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26/06/2008
Revisando la Historia

Un policía que luchó por los pobres, fue doble agente y terminó desaparecido


justicia-270632 (17k image)En sus comienzos el policía Luis Ceccon comenzó a militar en el grupo Emmanuel (Dios con nosotros) que dirigía en Pergamino el padre Marciano Alba. Ahora está desaparecido. La historia que contáremos en varias ediciones revela además el papel del periodismo en época de la dictadura. El padre Marciano Alba fue párroco de Colón, en la década del setenta en la vecina ciudad de Pergamino pertenecía junto con jóvenes católicos al grupo “Emmanuel” (Dios con nosotros). El sitio donde se reunían era la Parroquia San Vicente de Paúl de Pergamino...


Los jóvenes junto al sacerdote visitaban los sectores más desprotegidos como los barrios cercanos al Cementerio Municipal, barrio Güemes y barrio San Martín, ayudando a las personas que lo necesitaban. Incluso lograron la construcción de 22 casas a través de una Cooperativa Vecinal.


El grupo estaba íntimamente relacionado al obispo de San Nicolás Carlos Ponce de León. Recordar que El 11 de julio de l977, el prelado era asesinado en cercanías de la ciudad de Ramallo. Los verdugos “disfrazados” de inocentes automovilistas utilizaron la misma metodología que usaron los homicidas del obispo Angelelli en La Rioja. Ambos prelados eran objeto de continuo seguimiento por su visión y militancia sobre los Derechos Humanos y las denuncias que venían realizando contra el Proceso Militar. En Ramallo, una camioneta de una empresa fantasma terminó con la vida del religioso Ponce de León.


El policía desaparecido


Luís Ceccon fue un cabo de la policía de Pergamino que se acercó a la militancia cristiana de base. Después militó en Monto- neros, hizo de doble agente, y en el presente está desaparecido. Un documento de inteligencia de la policía bonaerense permite reconstruir parte de su particular historia.
El testimonio de una fuente que no será revelada en las próximas líneas disparó esta nota.


“La historia es increíble” dijo, y agregó: “se trata de un tipo que fue policía y militante montonero. Pasaba información de la cana a los montos pero fue descubierto por la bonaerense. Lo detuvieron, lo largaron con la promesa de que haría de doble agente infiltrado en la organización, pero habló con sus compañeros y siguió engañando a la policía hasta el día en que fue nuevamente detenido, y finalmente desaparecido”.


El “doble agente” se llamaba Luís Ceccon, y era un joven humilde del barrio Güemes de la ciudad bonaerense de Pergamino, que comenzó su mili- tancia en el cristianismo de base, se empleó como policía en el 1970 y fue detenido por primera vez en 1976 junto al padre Marciano Alba y por segunda vez en el 15 de mayo de 1978. Desde esa fecha es un desaparecido más. En un documento de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA), consta el seguimiento realizado por los servicios de la policía sobre Ceccon, el interrogatorio que le realizaron y su pase a disponibilidad.


La historia según la Bonaerense.


El documento, perdido entre miles de “informes” desarrollados desde la dictadura hasta el 2003, fue desclasificado hace tres años por el gobierno de Felipe Solá, y puesto en custodia de La Comisión Provincial de la Memoria de Buenos Aires, que funciona en la ciudad de La Plata.


El documento integra una saga de persecuciones y pesquisas que tuvieron como objetivo central investigar “el accionar” del entonces obispo de San Nicolás, Carlos Ponce de León, que por otra parte constituye una prueba más de que su compromiso con los más pobres, y su oposición a la dictadura, le valió una muerte que ya nadie duda fue planificada por los militares. De ese dossier, se desprende un capítulo catalogado “Seccion “C” Nº 005. Asunto: Investigación del cabo Luís Ceccon. No se difunde”.


En el documento, donde se hace una reconstrucción de la historia del Cabo Ceccon, según la óptica de sus captores, confirman la detención primera de Ceccon en 1976, y su posterior liberación con la premisa de que a partir de ahí espiara a los Mon- toneros. También se describe que finalmente “su inclinación fue hacia la política marxista de Montoneros”.


En el informe se destacan los argumentos con los que los secuestradores justifican las “Causas de su detención”. Entre las principales se encuentran:
“Que en el año 1974, por una cuestión solidaria y personal, comenzó a desarrollar una acción tendiente a la formación de un grupo de personas, con las cuales coordinar esfuerzos, que permitieran como logro, la formación de una comisión vecinal”.


“Que formada la comisión, habiendo comprado una parcela de tierra mediante la organización de festivales de doma de caballos y otros, gestiona ante el Secretario de Bienestar Social de Pergamino los materiales para la construcción de 22 viviendas”. El informe continúa describiendo las acciones solidarias del grupo, donde se reconoce al padre Marciano Alba como un cura “Tercermundista” que “influye” sobre los vecinos.


El documento remarca que Alba “recalcaba siempre el accionar del cura Mugica, teniendo varios afiches con frases del conocido cura y que siempre daba como ejemplo a los componentes del grupo”. Según el informe de los secuestradores, tanto el contexto humilde en que vivía Ceccon, como el cura Alba , son promotores “de un sentimiento populista”


El interrogador, que redacta el documento de la D.I.- P.P.B.A, avanza en la escritura del texto de once páginas y va elaborando conclusiones. En un subtítulo denominado Blancos que proporciona, el informante anota: “Rentables: Ninguno.”


En otro titulado Apreciaciones, describe: “A criterio del interrogador, de acuerdo a los elementos existentes y de las manifestaciones del causante, se trata de un individuo totalmente “captado” en nivel intelectual y político por la organización subversiva Montoneros”.


Entre algunos de los elementos que encuentra el inte- rrogador para comprometer a Ceccon, el represor enumera: “Realizó pintadas que fueron refrendadas como Montoneros, ofició de campana con el arma de la repartición, participó de reuniones pro- selitistas, algunas hechas en su domicilio; realizó el chequeo de la comisaría de Pergamino, entrega de documentación policial, entregó información anticipada de razzias que la policía programaba en Pergamino”.


En el último subtítulo Conclusiones, el servicio de inteligencia bonaerense, recomienda “la separación inmediata del interrogado de la institución Policial, sin perjuicio de los que la superioridad determine, en cuanto al “grado de disposición” que se estime (las comillas y el subrayado es de ellos). Respecto de las técnicas del interrogatorio, por suerte, el informe no da detalles.


¿Por qué policía?


Nancy es la hija de Luís Ceccon, vive en Pergamino, tiene dos hijos. la imagen que guarda de su padre es una foto en blanco y negro, de muy joven, antigua, corroída por el tiempo, pero que pareciera ir ganando nitidez a medida que aparece un nuevo dato sobre la historia de Luís. Nancy confiesa que “hasta marzo de este año, convivía con una duda, una confusión sobre quien fue mi viejo, mi pregunta siempre fue: “¿por qué policía?”. A mi me mataba esa duda, yo siempre quise saber quien fue de verdad”. Es la tercera de cuatro hermanos y según ella es a la “única que se le dio por participar de las marchas y los reclamos por el juicio y castigo que se hacen en Pergamino”. Piensa que a sus hermanos “esa misma duda los paraliza, pero a mi me hizo bien ir a los actos y recordar a mi padre como un desaparecido”.


Cuando Luís fue secuestrado Nancy tenía siete años. Ella no tiene muchos recuerdos de esos días. Cuenta que su madre, Máxima Franco, se refugió en el silencio y desde la desaparición de su padre hasta hoy no quiso hablarles a sus hijos del tema. Se acuerda también lo complicado que era la escuela primaria, que cursó durante toda la dictadura: “Mis compañeros me preguntaban si yo tenía papá y les decía que sí. Pero me preguntaban dónde estaba y yo no les sabía responder otra cosa que: “no está”.
No ha sido fácil para Nancy encontrar información de su progenitor.


Los comienzos


Luís Ceccon llegó al barrio Güemes son su compañera, los dos muy jóvenes y recién casados. Como trabajaba de albañil, levantó su casa-rancho con unos amigos, en un barrio que comenzaba a nacer, con muy pocas casas y donde faltaba de todo. Nancy tiene algunos registros de esos años: “La casita todavía está y vive mi hermana mayor. Había una casona donde se juntaban para las reuniones. Ahí mi viejo enseñaba a leer y escribir a adultos y chicos del barrio. Ahí se formó el grupo vecinal en el que el referente era el cura Alba . El grupo se llamó Emmanuel (que quiere decir Dios con nosotros)”.


Marciano era el párroco de la Iglesia San Vicente de Pergamino, pero tenía a su cargo varias capillitas desparramadas por los barrios necesitados. “Él tenía un trabajo de compromiso social grandísimo –cuenta Nancy–. Fue quien movilizó a mi viejo y a otros del barrio a organizarse. Para nosotros fue como otro padre , y es por eso que me creo con derecho de reclamarle que nos hable”.


El grupo Emmanuel se tornó importante para los vecinos, tanto que para 1973, cuando la vuelta de la democracia, durante la “primavera camporista”; el grupo con Luís Ceccon a la cabeza, logró que la Secretaría de Bienestar Social de la municipalidad realizara un plan de viviendas para el barrio.
“De aquel grupo Emmanuel hay tres que están desaparecidos: Gerardo Pérez, el canario Jorge Torrén y mi papá” enumera Nancy.


“Ellos creían en una revolución como una gestación, salir al mundo con un nacimiento del hombre nuevo”, rememora Nancy. “Como veraz hay algunas palabritas que me quedaron grabadas”, dice.
Por eso a Nancy le cuesta entender el tema de que su padre haya sido al mismo tiempo policía y militante social. “Esta historia de que haya estado en la policía como infiltrado es de locos”, dice Nancy, y se pregunta “¿Tan valiente pudo haber sido?”.


Pero hay algo que ha hecho apaciguar sus dudas: una serie de pruebas que han empezado a aparecer desde marzo de este año, cuando se inició una investigación judicial por la desaparición de su padre, que al decir de Nancy “van en la dirección de lo que siempre intuí en mi corazón y es que mi viejo, era un compañero muy comprometido”.


La vida de Luís Francisco Ceccon está plagada de ausencias, fragmentos enteros de memoria que faltan para armar el extraño rompecabezas que configura el relato de un personaje de nuestra historia reciente que fue policía y militante social. Queda claro que por esto último fue desaparecido y que por esa misma razón son tantas las piezas perdidas. Pero quedan demasiadas preguntas para que sobre ésta, se escriba una sola nota ((Datos El Eslabón).


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