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10/04/2008
Inseguridad

Despertar en las puertas del infierno


policica-1104 (33k image)La banda compuesta por tres individuos volvió a las andadas y asaltó a la familia Bonello. Se llevó un suculento botín compuesto de dinero en efectivo y joyas familiares. Serían las mismas personas que asaltaron a la familia Bigatti...


Algo esta fallando en la investigación de los delitos en nuestra ciudad. Tal vez lo más triste es que ninguno de los actores involucrados puede decir que le falta personal, tiene bajo sueldo, no tiene infraestructura, o móviles a disposición, y con estas excusas patear la pelota al gobierno provincial.


En nuestra ciudad la seguridad es el segundo presupuesto de origen estatal (luego de la municipalidad). Solo basta recordar que se paga una fiscal, secretarios de fiscales, instructores judiciales, policías de investigación, policías de prevención, policía científica, Centro de Prevención de la Drogadicción, defensor de pobres y ausentes, defensor de menores –entre otras cosas-. Rara paradoja.


Semejante infraestructura no puede detener a un pibe que se traslada en una bicicleta color roja, a plena luz del día, que lleva a una escopeta recortada en una bolsa de polipropileno y que asaltó a tres comercios en las últimas semanas, desapareciendo como por arte de magia. La pregunta del millón es ¿Pueden entonces esta infraestructura judicial y policial atrapar una banda con componentes más sofisticados?.

Por otro lado, el país necesita de gente comprometida. Los trabajos en seguridad y justicia no son una labor con horario y donde se ingresa a las ocho de la mañana y luego de seis horas se retire olvidándose de los compromisos asumidos. Tampoco es una docencia donde se pueda llevar trabajo a la casa.


El sentido común nos dice que algo esta fallando y mucho en la sincronización de semejante aparato que brinde al ciudadano común seguridad. Es hora que nuestros representantes pidan explicaciones, y estadísticas de cuantos delitos se pudieron esclarecer –entre otras cosas-. Es lo mínimo que los vecinos de Colón están reclamando.


El asalto


¡No te asustes! ¡No te va a pasar nada! ¡Quédate tranquila! Escuchó María Cristina Trotta, mientras el delincuente le apoyaba un arma en la cabeza. A su lado, Ricardo Bonello, obnubilado y sorprendido no salía de su asombro al observar dos delincuentes en su dormitorio, encapuchados y con guantes de lana en su manos.

Uno de ellos el más fornido hablaba en voz baja y trasladaba a las víctimas con calma. El segundo caco, parado en la puerta movía las manos y jugaba con un arma. Los malvivientes encontraron en otra habitación a un abogado rosarino que estaba de visita.


Los hicieron sentar a los tres juntos y luego de sacar los cordones de las zapatillas con mucha rapidez primero le ataron las manos y luego los pies. El nudo usado sería el marinero.
En un momento dado y cuando buscaban efectos de valor, a la mujer le quisieron sacar la alianza de oro. No salió. Uno de ellos con un cuchillo en la mano le requirió a su cómplice ¡Córtale el dedo!. La orden no se cumplió.


En las casi dos horas que estuvieron en la casa de 49 y 12, se desplazaron con seguridad y tranquilidad. La pregunta es ¿Eran solamente tres?. Una vecina dijo que durante la madrugada los perros en el patio torearon sin parar. ¿Había más gente de consigna vigilando la cuadra?.


Los ladrones lograron llevarse una sustanciosa suma de dinero, además de joyas familiares. Las armas de fuego que encontraron las dejaron abandonadas debajo de la cama. También los cacos dijeron que se habían equivocado de casa. Antes de irse la mujer le agradeció por no haberle atado el brazo que hace poco se había fracturado. El malviviente le señaló a su compañero “ ¡le chorreamos y nos agradecen!”.


Tal vez lo más importante para prevenir estas situaciones es colocar una tranca o pasador en la puerta principal. Los delincuentes abren con suma facilidad las cerraduras utilizando seguramente una ganzúa.


Las semejanzas


El asalto a la familia Bonello tiene coincidencias con la misma situación vivida hace dos semanas por la familia Bigatti.


1-Los delincuentes usaban capuchas negras con un corte similar para poder ver.
2-Tenían guantes de lana claros
3-Uno de ellos tenía un tic en las manos muy particular.
4-El jefe es más fornido y caminaría “bamboleando las manos”.
5-Habrían usado nudos marineros para atar a sus víctimas.
6-Entraron por la puerta principal usando ganzúas.
7-Ambos casos ocurrieron un fin de semana. Bonello el sábado a la madrugada y Bigatti el lunes a la madrugada. En ambos casos el Comisario Rubén Oroza no se encontraba en Colón.
8-Hablan en forma suave, pausada y nunca se alteran.
9-Cuando atan a las víctimas lo hacen en forma sincro- nizada. Primero las manos y luego los pies.
10-No se pudo determinar si cuando caminan siempre llevan el arma apoyada al muslo de la pierna.


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