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05/10/2008
Ultimos seis meses

Bajaron los alquileres de los campos


(Por Virginia Pignaton y José Giménez de la redacción de DIB).- En pocos meses, los alquileres de los campos de la provincia pasaron de alcanzar valores históricos a caer por el piso. Es que, en tan sólo seis meses, el conflicto del agro, la caída de los precios internacionales y el fuerte aumento de los insumos hicieron que el productor disponga de menos margen para afrontar los arrendamientos, que en las zonas más prolíferas de la llanura bonaerense alcanzaron los dos mil pesos la hectárea en febrero de este año...


Ahora, el panorama se presenta desolador para los productores y la falta de perspectivas ya se traduce en la baja en los precios de los arrendamientos, y en que cada vez menos chacareros se atrevan a alquilar.


A principios de este año, las perspectivas eran inmejorables: los alquileres duplicaban los precios del año pasado y el precio de la soja estaba en alza, lo que hacía suponer un panorama aún mejor para los dueños de campos.


Pero el 11 de marzo las cosas cambiaron: la resolución 125 y el prolongado paro hicieron que, a la larga, los precios se desmoronaran y, por ende, cayeran los alquileres, que se realizan en quintales por hectárea.


Ante este panorama, sólo los alquileres de las mejores tierras de la provincia -especialmente en la zona comprendida entre las ciudades de Pergamino, Rojas y Arrecifes (Colón) -, han logrado mantener los alquileres en 1.800 pesos la hectárea, firmados en muchos casos antes del conflicto.


En la provincia de Buenos Aires, alrededor del 60 por ciento de la agricultura se hace sobre tierras de terceros, por parte de contratistas que realizaron fuertes inversiones en maquinarias y equipos para abocarse a esta actividad.


Con algunas variantes, los productores de distintas regiones de la provincia consultados sostienen que por primera vez en años comenzó a bajar el precio de los alquileres y presumen que con el panorama actual la tendencia para el año próximo también vaya en baja.


Las causas difieren según las zonas, aunque en todas está presente el conflicto con el Gobierno y el aumento de los costos en los insumos, que en promedio subieron cerca del 40 por ciento, alcanzando picos de 100 por ciento en fosfato y urea.


En la zona sur y sudoeste de la provincia, la más castigada por la sequía, en donde los campos ganaderos cotizan entre 100 y 200 pesos la hectárea, y los agrícolas, de 500 a 700 pesos, la causa fundamental de la baja en los precios de los alquileres es la falta de agua, ya que en lo que va del año sólo llovieron unos 100 milímetros.


Al respecto, el titular de la Sociedad Rural de Patagones, Pedro Eddy dijo que “la problemática de la sequía ha convertido la zona en un caos. No se alquila porque no hay un pasto en toda la zona y eso hace que quien quiera arrendar tire el precio para abajo.


Desde Coronel Dorrego, Jorge Srodek estimó que los alquileres han bajado entre un 15 y 20 por ciento, y agregó que habitualmente el grueso de los arrendamientos se empieza a negociar casi sobre el fin de la cosecha con vistas a la próxima, pero este año el conflicto con el Gobierno demoró el cierre de las operaciones en más de dos meses.


Tras fustigar la política agropecuaria del gobierno nacional y provincial, el vicepresidente segundo de Carbap señaló que “los productores hoy están ante un escenario con números estrechos, sobre todo si arriendan y muchos deciden esperar para ver como sigue el tema retenciones”.


Como nunca, en mucho tiempo el ajuste en el sector pasa por los arrendamientos. Así, los dueños de los campos ya no pueden jactarse de que del otro lado de la tranquera tienen cuatro o cinco candidatos esperando si se va un inquilino, lo que era habitual hasta hace poco tiempo. Mientras que en febrero pasado un relevamiento daba cuenta de que el alquiler de los campos en la zona más productiva de la provincia de Buenos Aires se duplicaba con respecto a los números que se manejaron el año anterior, ahora ya se vislumbra el efecto inverso.


El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Biolcati, sostuvo que "es lógico" que hayan caído los alquileres de campos debido “al conflicto entre el sector agrario y el gobierno nacional, y el incremento de los insumos”.


“Todo esto es parte del realismo y de las consecuencias de lo que se está viviendo, la necesidad de tener cada vez mayores rindes para poder pagar los costos, porque los insumos agropecuarios han subido enormemente", apuntó el dirigente.


El flamante titular de la SRA expresó que el incremento de insumos agropecuarios, como fertilizantes y herbicidas, "va parejo con la suba del petróleo".


"A medida que subían los precios, el dinero se lo llevaba el Gobierno a través de las retenciones, por lo cual ha quedado tan desvalorizada la ecuación que es lógico que se vayan derrumbando los precios de los alquileres", indicó Biolcati.


Los contratos suelen fijarse en quintales de soja, en función de un cálculo del rendimiento por hectárea que se prevé tendrá el campo, de los precios de la soja y de los costos de insumos. Así, con las nuevas retenciones, esos quintales tendrán un precio menor, por un lado. Pero, por otro, quienes alquilan querrán pagar algunos quintales menos.


Datos de la Compañía Argentina de Tierras, indican que los únicos alquileres que se mantuvieron en valores similares al año pasado son los campos de muy buena calidad en la zona núcleo de la provincia de Buenos Aires y estimaron que el resto de los precios de los campos bajaron en promedio “un 15 a 20 por ciento".


Se estima que las extensiones alquiladas van desde las 500 hasta las mil hectáreas. En ese terreno, con las maquinarias modernas, basta con cuatro peones para realizar todo el trabajo.


Las razones de la caída


Los productores consultados aseguran que el principal motivo de la baja en los precios de los arrendamientos lejos está de ser la falta de demanda de campos.
“Al productor no le queda otra que seguir produciendo porque de eso vive, no puede tirar por la borda tantos años”, indicó Agustín Solas, dirigente de General Arenales.


“Muchos productores están negociando bajar los alquileres a 15 o 17 quintales por hectárea, pero siempre hay quien los paga a 20”, señaló el dirigente, al tiempo que se quejó de la imposibilidad de prever las condiciones de mercado “para negociar los precios del campo”.


Al respecto, el presidente de la Sociedad Rural de Pergamino, Roberto Campi, señaló que “los arrendatarios tienen números muy complejos para alquilar y vender la cosecha”, y manifestó que “hay una cantidad de costos que crecieron de acuerdo a un precio de soja alto, y se acomodaron a esos valores. Cuando bajó la soja, los precios quedaron igual”.


Uno de los principales problemas a la hora de negociar los contratos de alquiler es la imprevisibilidad de los mercados. La crisis mundial, sumado al problema interno, hacen que los productores no sepan a ciencia cierta con qué precios van a afrontar la próxima campaña, ya que los precios de los cereales, en la etapa posterior a la protesta rural, se derrumbaron en estos meses a niveles insospechados hasta para el más pesimista de los expertos en economía.


“Los precios que se pedían al inicio de esta campaña no se pueden pagar, porque los altos costos y la baja de los precios internacionales hicieron que la renta se achicara”, sostiene Francisco Alzari, de la Sociedad Rural de Junín.


Por su parte, Jorge Azurmendi, dirigente agropecuario de Vedia, dijo que “los productores pierden la renta y tienen que bajar el precio de los alquileres, que estaban sobrevaluados”



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