Siempre se dice que hay profesiones en las que la vocación y la herencia familiar son más fuertes que el desarrollo económico propio. Un caso típico es el de la Policía bonaerense, cuyos efectivos arriesgan su vida a diario por sólo $ 7 la hora trabajada, menos de lo que percibe una empleada doméstica o una niñera actualmente en nuestro país.
Y se trata de una profesión de riesgo cierto: sólo en el transcurso de ocho días de febrero pasado tres uniformados fueron asesinados por malvivientes. Lo cierto es que el escaso ingreso obliga a los efectivos a trabajar hasta 16 horas diarias, a descansar de a ratos, a tener serias limitaciones para entrenarse o capacitarse y a vivir al límite con el magro salario que perciben.
En rigor, el problema salarial de la Policía no es reciente. Se remonta a varias gestiones que no han sabido encarar una política de profesionalización de la fuerza. Y eso conlleva, indefectiblemente, salarios dignos. Además, esta situación se podría mejorar en caso de la Provincia recibiera lo que le corresponde realmente en concepto de coparticipación.
En octubre pasado, cuando la Policía bonaerense recibió la última mejora salarial, se estableció que el salario mínimo para la Fuerza sea de $ 1.713. Si se lo divide por los 30 días del mes, quedan $ 57 diarios, lo que representa 7% por las ocho horas de trabajo patrullando en las calles del Conurbano, La Plata y el interior bonaerense.
La realidad de los agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) es similar en cuanto a números, pero distinta respecto de la problemática -también compleja- que deben enfrentar diariamente.
Desde octubre pasado, la escala más baja de los policías se retribuye con un sueldo de $ 1.713, que de esta forma obtuvo un aumento de bolsillo de $ 193.
Esa escala mínima se in- crementó en el personal policial que posee título secundario, que recibirá un salario de $ 1.765 operando un aumento de bolsillo de $ 200. En tanto, un Oficial de Policía del área administrativa tiene un mínimo de $ 1.383, a partir del último incremento real de bolsillo de $ 154.
Diferencias
Lo concreto es que lejos de los haberes de los superintendentes (beneficiados con un sueldo de bolsillo de casi $12.500, sin contar la antigüedad) o los comisionado del agrupamiento Comando (que tienen un ingreso de $ 8.312), el personal de menor jerarquía trabaja jornadas completas en la calle por un ingreso mínimo. Y no se trata de un trabajo sencillo, sino cada vez más conflictivo y arriesgado.
Con el saldo de tres efectivos asesinados a manos de delincuentes en lo que va del año, ya no caben dudas de que se trata del trabajo más insalubre y peligroso de la actualidad. Las autoridades hablan de profesionalizar la fuerza y de sumar uniformados al patrullaje y a las tareas de prevención, pero la realidad marca que los magros ingresos de los policías los obliga a trabajar hasta 16 horas diarias.
En ese contexto, capacitarse, entrenarse, dedicarle tiempo a la familia o tener una vida normal aparte de la del uniforme se convierte en una utopía. Actualmente, "la tropa" elige entre dos regímenes laborales diferentes: trabajar ocho horas diarias con un franco semanal o (el preferido) estar en funciones 16 horas diarias tomándose luego 32 horas de descanso. Vale aclarar que durante su franco, los policías continúan portando el arma reglamentaria e intervienen en cualquier situación que lo amerite.
Justamente por el magro ingreso del personal, es que el mismo se ve obligado a realizar adicionales. Se trata de horas Cores, horas extras, para estar en comisarías o reforzar lugares comerciales y patrullaje en la calle y el servicio Polad, orientado a la custodia de edificios públicos, locales comerciales y bancos, como también el transporte de caudales.
No caben dudas de que en la actualidad -máxime por los bajos sueldos y la peligrosidad en la calle-, la profesión policial aparece como más arriesgada y sacrificada que nunca. Ello provoca que surja malestar y rumores de protesta dentro de la misma Fuerza, que difícilmente lleguen a materializarse en un auto- acuartelamiento, pero que marcar el malhumor reinante en la Fuerza Armada más numerosa del país.
Radiografía de un uniformado
*Desde octubre pasado -cuando se definió el último aumento salarial- el haber mínimo de la Fuerza de ubicó en $ 1.713. En la cima de la pirámide salarial de la Fuerza se ubican los superintendentes, beneficiados con un sueldo de bolsillo de casi $ 12.500, sin contar la antigüedad).
* También los Comisionados del agrupamiento Comando tienen un ingreso de $ 8.312 un teniente del mismo escalafón percibe $ 2.741, mientras que un sargento cobra $2.002.
* En cuanto al agrupamiento Comando, pero para el personal sin título secundario, un subteniente percibe $ 2.340 y un sargento, $1.940. En todos los casos, no se toma en cuenta la antigüedad, que es variable.
* En relación a los administrativos, un sargento tiene un salario de bolsillo de $ 1.532, mientras que un capitán percibe alrededor de $ 4.000.
Regímenes
En la Policía conviven dos regímenes laborales, a saber:
Esquema laboral de 16 horas en la calle por 32 horas semanales de descanso.
Esquema laboral de ocho horas de trabajo con un franco semanal.
*El más elegido por los integrantes de la Fuerza es el primero, porque los sobrecarga de trabajo pero les permite un franco más prolongado.
Adicionales
* Horas Cores: son horas extras para estar en comisarías o reforzar lugares comerciales, como también participar del patrullaje en la calle).
* Por 120 horas mensuales, un efectivo policial llega a percibir unos $812 que se agregan al salario inicial de bolsillo.
* Polad: este adicional se divide en dos categorías. La primera apunta a la custodia de los edificios públicos y se paga $ 10 la hora.
* La segunda categoría se centra en los locales grandes y en los bancos, pagándose
$ 12 por hora de servicio concretada.
* La vigilancia del transporte de caudales se efectiviza a $14 la hora de servicio efectuado. (HOY)
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