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04/01/2009
Geriátricos truchos

Una problemática que crece en la provincia de Buenos Aires


asilo_ancianos (29k image) Hace más de un mes, se conoció la denuncia sobre una presunta violación a una mujer y malos tratos a otros internos de un geriátrico trucho de Pehuajó. Lejos de ser un hecho aislado, esta no es la primera vez que trascienden denuncias de malos tratos, golpes, suciedad y falta de asistencia médica en estos lugares, que sólo en la provincia de Buenos Aires se calcula que hay 900 que funcionan sin habilitar...


Este tipo de instituciones asilan a miles de ancianos de toda la provincia en instalaciones inadecuadas, y cuentan con personal de escasa preparación y precios más accesibles, pero con escasos o nulos controles.


Según datos de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (ATSA), los geriátricos son difíciles de controlar: comienzan con tres o cuatro camas y cuando consiguen unos 15 clientes se mudan a una propiedad alquilada. En algunos casos, inician sus actividades con los trámites de habilitación que pueden demorar hasta tres años, y cuando nuevamente son localizados vuelven a mudarse y de ese modo evitan inspecciones.


En la práctica, los geriátricos truchos no dan más que casa y comida, mientras los legales deben incluir un sistema de control médico y contar con personal, infraestructura y alimentación adecuados.
¿Por qué surge esta enorme cantidad de geriátricos? Según la Unión Argentina de Prestadores Gerontológicos, que agrupa más de 200 geriátricos en todo el país, el cálculo es netamente económico.


"Es difícil que un geriátrico legal baje de los 1000 pesos mensuales por una cuestión de costos", precisa Alejandro Barros, director de la entidad. En cambio, admite que se puede conseguir uno sin habilitación por 400 pesos.


Muchas veces los vecinos conocen donde están los geriátricos ilegales, pero sólo pocos se atreven a denunciarlos. Lo más grave siempre es la atención que reciben los ancianos, pero sin denuncia no hay posibilidad de clausura.


A pesar de los 900 geriátricos que funcionan en forma clandestina, el responsable de la Subsecretaría de Control y Fiscalización Sanitaria del Ministerio de Salud bonaerense, Alberto Costa, aseguró que en el último año se logró mayor eficiencia en la inspección de los geriátricos.


La cartera sanitaria impulsa desde el año pasado un proyecto de ley que fue aprobado por los diputados y que espera su debate el Senado, que propone delegar a los municipios la habilitación y el control de este tipo de establecimientos.


“En la provincia tenemos casi 900 geriátricos habilitados, de los cuales 400 fueron autorizados durante el último año y medio. Una cantidad similar, entre 800 y 900, funciona clandestinamente”, señaló.


VACÍO LEGAL
Los proyectos que esperan aprobación en la Legislatura provincial para regular los geriátricos parecen coincidir en la necesidad de realizar adecuaciones al sistema de fiscalización aplicable a todo establecimiento sanitario privado asistencial o de recreación, teniendo en cuenta que “luego de ser habilitado por el Ministerio de Salud”, debe seguir funcionando “cumpliendo los requisitos establecidos”.


Actualmente, el procedimiento de fiscalización, establecido por el artículo 13 del Decreto 7314/67, no otorga “incidencia directa” a los municipios sobre el accionar y desenvolvimiento del servicio privado asistencial o de recreación, a pesar que las dependencias comunales perciben una tasa por habilitación comercial.


Por consiguiente, los proyectos que esperan su tratamiento, en primer lugar, establecen que los municipios, en el caso de los geriátricos, serán quienes ejecutarán las acciones tendientes al cumplimiento de las normas provinciales vigentes sobre habilitación y funcionamiento. Percibirán los aranceles por habilitación, regularán el régimen de infracciones y el cobro de las multas que se apliquen.


En la actualidad, según estimaciones de los propios legisladores, los numerosos geriátricos que no están habilitados funcionan en total desconocimiento de las normas que velan por la seguridad de los residentes. La pregunta que se impone es ¿quién controla a los geriátricos? La respuesta: el Estado provincial. A la vista de lo que reflejan las estadísticas, las deficiencias en los controles son notorias, ya que hay sólo entre 20 y 30 inspectores para toda la provincia. (DIB)


LOS TIPOS DE GERIÁTRICOS
No todos los geriátricos ilegales son iguales. Una tipología construida a partir de un relevamiento a nivel nacional dice que se dividen en:
*Los que venden "atención personalizada" en "una casa pequeña".
*Los que se hacen pasar por legales y eternamente tienen alguna habilitación en trámite. Estos, muchas veces se mantienen abiertos con recursos judiciales.
* Los "golondrina", que van mudándose de casa en casa, por lo general dejando impago los alquileres y abandonados a los internados.
* Los de "pueblo chico", donde alguien conocido en el barrio decide utilizar los cuartos vacíos de su casa.
* Los de "alta rotación", que son de muy mala calidad, muy baratos y para los que el negocio consiste en que las familias retiren al anciano antes de que termine el mes que ya pagaron. (DIB)


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