En la madrugada de ayer jueves tres individuos encapuchados ingresaron a la casa del veterinario Guillermo Puras, con domicilio en calle 20 entre 44 y 45, y se llevaron trescientos dólares, un anillo, una cadena de oro, cuatrocientos pesos y valores al cobro.
Los malvivientes ingresaron por la puerta principal, utilizando una ganzúa (sin ejercer violencia) se alumbraron con una linterna y despertaron al profesional que se encontraba durmiendo en el dormitorio enfocándolo con el haz de luz.
Rápidamente, el colonense fue reducido y atado con el cordón de la zapatilla. En el entramado utilizaron varios nudos. (Serían de atadura especial y fueron retirados por la DDI) Los intrusos amenazaron a la víctima, le pegaron con una fusta y hasta habrían utilizado un cuchillo para tratar de sacarle la confesión sobre donde estaba el dinero.
La operación duró dos horas, los asaltantes prendieron las luces y el televisor, no estaban nerviosos y parecían muy dueños de la situación.
Con total paciencia abrieron los placares, cajas, y revolvieron las prendas de vestir. Buscaban el supuesto dinero de una operación económica.
En el grupo solo habló con en términos utilizados en el conurbano bonaerense, el que sería el jefe que además pudo haber impostado la voz.
Siendo las cinco de la mañana los asaltantes se retiraron dejando atado a Puras, que como pudo llego a la cocina y con una cuchilla se liberó, realizando la denuncia policial.
Una temible secuencia
Cabe destacar que hace algunos meses Colón Doce publicó una nota donde se decía que la composición de la banda que asaltaba viviendas en horas de la noche, era muy heterogénea.
El jefe sería "J" R , sus lugartenientes pertenecerían a varias ciudades (incluso de una pequeña localidad de Santa Fe y muy cerca de Colón) La manera de actuar sería a través de un entregador que le proporcionaría los datos sobre la familia que será víctima .
Un dato que no puede pasar desapercibido que tres de las víctimas donde habrían utilizado la ganzúa de una manera u otra están relacionados con el tema agropecuario.
En aquella ocasión dijimos que la banda estaría compuesta por una docena de malvivientes y podría haber cambios de cacos (rotación) en los distintos asaltos. Uno de los participantes sería un conocido delincuente de la región de Colón que camina "bamboleando las manos".
La última víctima de esta modalidad fue Alicia Essa- yag con domicilio en calle 48 entre 15 y 16 y fue sorprendida por dos delincuentes en el interior de su casa cuando descansaba.
El hecho comenzó a las 3 de la madrugada del sábado 25 de enero y los intrusos habrían pedido el dinero y joyas que "había en la casa" amenazando con matar a las dos hijas de la anciana si no entregaba el botín.
Los ladrones se retiraron del sitio con algunos papeles y dejando a la mujer atada de las muñecas en su espalda ( a igual que Puras) .
La víctima permaneció de esta forma hasta el domingo a las 20.Esta es la crónica fría de un suceso que volvió a conmover a la ciudad de Colón. Pero antes se sucedieron los casos de la familia Bigatti en calle 44 entre 19 y 20, Bonello en calle 49 y 12, y García en una quinta de la periferia. En todos los casos actuaron de la misma forma. También hubo dos casos en Hughes.
Además en esa nota adelantábamos que los delincuentes utilizaban una ganzúa para abrir la puerta y recomendamos poner un pasador y no dejar la llave en la cerradura.
En Junin
Asimismo nombramos el caso de un empresario de Junin cuyo auto abandonado apareció en cercanías de General Arenales.
Sergio F. Chiesa fue asaltado en su vivienda de Junín. La víctima se domicilia en la calle 20 de Septiembre y Canavesio.
Los delincuentes intimidaron con armas de fuego a la familia y los llevaron a una dependencia alejada. Los cacos ataron a sus víctimas ( el empresario, su mujer y un hijo) con precintos y revisaron los distintos ambientes
Los intrusos se apoderaron de 1500 pesos, alhajas, y efectos personales. Para huir se llevaron un automóvil Peugeot 407, el cuál fue abandonado cerca de General Arenales. Las pesquisas sospechan que se trata de una banda radicada en la zona de Colón.
La pista la dio un número de teléfono secuestrado en la detención de un delincuente de los denominados en nuestra región (pesados). Se realizaron cruces de llamadas y no se pudo atrapar a los responsables.
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