No pasa desapercibido para la mirada de los que transitan diariamente las calles de Colón, que muchos de los niños a pesar del frío salen a pedir dinero o vender algunos elementos (estampitas, agujas de cocer etc.) en los domicilios (sobre todo el fin de semana).
Si uno se queda observando la calle, luego del llamado del menor, se puede ver a mayores de edad (casi siempre mujeres) trasladarse con ellos y quedarse escondidos a distancia cuando el menor pide la ayuda económica.
Por otro lado, existen menores de muy corta edad que todos los días recorren panaderías, carnicerías y verdulerías pidiendo alimentos. En muchos casos esta actividad es realizada en épocas de actividad escolar y horario donde se dictan las clases (es fácilmente comprobable).
En nuestra comunidad se gastan miles de pesos en sueldos de funcionarios e infraestructura (oficina, teléfonos, muebles) desde el Consejo Escolar, hasta oficinas específicas para atender este tipo de problemática. Sin embargo la tarea que realizan es poco eficaz.
Lo que decimos se puede comprobar. A estos funcionarios/as los invitamos a recorrer la ciudad cualquier jornada y preguntar en los comercios y observar solamente la calle para darse cuenta de esta creciente problemática.
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