá las estableció en el marco de su pelea con el duhaldismo pero por imperio de la hegemonía K nunca llegaron a aplicarse. Ahora, ese mismo partido busca reins- talarlas en la Provincia, porque están en línea con la aspiración de Daniel Scioli de convertirse en candidato a la reelección con respaldo de un PJ unificado tras su liderazgo.


Es decir, si Eduardo Duhalde o Solá quieren que sus candidatos en la Provincia compitan con el respaldo formal del PJ deberán hacer una elección arriesgada: enfrentar al oficialismo en internas con la posibilidad de perder y no poder recurrir al expediente de presentarse por fuera del partido. Lo mismo ocurre con la interna de la Coalición Cívica. Y en la UCR, donde cobistas y no cobistas se amenazan mutuamente con dejar el partido si no logran acercar puntos de vista y traducirlos en lo único que verdaderamente importa: el armado de las listas. A Francisco De Narváez lo obliga a asegurarse un núcleo de afiliados a su partido que hoy está lejos de tener.


Más allá de esa polémica de coyuntura, el esquema en discusión corta la proliferación de partidos que lo son solo en lo formal, pero sin vida institucional real. Un dato, en Provincia hay 77 partidos nacionales de distrito, mucho de los cuales sirven solamente como herramientas de alquiler para los políticos que no logran imponerse en las internas y necesitan ir por fuera del partido. Son los llamados sellos de goma. El nuevo piso para funcionar, a la vez que es peligroso porque se puede trabar, según el nivel en que se fije, la emergencia de fuerzas nuevas, termina con un mal muy difundido: el accionar de los "bolseros" que vender las adhesiones hoy imprescindibles.


QUÉ HARÁ LA OPOSICIÓN


Con ese esquema el pero- nismo disidente y el de- narvaísmo son las más reticentes al cambio, bajo la consigna, cierta en parte, de que estas modificaciones reins- talan la vigencia del sistema bipartidario con eje en la UCR y el PJ. Pero lo concreto es que tampoco la oposición se privó de usar los mecanismos que hoy cuestiona: en la provincia, la única fuerza que fue a internas este año fue la UCR, y las colectoras y espejos surgieron tanto en el peronismo disidente como en la Coalición Cívica y el cobismo, con menos intensidad que en el peronismo pero igualmente con profusión notable. Lo demuestra la polémica judicial en Lavalle, que tiene trabado el escrutinio de votos en toda la provincia, mientras se termina de resolver cómo computar los votos de dos listas, una denarvaista y otra de la CC, que fueron con idénticos candidatos.


La UCR, por su parte, espera el llamado del peronismo, al que responderá favorablemente, mientras baraja una serie de cuestiones que intentará "colar" en la agenda: la principal, la posibilidad de que el esquema de internas termine favoreciendo a los candidatos que representan a las cabeceras de distrito. Los "margaritos" en la CC, por su parte, también dirán que "sí" al convite, pero quieren poner sobre el tapete la cuestión del financiamiento y la publicidad en las campañas. Nadie, por lo pronto, habla de eliminar listas sábana, imponer el voto electrónico o avanzar con una modificación del esquema de secciones electorales, notoriamente desbalanceado, en término de representación parlamentaria contra peso demográfico a favor del interior provincial.



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