(Dypra) - Los expertos en Ciencias Sociales coinciden en que, entrada la década de los ’90, la modernización, fundamentalmente la telefonía celular e Internet, y la masividad de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s) dan lugar a una nueva generación de jóvenes que crecieron aprendiendo a mirar el mundo mediante las tecnologías.
Los jóvenes de este nuevo siglo, herederos de las derrotas políticas y de una memoria colectiva, que desde ciertos discursos los condena como los jóvenes del desencanto, comparten una marca de época caracterizada por la ruptura de los lazos sociales, por unas instituciones averiadas y en pleno proceso de reestructuración; y son, además los principales destinatarios de los productos de las industrias culturales. Atravesados por unas lógicas de mercado encargadas de regular el espacio social, el consumo y las TIC’s configuran las identidades juveniles, y le otorgan sentido a sus prácticas cotidianas que adquieren nuevas maneras de concebir el tiempo y el espacio.
En el contexto de unos usos desiguales, que reproducen las brechas sociales, los límites establecidos entre unos jóvenes incluidos y otros muchos que quedan por fuera de los márgenes, ya no están dadas solamente por una cuestión de accesibilidad. En este escenario, más allá de las particularidades, una corriente del pensamiento contemporáneo entiende que los medios de comunicación constituyen una de las voces hegemónicas en la conformación de identidades juveniles y, sobre todo, en las imágenes culturales construidas en torno a la juventud.
Precisamente con el objetivo de analizar las identidades juveniles y los usos y consumos de las industrias culturales en este nuevo siglo, el Observatorio de Jóvenes de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata, organizó el Primer Encuentro de Juventud y Medios de Comunicación e Industrias Culturales, así ante la presencia de cientos de chicos de todas partes del país, discutieron durante dos días la utilización que ellos mismos hacen de los medios y las tecnologías, y como se identifican , apropian y resignifican esos nuevos espacios
Varias y heterogéneas son las prácticas juveniles que cobran visibilidad en los medios, a partir de lo que se generan imágenes culturales acerca de la juventud que, cuando no son espectacularizadas, son erotizadas, clasificando a los jóvenes en los lugares de lo desviado, lo peligroso, lo violento, eso que no está donde debería estar, lo que se ha corrido de las normas.
Para la doctora en Ciencias Sociales, Florencia Saintout "desde varios relatos se los construye como delincuentes, como peligrosos que necesitan ser castigados o excluidos del espacio común por no valorar la vida, ni propia ni ajena. Como sujetos perdidos que entonces son capaces de salir a matar o morir, que se suben a una moto, apagan las luces se entregan a la velocidad y a la muerte. Como enfermos que consumen todo tipo de droga, aun las más pesadas, sin medir riesgos. Como integrantes de bandas con rituales que no se entienden pero donde la vida vale muy poco o nada. Como adolescentes carentes de todo que se involucran en las conductas mas riesgosas sin limite alguno ni siquiera el de la propia muerte”.
Los medios de comunicación y las industrias culturales intervienen en la construcción del sujeto joven, en las formas de sociabilidad juveniles y en la constitución de sus identidades grupales. Sin embargo, las formas en que los jóvenes consumen, se apropian y resignifican los usos de los productos culturales en sus prácticas cotidianas se modifican a medida que corren los tiempos y se reconfiguran los contextos, las condiciones de producción y de recepción de los mismos. Vemos, de esta manera, que las industrias culturales cobran un papel fundamental en las configuraciones de lo juvenil, demarcando fronteras Generacionales, de género y de clase. Ubicados en el centro de la escena pública, los medios de comunicación construyen realidades acerca de lo que es y de cómo debe ser joven.
Con esto coincide la doctora en comunicación mexicana Rosana Regillo: “Los jóvenes han sido convertidos en relato expiatorio y en el `enemigo´ del orden social. Los medios, tanto los electrónicos como la prensa, en términos generales, han venido satanizando a los jóvenes, pero no a los jóvenes como categoría universal (que no existe), sino a ciertos jóvenes, a los jóvenes pobres en concreto. La documentación empírica sobre estos procesos de estigmatización que han convertido en sinónimo "jóvenes y peligrosidad o
amenaza", son abundantes. Y agrega: “El tratamiento informativo que se hace de la nota roja, en particular cuando se habla de los jóvenes, está lleno de calificaciones y estigmatizaciones que fomentan-generan una opinión pública que tiende a justificar el clima de violencia policiaca y de constantes violaciones a los derechos humanos”.
Nueva civilización
En la disertación que brindó en la Facultad de Periodismo, donde estuvo presente Informes, Regillo planteó la idea de que estamos asistiendo al nacimiento de una renovada civilización, donde aparecen “nuevas subjetividades”, en referencia a las inesperadas maneras en que la gente entiende el mundo debido a las transformaciones sociales de este último tiempo. Según la mexicana, “los cambios en los modos de comunicación, la aparición y extensión de la Internet, el chat, los blogs, el surgimiento de nuevos procesos de identidades, especialmente en los sectores juveniles”.
La experta analiza, además, que en esta nueva etapa hay una “implosión de las instituciones. La permanente sensación de miedo e incertidumbre en la que viven las sociedades y la disolución de la palabra legítima, son fenómenos bisagra que podrían abrir alternativas para fortalecer la ciudadanía. Sin embargo, esas trasformaciones parecen decantar en posturas individuales y autoritarismo.”
En este contexto agrega: “Cuando las instituciones políticas han caído en el descrédito y deslegitimación, cuando la autoridad se muestra incapaz de dar respuestas eficientes a los problemas de las comunidades, cuando la sociedad no encuentra cauces de participación, es fácil que los medios dejen de ser precisamente eso, `medios´, y se conviertan en enunciadores, en actores de peso completo que se erigen en jueces, en árbitros, cuyas construcciones del acontecer tienen efectos reales sobre la sociedad contemporánea”.
Granito de arena
Pero Reguillo, defensora de la juventud, encuentra una alternativa de cambio por la vía democrática y colectiva, a la violencia y a la manera en que los jóvenes son vistos por la sociedad. Una de ellas son los blogs, “que condensan una enorme participación de jóvenes en discusiones comprometidas para empujar transformaciones sociales en una dirección más democrática”.
“Podrían significar una salida pero en términos generales, el empobrecimiento de nuestra juventud en todo el conteniente es pasmoso y dificulta la posibilidad de que tengan un papel activo en el cambio social. Ellos se llevan la peor parte de la crisis por la enorme dificultad de acceder a la educación, el desempleo juvenil es tremendo”, concluye la mexicana que visualiza un panorama complicado.
Puntos de vista
Rossana Reguillo Cruz es mexicana, antropóloga y doctora en Ciencias Sociales. Desde hace 30 años se especializa en el tema de los colectivos juveniles latinoamericanos.
La última semana participó del primer Encuentro de Juventud y Medios de Comunicación e Industrias Culturales, organizado por el observatorio de Jóvenes de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.
Frente a miles de jóvenes que escuchaban con suma atención su exposición reivindico a los jóvenes como nuevos bárbaros (con una valoración positiva) que irrumpen en una civilización que quiere morir y otra que está naciendo.
Con relación a los medios de comunicación la especialista mexicana destacó que “los jóvenes ya no son lectores, oyentes o televidentes cautivos, sino que toman una porción de información de los distintos mensajes de las empresas periodísticas. Lo que significa una verdadera revolución juvenil”.
También resaltó la importancia de los blogs, que son las plataformas de autorías de un sector de jóvenes latinoamericanos que pueden, a través de la escritura digital, describir la difícil situación del resto de sus congéneres de la región.
“Periodistas, comunicadores deben luchar por mostrar todos los costados de la civilización, este es el desafío de los futuros profesionales el de informar sobre lo que no publican los medios de comunicación en Latinoamérica”.
Consultada por Informes acerca de la violencia que se esta sucintando en nuestro país, y que en muchos casos es protagonizadas por jóvenes, la antropóloga hizo referencia a la teoría antropológica y expresó: “Todo grupo para operar tiene que limitar su frontera y para limitarla la coacción de la sociedad necesita crear un enemigo”. Aclarando la necesidad de profundizar en la temática dijo que en América Latina se terminaron los enemigos externos y que la mayoría de ellos encontró un enemigo interno, depositando el peso del malinaje en los jóvenes de los sectores populares”.
Lo que según palabras de la especialista se denomina “Operación de construcción de enemigo”. Y agregó: “Los medios de comunicación instauran la figura del enemigo con un preciado fin, el mismo gesto que instaura el miedo instaura la esperanza, en este caso el gesto de esperanza presentado por los medios seria la mano dura”, finalizó la antropóloga.
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