Los municipios en la mayoría de los casos no tienen planes de seguridad a mediano y largo plazo. Cuando un intendente del interior bonaerense se encuentra desbordado por la situación viaja a La Plata y pide más patrulleros y efectivos policiales.
El fenómeno de la inseguridad en ciudades del interior bonaerense es completamente distinto a la que vive cotidianamente el conurbano. Pero…debemos evitar la conurbanizacion de aspectos sociales, económicos y culturales.
Uno de las causas que la inseguridad crece en ciudades pequeñas “crece” es porque no existen políticas activas desde el propio municipio.
Las ciudades con menos de cien mil habitantes tienen por objetivo “militarizar” la lucha contra la inseguridad y solo piden más agentes y patrulleros pero carecen de un plan de seguridad a mediano y largo plazo.
La pertenencia
En Colón uno de los delitos más extendido en los últimos tiempos y causa del mal humor vecinal, es el daño a la propiedad pública y privada. Solo basta recorrer la ciudad para darse cuenta que existen frente de casas y establecimientos escolares escritos, banco de plazas rotos, lumi- narias destrozadas con elementos contundentes, cercas destruidas ( la del zoológico que tiene más de 50 años) –entre otras cosas-
Los fines de semana y a la salida de los lugares de expansión nocturna muchos grupos de jóvenes rompen depósitos de residuos, lumi- narias, timbres, medidores de luz, etc.
Por otro lado, basta recorrer los pasillos y guardia del Hospital Municipal “Eduardo Morgan” para darse cuenta que las paredes están atiborradas con escritos. Los “delitos” que describimos son menores, pero engloban el problema de la inseguridad, y cuestan dinero sumas importantes del erario público ( de los contribuyentes) que ven recargado el costo cuando sufren pintada frente a sus casas u otros tipos de daño.
Este accionar no existía hace cuatro años en nuestra ciudad y se fue incrementando con el correr del tiempo.
Buscar soluciones
Este tipo de hechos no se disuade con mayor número de policías y patrulleros (como otros delitos que en próximas ediciones describiremos).
Seguir está línea equivocada terminaría con ciudades atiborradas de policías y patrulleros que vigilen las 24 horas cada cuadra de la ciudad. El problema es mucho más profundo y mayoritariamente es un aspecto educativo- cultural.
Amplios sectores de la comunidad perdieron el sentido de pertenencia en el sentido más amplio de la palabra: “lo nuestro, lo mío”.
Sin embargo no existe un programa integrado entre municipio, establecimientos escolares, instituciones y organizaciones intermedias para trabajar mancomunadamente ( cursos, charlas, campañas en los barrios etc.).
Un ejemplo lejano en el tiempo es la creación del servicio militar en la argentina. Cuando el país recibía gran cantidad de inmi- grantes europeos con distintas idiomas, culturas etc se necesitaba una forma de amalgamar esta situación. La salida fue la creación del servicio militar que realizó en ese tiempo un gran aporte.
Salvando las distancias, en cada ciudad se puede crear programas para “devolver” el sentido de pertenencia a una franja de la población y encontrar el “paraíso perdido”
El significado
La palabra pertenencia según la escritora Ana Vargas “Se requiere del sentido de pertenencia, como forma de adscripción al universo simbólico de dicha colectividad; como expresión del grado de significación y sentido que los códigos imperantes, los valores, juicios, tareas compartidas y actividades por emprender alcanzan, realmente, para cada sujeto.
El sentido de pertenencia, con toda la carga afecto-cognitiva que conlleva, es elemento arraigante y movilizador de la actividad grupal, y lo que es más importante, constituye un generador de valencias y cohesión intragrupal.
En la búsqueda de vías más amplias de participación sociocultural relevante, son imprescindibles los conocimientos acerca de la identidad cultural y el sentido de pertenencia, como elementos básicos para el desarrollo del protagonismo”
| 
